
Si 2019 ha sido un año negativo para el Ibex 35 en comparación con el resto de la eurozona la explicación principal se encuentra en el sector bancario. No solo su mayor peso en el índice español ha lastrado al inversor, también su peor comportamiento con respecto al sector de la región. Las entidades del selectivo pierden un 8,1% en el año, frente al 6,9% que se anotan las del resto de la región, una brecha de 15 puntos porcentuales.
Esta divergencia en el comportamiento ha provocado que la banca española se haya encarecido solo un 10% este año teniendo en cuenta los beneficios de 2020, frente al 42% que lo ha hecho el resto del sector en la eurozona. Si al arrancar el año los bancos patrios cotizaban en 7 veces sus ganancias del año que viene, ahora esta ratio se sitúa en las 7,6 veces. Por contra, el multiplicador de ganancias de 2020 se ha disparado desde las 6,5 veces a las 9,2 veces.

"Se podría argumentar que en España hay un exceso de oficinas (más del 50% de los locales de cada banco están a menos de un kilómetro de otro) y la penetración digital está aumentando. Sin embargo, los recortes en gastos no son la panacea, ya que se requiere una inversión en tecnología y hay unos costes elevados asociados a la reducción de personal", explican desde Jefferies.
Tipos, costes y fusiones
Los bancos españoles han sido utilizados durante estos años como una forma de apostar por las subidas de tipos y ahora que estas se han borrado del horizonte los inversores han castigado al sector. "Las entidades domésticas han tenido un año árido. Las expectativas de cifra de negocio han retrocedido, lo que ha implicado un deterioro en los beneficios. Y el comportamiento ha sido aún peor porque han sido más castigados por múltiplos. Los catalizadores clave incluyen la preocupación por los beneficios más allá de 2020 y las crecientes dudas sobre posibles déficit de capital", argumentan desde Berenberg.
El consenso ha cercenado en 2019 un 17,5% las estimaciones de beneficio para este año y un 15% de cara a 2020, pero la gran pregunta para el mercado es si van a continuar los recortes. "La mayoría de clientes piensan que la reducción en las previsiones de ingresos netos de intereses no es suficiente, frente a una minoría que piensa que ahora el consenso es más realista", inciden en Barclays.
Ante el difícil entorno de tipos, el mercado mira a las operaciones corporativas y al recorte de costes como la posible tabla de salvación de la industria no solo en España, en toda Europa. "Los próximos meses serán definitivos para la respuesta de la banca. Vemos dos grupos: primero, aquellos que acepten la situación y cambien. Segundo, aquellos que no pueden permitirse cambiar y estos serán una trampa de valor épica. E incluso para aquellos que puedan moverse no parece que haya una buena historia en bolsa a corto plazo. Aquellas entidades que gasten todo lo que puedan permitirse hoy para tener una posición razonable mañana están incentivados a recortar el dividendo para ser exitosos", reflexionan en Bank of America.
Más allá de estos puntos, el sector doméstico también está pendiente de la sentencia por el IRPH. El abogado general de la UE ya dio su opinión -que aunque no es vinculante fue vista de manera positiva para el sector- y ahora la industria está a la espera del dictamen del Tribunal de Justicia para poder despejar el horizonte. "La respuesta del abogado general fue benigna y si es confirmada por el dictamen debería reducir materialmente el riesgo de pérdidas para el sector", apuntan en UBS.
Banco por banco
Tras los movimientos vividos este año, el Banco Santander ha pasado a ser la entidad que cotiza más barata en el Ibex 35, a 7,3 veces sus beneficios del año 2020 tras haberse encarecido un 5% en lo que va de año. Este múltiplo es muy similar al del BBVA, que se compra un 16% más caro tras haber tenido un mejor comportamiento que su comparable en 2020.
"Preferimos a BBVA y Santander frente a los bancos domésticos. El caso se basa en su mejor capacidad para conservar sus beneficios en un clima de tipos más bajos por más tiempo. Esto se debe o bien a que opera en uno de los pocos países con riesgos al alza en las previsiones (Brasil para Santander), por la elevada calidad de su franquicia emergente (BBVA) o por su mayor capacidad para compensar la presión en la cifra de negocio con los costes", concluyen en UBS. Entre las entidades domésticas, Sabadell es la que cotiza a un múltiplo más bajo -en 7,8 veces- a pesar de que ha sido el banco que más se ha encarecido, cerca de un 42%.