
A medida que la batalla comercial entre las dos mayores economías del mundo se traslada al mercado de las divisas, China intenta hilar fino para que el yuan se convierta en escudo y represalia contra los reveses arancelarios procedentes de EEUU.
Una situación delicada, donde la fuga de capitales y la designación oficial de Washington al gigante asiático como un manipulador de su moneda ejercen cierto equilibrio ante la expectante mirada de los mercados financieros.
Sin embargo, con la próxima entrada en vigor de un nuevo arancel del 15% sobre productos chinos, por valor aproximadamente de 145.000 millones de dólares el próximo 1 de septiembre y una segunda ronda por valor de 155.000 millones de dólares a partir del 15 de diciembre, una mayor devaluación del yuan está más que garantizada.
"Los aranceles estadounidenses ejercen presión sobre la divisa china y aumentan las expectativas de que el yuan se debilitará"
De hecho, los expertos ven a la moneda asiática entre los 7,3 y los 7,5 dólares si crece la fricción. "Estimamos que la última ronda de aranceles puede traducirse en una caída del 6% del yuan frente al dólar", estima Robin Brooks, economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF, por sus siglas en inglés). Una situación que llevaría a la divisa china hasta un nivel de los 7,30 por billete verde.
Dicho esto, Brooks señala cómo las fugas de capital del gigante asiático superan ya el ritmo registrado en 2012, cuando Pekín decidió castigar la corrupción dentro del país, y suponen la mitad de las registradas durante el susto provocado por la devaluación del yuan en 2015. "Los aranceles estadounidenses ejercen presión sobre la divisa china y aumentan las expectativas de que el yuan se debilitará, lo que podría estar generando estas salidas", explica el economista jefe de IIF.
Para Li-Gang Liu, estratega de Citi, es probable que la depreciación continúe si las tensiones se intensifican aún más. De hecho, no descarta una devaluación brusca para dar mayor efectividad, dado que China ha endurecido sus controles de capital desde 2016. Con todo, aunque el riesgo de repetir un episodio parecido al de 2015 parece contenido, podrían producirse "errores incontrolables".
En un momento en que Estados Unidos ya tasa con aranceles de hasta un 30% un catálogo de bienes chinos por valor de 250.000 millones de dólares, la extensión de estas represalias a todos los productos del país asiático que entran en el país hace pensar que el yuan seguirá adelante con su depreciación.
A día de hoy, teniendo en mente la próxima ronda de gravámenes, Bank of America Merill Lynch observa el yuan en los 7,30 por dólar a finales de año, desde la proyección previa de 6,63.

Órdago de Trump
No obstante, si ninguna de las partes cede y las tensiones aumentan, Trump podría forzar su mano e incrementar del 15% al 25% el arancel previsto sobre productos chinos por valor de 300.000 millones de dólares que se activará entre el 1 de septiembre y el 15 de diciembre. Un órdago que algunos esperan podría producirse el próximo año.
"Si esa tasa arancelaria aumenta al 25%, veríamos al yuan más allá de los niveles del 7,5 por dólar, suponiendo que las condiciones económicas y financieras actuales no cambien", indica Rohit Garg, estratega de divisas de Bank of America Merrill Lynch.
Desde Capital Economics también esperan que el yuan se cambie en los 7,3 por dólar a finales de este año. Según Andrew Hunter, su economista para EEUU, "una mayor depreciación del renminbi ayudará a amortiguar el golpe de los próximos aranceles". Aún así, también indica que si la administración estadounidense opta por escalar los gravámenes al 25%, el impacto sobre el consumo estadounidense será mayor, algo que podría restar hasta 0,4 puntos porcentuales al crecimiento de EEUU.
Una devaluación de doble lectura
No es la primera vez en los últimos años que China ha devaluado su moneda para sostener su crecimiento económico y disipar dudas sobre su sostenimiento pero en el contexto de la guerra comercial con Estados Unidos cualquier medida en relación a la divisa del gigante asiático se entiende como una herramienta bélica más.
De hecho, la alerta saltó el lunes de la semana pasada porque hasta ahora el banco central chino había intervenido para que el cambio con el dólar no superara del umbral psicológico de los 7 yuanes por dólar. Pero en esta devaluación, las autoridades chinas sí han dejado traspasar esta frontera, con lo que transmiten la idea de que están dispuestos a jugar con la fluctuación de su moneda para presionar a Trump.