
Esta misma semana Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, hacía una advertencia doble a la banca. En primer lugar aseguraba que los bancos tienen margen para aumentar sus colchones de capital al mismo tiempo que pedía que el exceso del mismo se utilizase para otorgar créditos y no para retribuir al accionista.
La elevada rentabilidad por dividendo es uno de los grandes atractivos de la industria toda vez que el panorama de los tipos de interés parece muy lejos de poder despejarse. La retribución esperada de la banca española con cargo al próximo año se acerca al 6% y está 120 puntos básicos por encima del estimado para el Ibex 35, pero ¿cómo de seguros son esos dividendos ante la ralentización económica, la incertidumbre regulatoria y las advertencias del BCE?

De momento, ya se ha visto como Santander no ha retirado del todo el scrip -que para muchos son ampliaciones de capital encubiertas- y como Sabadell ha vuelto a él para poder reforzar su ratio de capital. "Hay razones para ser cautos tanto por la parte de los beneficios como del capital, lo que implica que ser selectivo es clave. La rentabilidad de los pagos ha subido ya que los inversores están preocupados por las perspectivas de rentabilidad y los cambios regulatorios", advierten desde Barclays.
En el corto plazo
Todas las entidades españolas tienen ligada su retribución a un payout (porcentaje del beneficio destinado a retribuir), por lo que los posibles recortes en las estimaciones afectarán a los pagos que repartirán el próximo año. Algunos de los bancos dan un rango de payout con el que pueden jugar para mantener sus dividendo, pero en ciertos casos este sería superado con las perspectivas actuales. En UBS estiman que los tipos de interés "ponen en riesgo el 25% de los beneficios del sector", lo que es "suficiente para amenazar la generación de capital, el crecimiento de los préstamos y los dividendos si las condiciones actuales persisten".
Los analistas miran a los recortes de costes y las fusiones como las dos grandes bazas del sector para compensar la presión en el negocio tradicional, pero aun así creen que esto no será suficiente. "Por sí solas las ganancias en eficiencia lo tienen difícil para seguir el ritmo de la presión en la cifra de negocio, mientras que la regulación es poco favorable para las fusiones transfronterizas. A pesar de que nuestra estimación de costes en España está un 1% por debajo del consenso todavía vemos riesgo a la baja en las previsiones", explican en Jefferies.
En 2019 las expectativas de beneficio de los bancos españoles han retrocedido más de un 16%, por lo que si en 2020 los beneficios esperados siguiesen una trayectoria parecida una parte importante del dividendo estaría en riesgo. "En torno a dos tercios del negocio procede de los ingresos netos de intereses, que esperamos que estén bajo presión por los tipos más bajos por más tiempo (...) Esto ilustra nuestra preocupación sobre la rentabilidad y la generación de capital de la industria por lo que pensamos que hay riesgo para mayores recortes en el beneficio por acción y de que se tengan que rebajar los payout", inciden desde JP Morgan.
El payout más elevado estimado para 2020 en la banca española es el de Bankia, con más de un 62%, frente al 45-50% que tiene marcado la empresa. Este nivel no es preocupante por el exceso de capital de la entidad, pero hay quien duda de que pueda alcanzar su objetivo de retribución del plan estratégico. "Para cumplir su meta tendría que alcanzar un payout del 250% en 2020, asumiendo que distribuyese todas sus ganancias de 2019 y 2020. Por lo tanto, seguimos pensando que el objetivo de reparto de capital al accionista no es realista", aseveran desde el equipo de análisis Berenberg.
A medio plazo
La principal preocupación de los analistas con respecto al dividendo del sector llegará el 1 de enero de 2022, con la implementación de Basilea 4, que previsiblemente dará un buen mordisco a las ratios de capital del sector, lo que pondrá en el alambre algunos dividendos. "La EBA estima que la nueva regulación incrementará los requisitos de capital un 18% el primer día que se implemente y un 25% en 2027. La presión en la rentabilidad de la industria implica que el crecimiento del balance del sector sea bajo y que haya dividendos modestos a no ser que los bancos sean capaces de mitigar este salto en el capital", argumentan desde UBS.
Según el análisis de JP Morgan, que excluye a Liberbank y Unicaja, tras la aplicación de la nueva regulación, Santander, CaixaBank y Sabadell se situarían por debajo del mínimo de capital exigido, lo que provocaría que tuviesen que recortar sensiblemente su payout para poder cubrir este déficit. En concreto, Sabadell tendría que reducirlo al 17%, CaixaBank al 32% y Santander al 35%. Por contra, Bankinter podría distribuir todas sus ganancias, Bankia el 110% y BBVA el 40%, en línea con su política actual.