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Ya es oficial: Estados Unidos ordena tomar huellas dactilares a todos los inmigrantes extranjeros mayores de 14 años

Donald Trump en Washington | Foto: Andrew Leyden

El pasado 20 de enero Donald Trump llegó a la Casa Blanca por todo lo alto firmando una retahíla de órdenes ejecutivas para dar el pistoletazo de salida a su segundo mandato. Una de ellas fue la orden ejecutiva 14159, una normativa que endurece significativamente la política migratoria de Estados Unidos y que entrará en vigor mañana, 11 de abril, para controlar a los extranjeros ilegales que puedan representar una amenaza para la seguridad nacional del país al "abusar de la generosidad de los americanos".

Siguiendo las directrices de la Casa Blanca, a partir de este viernes todos los extranjeros mayores de 14 años que permanezcan en territorio estadounidense durante más de 30 días están obligados por ley a registrarse ante el USCIS (Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos), un proceso para el que necesitan completar el Formulario G-325R. Y no se escapa nadie. Este requerimiento se aplicará tanto a los extranjeros que ingresen al país por primera vez como a los que ya residen en EE.UU de manera irregular.

Huellas dactilares para rastrear los antecedentes penales

Para completar el mencionado formulario será necesario registrarse en la página web del USCIS, que pedirá información personal detallada acerca de los datos de identidad y contacto de la persona. Tras enviarlo se organizará una cita para tomar las huellas dactilares al solicitante, al que también se le requerirá fotos y alguna firma en uno de sus centros de servicio.

Después de comprobar sus huellas dactilares, las autoridades competentes verificarán los antecedentes penales del individuo y emitirán una evidencia del registro que deberá mantener consigo en todo momento, sea cual sea su estatus migratorio. De no hacerlo podría enfrentar sanciones penales o civiles de hasta 5.000 dólares e incluso ser encarcelado por seis meses.

En cuanto a las excepciones, es importante señalar que no estarán obligados a completar este registro los que ya lo hubieran hecho en el momento de su entrada, así como aquellos que estén en proceso de conseguir el permiso de residencia, TPS, DACA, refugiados, solicitantes de asilo o los que hayan ingresado a EE.UU bajo el parole humanitario.

De este modo, queda reservada su cumplimentación a los inmigrantes indocumentados y a los visitantes frecuentes que ingresan al país sin trámites formales y permanecen en él por más de 30 días.

Polémica por recordar a deportaciones del pasado

Esta controversial medida no ha estado exenta de polémica. El Centro Nacional de Derecho de Inmigración ya expresó en su momento su preocupación, alegando que se trata de una reinvención de la Ley de Registro de Extranjeros de 1940 por la cuál el gobierno pudo detener a miles de personas de ascendencia japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Lo mismo ocurrió cuando, tras los atentados del 11S, utilizaron un proceso de registro conocido como "Sistema de registro de entrada y salida para la seguridad nacional" para identificar a los miembros de países de mayoría musulmana e iniciar actuaciones de deportación contra 13.000 personas, "agudizando el perfilamiento racial y el desmembramiento de las familias".

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