Los principales índices de Wall Street abrieron con dudas tras subir ayer hasta un 5%. Ha habido un cambio de tercio y, poco antes del cierre, el Dow Jones pierde un 2,94%, hasta los 25.917,41 puntos, mientras el S&P se deja un 2,81% y cae a los 3.003,37 enteros. Por su parte, el Nasdaq 100 se hunde un 3,19%, hasta el entorno de los 8.594,49 puntos. El Dow pierde ya casi un 9,18% en lo que va de año.
El rebote arrastró el lunes las bolsas de forma contundente, como bien había advertido Joan Cabrero, el director de estrategia de Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista; y asimismo, a pesar de la fuerza del rebote, el analista expresó sus dudas cuando alertaba de que todavía no había que cantar victoria.
Dicho aquello, la sesión del martes termina con un nuevo batacazo de los principales índices de Wall Street, una caída cuyo fin nadie puede prever con seguridad.
Pocos minutos después de la apertura, la Reserva Federal anunciaba por sorpresa una bajada de 0,5 puntos en los tipos de interés, lo que apenas sirvió para repuntar en los principales índices durante unos instantes antes de volver a caer en territorio negativo, al considerarse insuficiente dada la creciente ralentización de la economía que el coronavirus está produciendo en todo el mundo.
"El rebote del lunes fue fruto de la extrema sobreventa y todavía es pronto para poder cantar victoria y para que se aleje el riesgo de asistir a otro latigazo bajista, que podría llevar a los índices estadounidenses a alcanzar los soportes verdaderamente importantes a medio plazo, como son los mínimos de junio en el S&P 500 en los 2.730 puntos", señala Joan Cabrero, director de Estrategia de Ecotrader.
Hasta dichos niveles hay un margen de caída del 10%. El experto advierte de que si la bolsa americana apura los descensos "las bolsas europeas podrían sufrir un varapalo de proporciones considerables, ya que muy probablemente se dirigirían a los mínimos de diciembre de 2018".
En cuanto a la reunión del G7, "dados los posibles impactos de COVID-19 en el crecimiento global, reafirmamos nuestro compromiso de utilizar todas las herramientas políticas adecuadas para lograr un crecimiento fuerte y sostenible y proteger contra los riesgos a la baja", han dicho en un comunicado conjunto los representantes de las siete naciones.
Los inversores esperaban más. Sobre el parqué se especulaba sobre una acción concertado de miles de millones y medidas fiscales de los Gobierno para complementar la iniciativa de los banqueros.
Pero el mensaje ha sido tímido y deja la puerta abierta a que cada país haga la guerra por su cuenta. El Banco de Australia ha sido el primero en mover ficha con una bajada en los tipos de interés de 50 puntos básicos.
"El comunicado del G7 fue escaso en datos, pero la Fed ha respondido de forma rápida con una rebaja de tipos urgente. Otros bancos centrales es probable que le sigan, pero la Fed tiene más espacio para maniobrar que otros -el BCE y el Banco de Japón tienen un espacio limitado para recortar desde los niveles negativos actuales", sostiene Paul Brain, director del BNY Mellon Global Dynamic Bond Fund.
"El mercado estadounidense de los bonos ya había descontado un recorte de tipos de cien puntos básicos, pero la reacción inicial es descontar más. La rentabilidad del bono a diez años estrá dirigiéndose hacia el 1% y este movimiento del precio puede ser efímero si los activos de riesgo responden bien o si el mercado se da cuenta de que los bancos centrales reaccionan de forma lenta", añade el experto.
En cambio, no todo el mundo está conforme con la decisión de las instituciones monetarias. "La intervención de los bancos centrales en esta etapa es inútil, incluso insalubre. ¿Cuál es la misión de la Fed? Estabilidad de precios y pleno empleo. Estamos ahí. ¿La mayor volatilidad de los últimos días pone en peligro la estabilidad financiera? Uno puede dudarlo", afirma de forma contundente Frank Dixmier, director mundial de renta fija de Allianz Global Investors.
"El mercado de valores todavía está tratando de averiguar cómo encajar la rebaja de tipos de emergencia de la Fed; pero está creando el perfecto caso alcista para el oro"
Además, continúa Dixmier, "la política fiscal de los estados debe abordar un shock en la demanda; un shock en la oferta es más complejo de manejar. Pero un recorte de los tipos no será lo que pueda remediarlo. Mientras tanto, la Reserva Federal está quemando municiones que podría no tener en caso de una recesión severa", concluye.
Pese a las caídas el nerviosismo se ha reducido exponencialmente. Después de ocho días de pánico en el mercado, hoy por primera vez baja la tensión. La caída en picado de la rentabilidad del bono americano y el bund por fin ha parado con una ligera subida en los intereses. El coste de la deuda periférica desciende tras ser tensionado en pleno desplome. Y el índice VIX, conocido como el índice del miedo al calcular la volatilidad, desciende por segundo consecutivo en el S&P 500. Los futuros americanos anticipan subidas de entre un 0,5% y un 1% tras el fuerte rebote del lunes de hasta el 5%.
El petróleo repunta por segundo día consecutivo
Los futuros del petróleo Brent avanzaban en torno a un 0,3% hacia el final de la sesión del martes, hasta alcanzar la zona de los 52,1 dólares por barril, tras rebotar un 2,7% el lunes. No obstante, las pérdidas que acumula el crudo de referencia en Europa en lo que va de año todavía son del 21%.
Por su parte, las subidas han sido algo más elevadas en los futuros del West Texas, cuyo precio ha alcanzado los 47,4 dólares por barril, después de repuntar un 1,4% el martes y un 4,4% el lunes. En lo que va de ejercicio, el crudo estadounidense pierde alrededor de un 22,4% de su valor.
Un comité de expertos se ha reunido hoy para preparar la reunión de la OPEP y sus aliados que comenzará el jueves en Viena. El grupo técnico conjunto ha sugerido "una reducción adicional de la oferta de entre 600.000 y 1 millón de barriles diarios durante el segundo trimestre del año", informan desde Bloomberg. Es un recorte aún mayor del que recomendaron el mes pasado.
Estos recortes adicionales se sumarían a los 2,1 millones de barriles diarios que ya se han estado recortando desde el comienzo del año.
El euro sigue su camino ascendente
La divisa europea se sitúa casi en el nivel con el que comenzó el año en su cruce con el billete estadounidense. El euro sube un 0,3% con respecto al lunes, hasta alcanzar los 1,117 dólares, y recorta su depreciación anual frente al dólar al 0,4%. El 31 de diciembre de 2019 terminó el año en la zona de cambio de 1,12 dólares.
Por otra parte, la libra esterlina repunta con timidez un 0,1% con respecto al día anterior, hasta situarse en el nivel de 1,147 euros, lo que arroja unas pérdidas del 3% en el conjunto del año frente al euro.
En cuanto a los metales, el oro rebota de nuevo, en concreto sube en torno a un 2,7% este martes, y alcanza la cota de los 1.637 dólares por onza. De este modo, se aproxima al máximo anual que marcó en los 1.672,4 dólares hace unos días. En lo que va de año, la rentabilidad del refugio es del 7,5%.
"El mercado de valores todavía está tratando de averiguar cómo encajar la rebaja de tipos de emergencia de la Fed; pero está creando el perfecto caso alcista para el oro, si la historia sirve de guía", escribe Aoyon Ashraf en Bloomberg.
"Tome por ejemplo 2008, cuando el precio al que cotizaba el oro cayó durante la crisis financiera, casi de un modo similar al visto la semana pasada. Entonces, una vez los recortes de tipos mundiales empezaron, se disparó sin precedentes hacia un alto de todos los tiempos en los 1.900 dólares por onza", apunta el experto.