El bono de Italia es la última isla pirata de rentabilidad en la deuda de la eurozona

La derrota de La Liga, el partido ultraderechista que lidera el euroescéptico Matteo Salvini, en las últimas elecciones regionales de Italia, devuelven una cierta estabilidad política al país que se reflejó en una súbita relejación de la deuda. El interés del bono de referencia, con vencimiento a 10 años, retrocede 20 puntos básicos en solo dos sesiones, hasta el 1,03%, y enfila los mínimos históricos que alcanzó a principios de septiembre, en el 0,81%. Entonces se acababa de estrenar el Gobierno de coaliación del Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata, que sufrió su primera crisis apenas unos días antes de los comicios del pasado fin de semana.
Este fuerte recorte del interés que se exige a la deuda de Italia y, por tanto, la subida por precio de los bonos beneficia directamente a los bancos nacionales por el peso del papel del país en sus carteras. Los bancos italianos tienen invertidos en conjunto cerca de 290.000 millones euros en bonos italianos. Esta cifra representa el 8% del total de los activos que poseen en sus balances, destacando el 12% que suponen para BPM y el 9% para Intesa Sanpaolo, que acumula casi 80.000 millones en deuda italiana, según recoge Citi, con datos de 2019.
El "impacto positivo sobre el capital" de las principales entidades financieras –según continúa la firma de inversión– de la reacción de la deuda se ha reflejado en bolsa. En un arranque de semana marcado por la amenaza del coronavirus, que hizo retroceder al EuroStoxx 50 un 2,63% el lunes, los bancos italianos se sitúan entre los más alcistas del sector presente en el índice, que retrocede un 1,01% en las dos últimas jornadas. Ubi Banca es el que más sube, un 2,8%, mientras que Unicredit lo hace un 1,82%, Intesa un 1,21% y BMP un 1,79%. La caída del interés del bono a 10 años es de alrededor de 200 puntos básicos desde el 3% que llegó a tocar en febrero de 2019.
Debilidades del sector
Este mismo martes, el equipo de analistas de UBS aseguraba en un informe que "los bancos medianos de Italia siguen siendo los más vulnerables, ya que las revisiones negativas de los beneficios continúan debido a los intereses en mínimos y a los mayores costes de emisión de bonos". Por su parte, BofA apuntaba en otro informe que el sector europeo debe seguir caminando hacia una consolidación.
Al margen de este contexto, los otros riesgos para el sector financiero y para el país pasan por una vuelta a la incertidumbre política y al ruido de convocatoria de elecciones presidenciales que hagan recordar al mercado que sobre Italia pesa una deuda total que supera el 130% del PIB y que recibe unas calificaciones por parte de las agencias de rating que apenas se encuentran a entre uno y dos escalones del límite con el bono basura. O que se agrave el fuerte frenazo de su economía, que llegó a entrar en recesión técnica en 2019, de la que luego salió, aunque los crecimientos trimestrales apenas se han despegado del 0%.
Riesgo de elecciones
"Hay tal liquidez en mercado por las políticas del BCE que la búsqueda de rentabilidad es la fuerza dominante", apunta Miguel Otero, investigador del Real Instituto Elcano. Entre las últimas islas de interés, se encuentra efectivamente Italia, pero la amenaza de unas nuevas elecciones presidenciales "es un riesgo superior al de otros periféricos", advierte Tomás García-Purriños, estratega de Morabanc AM, quien comenta que el hecho de que su deuda ofrezca más rentabilidad "no implica por sí mismo que sea una oportunidad".