
En los últimos tres años la banca española -y europea- ha pasado por tres estados de ánimo, a cual más negativo, para cumplir con los objetivos que presentaron en sus planes estratégicos: rumores sobre la posible subida de tipos de interés en la zona euro en 2017; el retraso sine díe de la misma en 2018; y así llegó 2019 cuando el BCE rebajó, incluso, la facilidad de depósito al -0,5% siguiendo la estela de la Reserva Federal. ¿El resultado? Una banca que no logra ni ser eficiente ni creativa. Todo este contexto llevó la valoración en bolsa de la banca a mínimos y el mercado no descarta que un Gobierno de coalición progresista le conduzca a tocar suelo. Para ello, las entidades nacionales deberían caer de media un 7% adicional para llevar sus títulos al valor en libros mínimo que han marcado en el último trienio.
Ni el sector financiero ni el mercado confían en que la banca vuelva a reflejar en sus cotizaciones lo que realmente valen sus libros contables. Y ahora el Gobierno PSOE-Unidas Podemos puede ser el último quebradero de cabeza. La bolsa está descontando que la situación se puede complicar para las entidades, en general -Unicaja es el valor más castigado al ceder un 9,3% en las últimas dos sesiones-, y para Bankia, en particular. La firma que preside José Ignacio Goirigolzarri es la más castigada de los bancos del Ibex al retroceder un 7,83% en las últimas dos sesiones. Ayer volvió a caer un 3,4, aunque lo cierto es que moderó a lo largo de la sesión unas ventas que llegaron a ser del 5,8%.
Bankia abre otro frente
¿Qué teme el mercado? Aunque no hay nada concreto, más allá de declaraciones o de los programas políticos de ambos partidos, los inversores están castigando una posible subida de impuestos a la banca, también les afectaría si aumentan el tributo por sociedades; modificaciones en los planes de pensiones -actualmente bonificados fiscalmente-; una tasa a las transacciones financieras e, incluso, podría dificultar el mapa de fusiones entre las entidades.
Bankia tiene sus riesgos de manera particular: puede ser privatizada, o Unidas Podemos podría lograr tener voz y voto en su futuro, aunque no está muy claro que Economía vaya a tolerarlo. La entidad acumula una caída en el año del 34,7%, la mayor del sector en España.
En una situación de estrés, Bankia podría caer casi un 8% adicional si su valor contable se fuera a los mínimos que marcó en 2017, con un descuento del 64%. Hoy esa rebaja es del 60% tras el castigo sufrido en bolsa en las dos últimas sesiones.
BFA, propiedad del FROB (Fondo de Rescate bancario), es el accionista mayoritario de Bankia con el 61,79% del capital. El Gobierno, que ha vendido dos paquetes de acciones -el último hace dos años-, lleva retrasando su privatización desde 2017. Ahora no se espera para antes de 2021. Y hay otra cuestión. El FROB, que se debería liquidar en 2027, debe cambiar de presidente el verano del próximo año. Jaime Ponce tiene un mandato de cinco años improrrogable.
El valor en libros al que cotiza Bankia es el menor de los bancos del Ibex -en 0,39 veces- y está por encima solo de Unicaja -0,35- y de Liberbank -0,30 veces-. Estas dos últimas entidades han sido castigadas por los inversores después de que antes del verano fracasara su intento de fusión.
CaixaBank, al contrario, es la entidad que cotiza con un menor descuento, del 36%, seguida de los dos gigantes, del 37 (BBVA) y 40% (Santander).
Mayor margen de caída
Santander y BBVA, son los que tienen ante sí la mayor caída hasta el mínimo al que cotizaron sobre su valor en libros en los últimos tres años. En el caso del banco cántabro el recorrido a la baja es del 14,6%, la de BBVA, sería del 9,2%. Y el motivo es que son de las entidades que mejor se comportan en el año y que, además, cuentan con una mayor diversificación geográfica.
BBVA es el único banco en España que sube en el año, un 2,6%. Le sigue Sabadell, un 0,95 a la baja, y Santander, que se deja un 10. No escapan, recuerdan desde Bankinter, de las peores previsiones para la economía. "Los resultados no convencen y el escenario macroeconómico empeora en las principales áreas de negocio del Banco Santander (Brasil, España y Reino Unido)", aseguran sus analistas.