Economía

España tendría que cuadruplicar el flujo de inmigrantes que recibe para sostener las pensiones, según la AIReF

  • Se necesitan un millón de extranjeros más al año para mantener la tasa de afiliados por pensionistas
  • Las proyecciones del organismo sitúan el saldo máximo en 319.700 personas al año hasta 2029
Un hombre camina con un andador en Madrid. Europa Press.

La llegada de inmigrantes no será suficiente para compensar la jubilación de los nacidos entre los años 60 y los 70. No suplirá la falta de trabajadores en activo para mantener la tasa de afiliados por jubilados en el nivel actual de 2,4. Así lo indica la Autoridad Independiente y de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su último informe, Opinión sobre la sostenibilidad de las Administraciones públicas a largo plazo en el que revela que España necesitaría un millón de inmigrantes extra para que la tasa de dependencia no empeore. En el año 2024 llegaron total de 350.706 extranjeros a nuestro país según la Estadística Continua de Población (ECP) del INE. Es decir, para llegar a la cifra de la AIReF habría que multiplicar por cuatro -3,85 en concreto- el número de llegadas actual.

Se trata de una cifra mucho mayor a la que ya proyectaba el exministro de Seguridad Social en el año 2023, cuando expuso que la única fuente de crecimiento demográfico en la proyección es la migración neta y que, según sus cálculos, la llega de trabajadores del exterior crecerá de forma acompasada a la salida de población activa de la generación del baby boom. "A partir de 2035 la valoración de Seguridad Social considera un aumento de la inmigración cuyo valor neto responde a las dinámicas del mercado de trabajo nacional, y por tanto corrige el mayor tensionamiento del mercado laboral por la reducción de la población activa en edad de trabajar en estos años" rezaba el informe de Proyecciones del Gasto Público en Pensiones en España.

Según las previsiones del documento utilizado para la reforma de pensiones entre 2025 y 2035 el flujo migratorio variaría en el rango de entre las 200.000 y las 250.000 personas. A partir de ese año, la previsión de Seguridad Social de los saldos migratorios crecían, ejercicio tras ejercicio, hasta el entorno de los 450.000 extranjeros en 2050. Un pronóstico que ya entonces difería de las cifras publicadas por el INE y la Comisión Europea.

Las previsiones del organismo contrastan con el número de personas que requiere el sistema. De media, entre 2023 y 2050, los resultados apuntan a un flujo de entradas netas anuales en torno a 288 mil personas. En concreto, hasta 2029 la AIReF prevé un flujo de 319.700 personas de media al año, 273.600 hasta 2039 y de 279.000 hasta 2050.

El escenario base

En un sistema de pensiones de reparto -que se basa en que los ingresos y aportaciones de los cotizantes actuales permitan sostener las pensiones y prestaciones de las generaciones anteriores- como es el español, una pirámide poblacional equilibrada es clave. El crecimiento del gasto en pensiones se explica, principalmente, por la evolución demográfica. Y en una sociedad envejecida y con un crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) nulo, la figura de los extranjeros es determinante, una consideración que recoge tanto el documento presentado por Escrivá para la reforma de pensiones como por la AIReF este lunes.

En la actualidad, la AIReF estima que la población total de España aumentará desde los 48,6 millones a 1 de enero de 2024 hasta unos 52,1 millones en 2050 (52,7 millones en 2070), debido al paulatino incremento de la longevidad y de las migraciones exteriores netas. La población en edad de trabajar (entre 16 y 66 años) alcanzará un máximo de 33,6 millones de personas en el año 2029. Después, esta registraría una trayectoria descendente hasta llegar a un mínimo de 30,6 millones de personas en 2050. Además, según las cifras publicadas por la AIReF, con los flujos migratorios previstos, la tasa de dependencia mantendría una evolución creciente y alcanzaría un máximo de 70,5% en 2053.

Evitar la pérdida de población en edad de trabajar, algo casi imposible

Tanto el informe de la AIReF como el investigador de Fedea consultado por este diario, Miguel Ángel García, aseguran que es casi imposible evitar la pérdida de población en edad de trabajar con la actual tasa de natalidad y el profundo proceso de envejecimiento.

"La cifra de un millón viene dada por la cantidad necesaria de personas inmigrantes que serían necesarias para que no se redujera la población activa. Es muy complicado que se pueda conseguir, primero porque no parece que exista ese flujo disponible y también porque aunque existiera hay mucho riesgo de incurrir en problemas de integración" explica García.

La importancia de la calidad del empleo

Por otro lado, el presidente de Economistas Asesores Laborales (que pertenece al CGE), Jesús Fernández-Bravo, recuerda que el efecto positivo de los migrantes puede verse aminorado variables la precariedad del empleo. "Es imprescindible que los inmigrantes tengan acceso a empleos estables y de calidad para maximizar su contribución al sistema. Además, la política pública y la gestión de la inmigración juegan un papel crucial en asegurar que la llegada de nuevos inmigrantes se traduzca en beneficios a largo plazo para la sostenibilidad del sistema de pensiones" detalla el experto del CGE.

Según las últimas cifras disponibles, la tasa de paro de los extranjeros en España es del 17,43% con una división clara entre los procedentes de la UE (que presentaron en el último trimestre de 2023 una tasa del 13,94%) y los de fuera (para los que ascendía hasta el 18,78%). Además, según las cifras de afiliación de marzo, hay 2.921.205 (un 13,6%) trabajadores extranjeros en nuestro país. Este mes 217.516 figuraban como demandantes de empleo; mientras que un total de 296.054 personas firmaron un contrato (entre las que destaca un crecimiento del 22% en la industria). En cuanto al salario, los últimos datos del INE -del año 2022- muestran que el sueldo medio para los inmigrantes europeos estaba en los 26.282 euros. Para ese mismo año, el resto de extranjeros ganaron entre 18.200 y 18.600, dependiendo de su procedencia.

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