Incluso en los peores momentos de la crisis sanitaria que ha generado el coronavirus y, a pesar de que el daño económico que ya descuentan los mercados y los analistas todavía no ha llegado con toda su virulencia a las mayores economías del planeta, hay cabida para empezar a pensar en la recuperación que vendrá, e intentar anticipar cómo esta podría desarrollarse de cara a poder tomar las mejores decisiones de inversión.
Los expertos explican que, si bien el mundo necesita que todos los países se recuperen cuanto antes del coronavirus para que los engranajes de la economía mundial, tan interconectados como están, vuelvan a funcionar correctamente, sin olvidar que las distintas economías son ahora muy dependientes del éxito que tenga la sanidad en su batalla contra el virus, algo que desde Pimco consideran la condición más importante para que la recuperación sea "rápida y robusta", China, el primer país en haber sufrido el impacto de la enfermedad, también será el primero en salir, e incluso ya se están viendo señales de que la recuperación está en marcha.
Por detrás se encuentra Estados Unidos, donde la administración Trump parece que todavía no ha cerrado una decisión sobre si las medidas para evitar los contagios se alargarán, teniendo en cuenta que el presidente, Donald Trump, parece decantarse por que los estadounidenses vuelvan a sus trabajos en no más de dos semanas, pero es posible que cambie de opinión con las elecciones en mente, teniendo en cuenta, explican los expertos, que las primeras semanas de la gestión de Trump han debilitado su posición frente a Joe Biden de cara a las elecciones.
La eurozona, por su parte, apunta a que, entre estos grandes bloques económicos, puede ser el que más tarde en recuperarse del impacto económico del coronavirus. El Viejo Continente ha demostrado, desde el final de la crisis financiera de 2008, tener menos dinamismo en la recuperación que los otros dos gigantes, que tardaron mucho menos en volver a mostrar fortaleza, y han tenido que lidiar con menos problemas durante los últimos 12 años. Partiendo de una posición inferior como potencia tecnológica, con una población envejecida y teniendo que lidiar con una recuperación que se hará a distintas velocidades, la zona euro parece condenada a ser la región que más tardará en recuperarse de la crisis que se nos ha echado encima.
Lo que los expertos tienen muy claro es que China será el primer país en recuperarse del golpe y muchos coinciden en señalar que este proceso ya está en marcha.
La situación de los tres bloques
Esty Dwek, responsable de estrategia global de Natixis IM Solutions y Dave Lafferty, jefe de estrategia de mercado de la misma compañía, consideran que la recuperación global en 'V' ha quedado fuera de la mesa, ya que irá produciéndose poco a poco, país por país, siempre dependiendo de cómo se resuelva el problema sanitario. "Creo que la expectativa de una recuperación global en 'V' se ha eliminado muy rápido", destaca Dwek. Sin embargo, la experta espera que pueda producirse un rebote importante que estará ordenado en función de los países que han entrado primero a sufrir la pandemia, por lo que China está en la mejor situación: "Creo que hay suficiente consumo doméstico en China para que se reactive", indica, y destaca su expectativa de que "será una recuperación con los primeros en entrar en la crisis sanitaria, saliendo los primeros y los últimos en ese mismo sentido".
Álvaro Antón Luna, responsable de Aberdeen Standard Investments en Iberia, coincide en este escenario de recuperación: "En esta ocasión creemos en el modelo FIFO (First In, First Out). Pensamos que tiene que venir escalonada, al igual que hemos ido cayendo. China fue el primero en caer y el resto seguiremos", indica. En este sentido, hay algunos datos que dan pie a la esperanza: "En China estamos viendo una recuperación tanto de la situación en torno al control del virus como al impacto en la economía. Con las cifras de Yum China (dueña de KFC y propietaria de más de 1.000 restaurantes), el impacto del COVID-19 es menor al que se había previsto inicialmente", indica.
Dwek, sin embargo, avisa de que "en Europa habrá que ir viendo país por país, pero, en general, probablemente necesitará más tiempo que el resto para recuperarse", indica, ya que "estaba cerca de una recesión y bastante frágil antes de la epidemia, por lo que no será una sorpresa que el crecimiento se mantenga bajo durante más tiempo, ya que necesitará de otras áreas para que se reinicie el apoyo a su economía".
"En Europa habrá que ir viendo país por país, pero probablemente necesitará más tiempo que el resto para recuperarse"
Lafferty añade, como un aspecto importante, "la capacidad que tiene China de, hasta cierto punto, encender y apagar su economía de manera más rápida que otras economías", como es el caso de EEUU, teniendo en cuenta que "se trata de un capitalismo controlado por el estado, y podrían hacerlo a través de grandes empresas".
La recuperación de Estados Unidos
El análisis de la recuperación de EEUU no es nada sencillo, teniendo en cuenta que todavía no está claro si el país alargará la cuarentena en perjuicio de su economía, o si la administración Trump finalmente optará por que los trabajadores vuelvan a sus puestos de trabajo antes de tener controlada la epidemia, como ha ocurrido en China. El daño a la economía americana, eso sí, ya está empezando a asomar la cabeza, con las peticiones iniciales por desempleo disparándose esta semana hasta los 3,28 millones de solicitudes, un nivel jamás visto.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que EEUU encara la crisis con una economía más sana que la de los otros dos bloques: su deuda total frente al PIB es del 107,7%, a cierre de febrero de 2020, según los datos de Bloomberg, con una tasa de desempleo que terminó 2019 en el 3,5%, y un avance del PIB real, de media del 2,3% en la última década. Mientras tanto, el endeudamiento total de China (deuda pública, corporativa y de los hogares) superó el 280% a finales de 2018, el último dato disponible que recoge la agencia. En los otros aspectos China no está tan mal posicionada, con una tasa de paro del 3,6% a cierre de 2019.
El crecimiento de Europa en la década ha sido el más débil de los tres bloques y tiene la mayor tasa de desempleo
La zona euro, sin embargo, no ha conseguido recuperarse totalmente desde 2013, último año en el que su economía experimentó crecimiento negativo, y cerró 2019 con una tasa de desempleo del 7,4%. Además, el crecimiento del PIB real en 2019 fue el menor de los tres bloques, del 1,2%, promediando un 1,36% en los últimos 10 años. Los datos de deuda agregada sobre el PIB son más elevados que los de EEUU incluso sin contar la deuda corporativa, con un 85,11% del PIB total en deuda pública, según Debtclocks.eu (Bloomberg indica cómo se cerró 2018 con un 85%) y una deuda da los hogares que en enero de 2020 era del 50% del PIB total, según la agencia.