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El mercado teme que Trump eleve del 10% al 25% su último arancel a China

  • El presidente de EEUU acusa a China de manipular la divisa
  • Trump aprovecha para cargar contra las decisiones de la Fed
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arreó fuerte el lunes contra Pekín acusando al Gobierno de Xi Jinping de cometer "una gran violación" que debilitará desmesuradamente al gigante asiático con el tiempo. A través de un tuit, el inquilino de la Casa Blanca sacó los colores a China por llevar el precio de su divisa hasta casi "mínimos históricos" y señaló la "manipulación" del yuan orquestada por la segunda mayor economía del mundo.

No solo eso. El republicano aprovechó la debacle para volver a llamar la atención de la Reserva Federal, a la que recomendó "escuchar" ante la caída experimentada por la moneda china. Sin embargo, esta no es la primera vez que el mandatario estadounidense arremete contra el valor del yuan.

Durante su campaña presidencial reiteró hasta la saciedad que el país debería ser calificado como un manipulador de divisas. Dicho esto, a principios de este año, la administración Trump optó de nuevo por no colgar a China este sambenito, pero mantuvo al país en la lista de vigilancia por prácticas monetarias potencialmente injustas.

Los aranceles pueden subir

Ahora que la devaluación del yuan es más que una realidad, la administración Trump cuenta con un mayor incentivo para continuar su pulso arancelario. Si el próximo 1 de septiembre entrarán en vigor los aranceles del 10% sobre un grupo de bienes chinos por valor de 300.000 millones de dólares, el incremento de este arancel hasta el 25% podría no hacerse esperar demasiado.

"El presidente es consciente que la política comercial forma ya parte de la función de la Fed a la hora de establecer su política monetaria y sopesa que una rápida escalada de las tensiones con China podrían ofrecerle ventajas de cara a las elecciones de 2020", explica Chetan Ahya, economista jefe de Morgan Stanley. Entre ellos, se baraja un mayor estímulo monetario por parte de la Fed, lo que podría ayudar a la economía estadounidense de cara a las presidenciales del año que viene. También podría ofrecerle margen de maniobra para perfilar un posible debilitamiento económico o conseguir incluso una gran concesión por parte de Pekín.

Sin embargo, a ojos de Ahya y su equipo, si la guerra comercial se intensifica aún más con EEUU aumentando hasta el 25% sus aranceles a todas las importaciones procedentes de China durante más de 4 meses, "la economía global entraría en una recesión en tres trimestres", señaló en un informe distribuido entre sus clientes.

El tuit de Trump sugiere que el mandatario seguirá presionando al banco central estadounidense para que implemente una política más acomodaticia para contrarrestar los efectos de las represalias chinas y evitará dar órdenes directas al Departamento del Tesoro de EEUU para que intervenga directamente para debilitar el dólar.

Pese a que el presidente estadounidense dijo el mes pasado que no descartaba medidas en este sentido, el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, incidió el viernes que la administración estadounidense no emprendería una intervención monetaria. A comienzos de año, Jerome Powell, presidente de la Fed, ya aclaró que su institución no apunta a la divisa y que el Departamento del Tesoro "es responsable de la política sobre tipos cambiarios".

El papel de la Fed

Aun así, la última escalada en la guerra comercial expondrá a los consumidores al fuego cruzado entre EEUU y China. Unos precios más elevados derivados de los aranceles por sí solos no deberían descarrilar el gasto del consumidor pero a medida que la retórica comercial aumenta, el sentimiento y finalmente el gasto podrían acabar siendo pasto del pesimismo. Es por ello que "hasta que estas tensiones comerciales disminuyan, la Fed no terminará con su ajuste acomodaticio", señala Tim Quinlan, economista de Wells Fargo Securities.

Hasta la fecha, los aranceles del 25% sobre bienes chinos por valor de 250.000 millones de dólares han afectado a productos industriales. Pero la nueva ronda impacta en juguetes, ropa y calzado así como gadgets electrónicos. "La aparente desaceleración en el crecimiento de la actividad del sector servicios, la escalada de las tensiones comerciales con China y la caída de la renta variable aumentan rápidamente las posibilidades de que la Fed se vea obligada de nuevo a recortar tipos en septiembre", avisa Andrew Hunter, economista de Capital Economics.

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