Nueva York
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió el viernes en la Casa Blanca con directivos y representantes de Exxon Mobil, Chevron Corp, Occidental Petroleum, Continental Resources y el American Petroleum Institute, entre otros, para buscar soluciones a la debacle sufrida por los precios del petróleo.
Un día después de que el mandatario adelantase un posible acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia para recortar la producción en al menos 10 millones de barriles diario, compromiso que aún está por confirmar, el republicano y miembros de la industria estadounidense buscaron soluciones temporales para paliar esta situación.
El gobierno federal ofreció varios salvavidas para capear la crisis, incluyendo la exención del pago de royalties que los perforadores deben costear por el petróleo producido en terrenos federales, la posible imposición de aranceles al crudo extranjero o la flexibilización de las regulaciones de distribución, según aseguraron fuentes familiarizadas con las conversaciones a distintos medios estadounidenses.
Dicho esto, las petroleras se opusieron firmemente a la idea de gravar las importaciones dado que esto podría dañar a las refinerías nacionales y complicar los proyectos y las relaciones comerciales transfronterizas.
El valor cae un 66%
El encuentro se produjo en un momento en que los precios mundiales del petróleo han caído ya en aproximadamente dos tercios este año, elevando la posibilidad de ver una ola de quiebras y despidos de perforadoras a este lado del Atlántico.
La primera pieza del efecto dominó cayó el pasado miércoles. Whiting Petroleum, quien fuera niña bonita de la industria del esquisto en EEUU, se vio forzado a cobijarse bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EEUU tras aguantar durante años a un precio del barril a 50 dólares pero no poder enfrentar la debacle que ha llevado esta semana al WTI a los 20 dólares en los mercados.
La pandemia del coronavirus y la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia ha aplastado a la industria petrolera patria, atosigada por un alto apalancamiento en los balances en un momento en que el mercado de deuda especulativa (también conocida como basura) ha registrado una espantada en las últimas semanas.
Desde el bufete de abogados Haynes and Boone, con sede en Houston, Texas, y especializado en quiebras dentro de la industria, advierten que durante el próximo año podrían producirse casi un centenar de reestructuraciones e impagos entre petroleras y gasistas.
De cumplirse estas proyecciones, casi se igualaría el número total de quiebras combinada registradas en los ejercicios 2015 y 2016, cuando los precios del petróleo cayeron a 26 dólares por barril.
