
El preacuerdo firmado ayer por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha provocado, como ya adelantó elEconomista, más inestabilidad en la economía. De hecho, el principio de pacto para un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos provocó una estrepitosa caída de la bolsa española, especialmente en el caso de Bankia, que se desplomó un 4,5%. Consulta los 10 puntos del acuerdo para un Gobierno de coalición.
Mientras, el mundo empresarial ya ha lanzado los primeros pronósticos adversos y ha alertado sobre el futuro de las pensiones, el equilibrio fiscal, el impacto negativo de la subida de impuestos y la creación de otros nuevos, como las tasas Tobin y Google, en un entorno de desacelaración económica.
Tras conocer el preacuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, y a la espera de que culmine para saber los detalles del mismo, CEOE avanzó que tiene previsto reunir el próximo miércoles, 20 de noviembre, a su Comité Ejecutivo y Junta Directiva, los órganos en los que se hará una evaluación de los últimos acontecimientos políticos. Entretanto, en un contexto de desaceleración, para CEOE y Cepyme es fundamental hablar de rigor presupuestario y ortodoxia económica, reiterando los empresarios que, en todo caso, apuestan por la formación de un Gobierno estable y moderado, y la necesidad de avanzar en las reformas pendientes plasmadas en el documento de prioridades que hicieron llegar a todas las fuerzas políticas antes de las elecciones del 10 de noviembre.
Mientras, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores (ATA) espera que en el acuerdo anunciado este martes por PSOE y Unidas Podemos para formar un Gobierno de coalición "los ministerios con mayor carga económica queden bajo el paraguas del PSOE". La organización liderada por Lorenzo Amor señala que la desaceleración económica "se hace patente" y, por ello, considera que "son momentos en los que necesitamos mesura y moderación, estabilidad y seguridad". Por último, concluye afirmando que "no es momento ni de subir impuestos ni de aumentar el gasto público".
Por otra parte, la calificadora europea Scope Ratings sostiene que teniendo en cuenta la ralentización de la economía y el limitado espacio fiscal, "no está claro qué compromisos podría alcanzar una coalición multipartidista PSOE-Unidas Podemos y qué políticas –mercado laboral, reformas de las pensiones, un programa fiscal bastante expansivo financiado por aumentos de impuestos– podrían acordarse en última instancia". Por lo tanto –destacan– un Gobierno en minoría PSOE-Unidas Podemos probablemente sería débil y dependería del apoyo recurrente de otros partidos para cada proyecto de ley".
El Círculo de Empresarios está "consternado" ante el preacuerdo. Así lo expresó su presidente, John de Zulueta, que critica que "solo hablen de pymes y pequeños empresarios, pero no de las empresas grandes, que son las que contratan más", añadió. Además, lamentó que Sánchez no se haya deslizado hacia el centro político. "Podía haberse sentando también con el Partido Popular. Ha sido rapidísimo".
Pacto exprés
Sánchez e Iglesias rubricaron un preacuerdo que plasma el pacto exprés entre ambas formaciones para un Gobierno de coalición del que no hace tanto los socialistas renegaban. Pero esto no significa que la investidura de Sánchez esté hecha: los apoyos necesarios no están ni mucho menos cerrados.
A diferencia de lo ocurrido en la breve XIII Legislatura, al menos el primer paso está dado. Y ha sido en tiempo récord, sobre todo comparado con las negociaciones posteriores a abril. Este mismo lunes los secretarios generales del PSOE y de Podemos establecieron un diálogo e iniciaron unas negociaciones que se cerraron con la firma de un documento en el mediodía de ayer. La negociación, tan breve como exitosa, ha estado liderada por Sánchez e Iglesias, que han priorizado llegar a un acuerdo que desbloquee un futuro Gobierno progresista, antes que las condiciones o los nombres que estarán en el futuro Gabinete.
¿Cabe pensar que la responsabilidad de que las anteriores negociaciones no salieran adelante por los propios equipos negociadores? Es posible, al menos en el caso socialista. De hecho, ayer llamó la atención la ausencia de ministros del Gobierno como Carmen Calvo o María Jesús Montero en el acto de firma del preacuerdo, que se llevó a cabo en el Congreso de los Diputados. En cambio, sí estuvieron allí Iván Redondo, jefe de Gabinete de la Presidencia de Gobierno, y destacados miembros de la cúpula socialista, como Adriana Lastra -que estuvo en el primer equipo negociador- o Rafael Simancas.En el caso de Podemos, el gran ausente fue Pablo Echenique, jefe del equipo morado en primavera.
Ya en el inicio de la cita para rubricar el documento se notaba la satisfacción, particularmente, de Iglesias. No es para menos: aunque no está confirmado oficialmente, será uno de los vicepresidentes del nuevo Gobierno de coalición, papel para el que había sido vetado por Sánchez en julio. Tras la firma, el secretario general de Podemos argumentó que "lo que en abril era una oportunidad histórica se ha convertido en una necesidad histórica. Hemos alcanzado un preacuerdo para un Gobierno de coalición progresista en España que combina la experiencia del PSOE con la valentía de Unidas Podemos. Es tiempo de dejar atrás cualquier reproche y trabajar codo a codo en la tarea ilusionante que hay por delante".
Eso sí: tanto él como Sánchez aclararon que no se decidirá la estructura ni los nombres del nuevo Gabinete hasta después de la investidura, lo cual plantea interrogantes sobre el futuro de Nadia Calviño y su prometido puesto de vicepresidenta económica. Por su parte, Sánchez avanzó que ahora el PSOE dará inicio a las negociaciones con el resto de grupos , sin excluir a los independentistas. "No hay motivos para más bloqueos", precisó.
Hay que recordar que con la suma de escaños de PSOE y Unidas Podemos no basta para llegar a la mágica cifra de 176 que facilitaría la investidura de Pedro Sánchez. Para ello, y sin contar con los independentistas, el PP ni Vox, socialistas y morados necesitan los apoyos de Más País, Ciudadanos, PNV y del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Con todo, los naranjas ya han rechazado la posibilidad de apoyar la coalición, así que el apoyo de al menos ERC es ya irrenunciable.
Pero Marta Vilalta, de ERC, afirmó que su formación parte del no a la investidura de Sánchez, pero añadió que, si el candidato del PSOE quiere que los republicanos reconsideren su posición, tiene que volver a apostar por el diálogo y reconocer que el problema en Cataluña no es interno y de convivencia, sino político y con el resto de España.