A pesar de que Madrid es la región española con los tipos más bajos de en la tarifa de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), resulta que es la Comunidad Autónoma en la que la tributación por habitante en este impuesto es más elevada, con un media de 3.280 euros, lo que supone un porcentaje del 16,72% de la renta media disponible por habitante, según se desprende de los datos del Panorama Fiscal Autonómico de 2021 del Consejo General de Economistas-Asesores Fiscales (Reaf).
Le siguen los residentes en el País Vasco con una media de 2.459 euros (12,15% de la renta media por habitante), Cataluña con 2.439 euros (13,71%), Navarra con 2.227 euros (12,19%) y Baleares con 2114 euros (13,23%). El pago medio por habitante en todo el Estado por IRPF es de 1.900 euros.
Como señalábamos al inicio, los tipos más bajos en la tarifa del IRPF se dan en Madrid y País Vasco, mientras en Cataluña, Navarra y Valencia los más altos. Si atendemos al tipo mínimo más bajo en la tarifa autonómica se sitúa en el 9% (18,5% agregado a la tarifa estatal) lo encontramos en Canarias, Madrid y La Rioja, mientras que el tipo mínimo más alto lo tiene Cataluña (12%, con un 21,5% agregado).
Con respecto al tipo máximo, el tipo más bajo también se da en Madrid (21%, agregado del 45,5%), mientas que los más elevados se dan en Canarias (26% y 50,5%), La Rioja (27% y 51,5%) Comunidad Valenciana (29,5% y 54,0%).
Multitud de deducciones
Las principales diferencias en este impuesto se producen no solo por la regulación de las tarifas, con multitud de deducciones, con un coste recaudatorio limitado, para favorecer la natalidad, ayudar a contribuyentes que tienen que atender situaciones especiales de discapacidad, intentar paliar la despoblación rural, favorecer comportamientos positivos para el medio ambiente y, como algo más novedoso, regulando algunos beneficios fiscales para víctimas de violencia de género o relacionados con la Covid-19, aunque, normalmente, solo se los pueden aplicar las rentas medias-bajas.
En el IRPF lo más importante de 2021 ha sido la subida en 2 puntos del marginal máximo de la tarifa estatal. En cuanto a las escalas autonómicas, la han rebajado un poco Andalucía y Murcia y la ha subido, en los tramos más elevados, la Comunidad Valenciana. Esto da como resultado un panorama con tipos máximos que van del 45,5 al 54%.
Ingresos tributarios generales
Los ingresos tributarios por habitante supusieron en 2019 (últimos datos oficiales) una media de 2.929 euros. Por encima de esta cantidad se situaron Baleares 3.738,9 euros de media, Madrid (3.414,8 euros), Cataluña (3.217, 9 euros) y Aragón (2.739,4 euros). En el último puesto está Canarias (1.505,6 euros).
Con respecto a los impuestos propios de las Comunidades Autónomas, las que mayores ingresos por habitante han obtenido son: Canarias (231,2 euros), Baleares (188,7 euros), Extremadura (110 euros), Asturias (96,2 euros) y Cataluña (86,1 euros). Y las que menos ingresos obtuvieron por su tributación propia fueron Madrid (1 euro por habitante) y Castilla-La Mancha (6,4 euros). Las cifras muestran que el desafío del Gobierno de Díaz Ayuso en tributos como Patrimonio o Sucesiones y Donaciones, que mantiene bonificados, hasta el momento no ha recortado la recaudación.
El Reaf, un año más, denuncian que la normativa en tributos cedidos es muy extensa -858 medidas- y farragosa, por lo que se hace difícil el conocimiento y cumplimiento de la misma por los contribuyentes. Todo ello, a pesar de que la recaudación por impuestos propios es el 2,1% de los ingresos tributarios totales de las CCAA y la recaudación por habitante es muy dispar.
Ante esta situación, los economistas ven conveniente contar con un patrón común para el establecimiento de tributos que graven el mismo objeto imponible, pues cada autonomía establece el impuesto de un modo diferente, en muchos casos para hacer tributar al mismo hecho imponible.
Novedades en otros impuestos
En el Impuesto sobre el Patrimonio, lo más llamativo este año es que cuatro comunidades -Aragón, Cataluña, Extremadura y Comunidad Valenciana- han reducido los mínimos exentos; que bastantes tienen tarifas más elevadas que la estatal; y que en Madrid no se paga por este tributo.
Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas han señalado que en todas las comunidades, incluidas las forales, se pagan unas cantidades "considerables de este impuesto, excepto en Madrid, donde está bonificado al 100%".
En el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, desde hace tiempo se produce una competencia fiscal a la baja cuando los contribuyentes son familiares cercanos del causante o del donante. En sentido contrario, en las modalidades de Transmisiones Patrimoniales Onerosas o de Actos Jurídicos Documentados, se ha intentado mitigar la caída de la recaudación por la pérdida de vigor del sector inmobiliario, con aumento de tipos impositivos.
Los economistas consideran que es necesario reflexionar sobre el mantenimiento o no de determinados tributos y la capacidad normativa de las CCAA sobre los mismos.
Fiscalidad medioambiental
Una de las reformas que reclaman los miembros del Reaf es la de la fiscalidad medioambiental. Aparte de introducir tributos que tengan este calificativo -cosa que sucede con la mayor parte de los impuestos propios-, las CCAA han regulado muchos incentivos para mejorar el comportamiento de los contribuyentes en este aspecto, lo que que valoran positivamente.
Valentín Pich ha explicado que en lo que respecta a la fiscalidad ambiental, que "las CCAA han tomado, simultáneamente, dos caminos destinados a un mismo fin: por un lado, gravar -aunque de forma desordenada- el uso del agua, las emisiones de gases, los residuos y la utilización de recursos naturales, y, al tiempo, ir introduciendo beneficios fiscales en Renta para conductas ambientales positivas".