
El Departamento del Tesoro de EEUU ha designado este lunes a China como "manipulador de divisas", después de la devaluación del yuan hasta mínimos de más de una década en el marco de una guerra comercial entre ambos países que se prolonga ya desde hace más de un año.
El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, apela a una ley de competitividad y comercio del año 1988, donde se apunta que una de sus funciones es "considerar si los países manipulan el tipo de cambio entre su divisa y el dolar estadounidense con el fin de prevenir ajustes efectivos de la balanza de pagos o ganar injustamente ventajas competitivas en el comercio internacional".
De esta forma, Mnuchin instará al Fondo Monetario Internacional para que elimine esto que consideran una ventaja competitiva.
El documento se publica horas después de que Trump criticase a China por la devaluación del yuan. Una devaluación que ha lastrado severamente las bolsas europeas y los índices estadounidenses, y que llega después de que EEUU anunciase que ampliará los productos chinos afectados por un arancel del 10%, de forma que todas las importaciones chinas en EEUU estarán tasadas.
Esta decisión de la administración Trump eleva hasta nuevos límites las tensiones comerciales entre los dos países, ya que es la primera vez que un presidente estadounidense califica oficialmente a China de manipular su divisa desde 1994.
No obstante, la medida cumplirá con la promesa de campaña de Trump. Durante su periplo como candidato presidencial republicano, el inquilino de la Casa Blanca criticó duramente las prácticas monetarias de Pekín y prometió etiquetar al país como manipulador de divisas si era elegido presidente.
Hasta la jornada del lunes, el Departamento del Tesoro había evitado colgar este sambenito sobre China en los cinco informes publicados desde que Trump asumiera su cargo el 22 de enero de 2017. El Tesoro atiende a tres factores fundamentales a la hora de considerar si un país manipula su moneda: las intervenciones cambiarias, los elevados superávits por cuenta corriente a nivel global, así como amplios superávits comerciales con EEUU.
"China tiene una larga historia de respaldar una moneda infravalorada a través de intervenciones prolongadas y a gran escala del mercado de divisas", reza el comunicado emitido el lunes por el Tesoro de EEUU. "En los últimos días, China ha tomado medidas concretas para devaluar su moneda", añade, explicando que el contexto de estas acciones confirma que el propósito de la devaluación de la moneda de China "es obtener una ventaja competitiva injusta en el comercio internacional".
Esta decisión no cuenta con represalias particularmente severas e inmediatas. Una vez que un país es acusado oficialmente de manipular su divisa, Washington abre un periodo de negociaciones e investigaciones que puede llegar a alargarse durante un año.
A partir de entonces, EEUU puede decidir si implantar multas en forma de aranceles, cuyo coste es relativamente pequeño y ascendería a no más de aproximadamente 21 millones de dólares al año, según la regulación revisada recientemente por la administración Trump. Sin embargo, el hecho de calificar oficialmente a China como un manipulador de su divisa supone una ofensa para Pekín que no hace más que alejar la posibilidad de cualquier acuerdo comercial.