Inversion a Fondo

¿Cobra en 'scrip dividend'? Hacienda pone la lupa en el pago en acciones

  • La venta de derechos tendrá una retención independientemente del importe
  • Antes era ganancia patrimonial si el precio de venta superaba al de compra
  • Repsol, ACS, Iberdrola o Ferrovial serán las más afectadas
Dreamstime

Atento inversor. La llegada de 2017 ha traído de la mano cambios fiscales que podrían afectarle, sobre todo si es de los accionistas que cobra sus dividendos bajo la modalidad de scrip dividend o pago en acciones, una fórmula muy utilizada por aquellas compañías que no disponen de caja suficiente para pagar su dividendo, pero que no quieren que caiga su rentabilidad. Vea más noticias de la revista gratuita Inversión a Fondo.

Así, desde 2015 y hasta el pasado año, los únicos inversores que pagaban a Hacienda por cada céntimo que recibían de los dividendos eran aquellos que cobraban en metálico -se eliminó la exención que permitía no tributar por los primeros 1.500 euros percibidos como dividendo-.

Por otro lado, los que optaban por recibir nuevas acciones no tenían que pagar impuestos hasta que vendían esos títulos, mientras que los que vendían sus derechos en el mercado no sufrían retención y lo que ocurría es que se minoraba el precio de adquisición. Es decir, si el inversor elegía desprenderse de los derechos en el mercado, el precio de venta no tenía consideración de rendimiento del capital mobiliario como sí lo tienen los dividendos y lo que ocurría, fiscalmente, es que el importe de la venta de esos derechos se descontaba del precio de adquisición de las acciones y sólo se consideraba ganancia patrimonial en caso de que el precio de venta fuese mayor al valor de compra de los valores de los cuales procedían tales derechos. Esto es lo que ha cambiado.

Derechos de suscripción

Ahora, en el mismo momento en el que se transmiten los derechos de suscripción, con independencia del importe, se originará una ganancia patrimonial sujeta a retención. Eso sí, tenga en cuenta que para la declaración de la renta de 2016, la que presentará este año, se mantiene la regulación anterior. Según recoge la Agencia Tributaria en su página web, "se equipara de esta forma el tratamiento de valores cotizados con el tratamiento aplicable a los valores no admitidos a cotización en ningún mercado secundario y se evita una regla de diferimiento fiscal de difícil control".

De hecho, Antonio Paredes, portavoz de Gestha -Técnicos del Ministerio de Hacienda-, explica que "en la práctica, la anterior fiscalidad suponía un importante problema de control para la Agencia Tributaria e incluso para el propio contribuyente. Cuanto más tiempo hubiera transcurrido desde la compra de las acciones, mayor fuera el número de ampliaciones de capital y más antiguas fueran éstas, mayor dificultad habría a la hora de determinar el valor de adquisición de las mismas según el antiguo régimen de tributación. De esta forma, la venta de derechos de suscripción podía quedar sin tributar".

El nuevo régimen en principio perjudica al inversor y podría aumentar el número de accionistas que soliciten el pago en efectivo, tal y como explica Victoria Torre, de Self Bank: "A priori, perjudica al accionista, porque le impide diferir el pago de impuestos por la venta de derechos. Es probable que se incremente la proporción de inversores que opte por recibir el dividendo en efectivo, al tener ahora la misma fiscalidad que la venta de derechos. La opción de recibir nuevas acciones seguirá reduciendo el precio medio de adquisición, por lo que continuará permitiendo diferir el pago del impuesto y es posible que crezca la proporción de inversores que opten por esta modalidad". No obstante, la experta también recalca que la nueva normativa hará más simple la tributación al accionista, ya que el "broker le retendrá directamente el 19% de las ventas".

Los dividendos más afectados

Puede que la nueva fiscalidad acelere la tendencia que ha ya tomado el scrip dividend, ya que según datos de BME en 2016 el pago en acciones representó un 22% de las retribuciones repartidas en la bolsa española, lo que se traduce en que casi se redujo a la mitad en apenas tres años. Algunas grandes cotizadas españolas ya han comenzado a retirar total o parcialmente el pago en acciones. Es el caso de Telefónica, que no sólo ha retirado esta política, sino que ha reducido el importe que reparte entre sus accionistas para poder hacer frente de manera más saludable a la distribución de dividendos. Otra grande que también ha dado marcha atrás ha sido Banco Santander, ya que de sus cuatro entregas sólo una es en nuevos títulos, el resto serán en efectivo.

No obstante, con este nuevo cambio en la regulación las compañías que se verían más afectadas del Ibex 35 son Repsol, Iberdrola, Ferrovial y ACS, ya que realizan todas o varias de sus entregas bajo la fórmula del scrip dividend y ninguna ha anunciado fecha para quitarlo.

De este grupo, Repsol se mantiene al frente, ya que según el consenso de mercado que recoge Bloomberg este año ofrecerá una rentabilidad por dividendo del 5,2%. A diferencia de Telefónica, la petrolera recortó su retribución como consecuencia de la caída de los precios del crudo, pero ha mantenido el pago en acciones. El grupo mantiene esta fórmula desde el año 2012 y en el último dividendo que ha entregado, a principios de enero, el 79,75% del accionariado eligió recibir nuevas acciones, lo que supone la cifra más alta desde que Repsol recurre al scrip dividend. Este podría ser un síntoma de que los inversores apuestan por la buena marcha de los títulos de la petrolera en consonancia con la recuperación que ha experimentado el precio del petróleo, ya que normalmente aquellos que eligen esta opción creen que las acciones tienen potencial subida. Además, a nivel fiscal no conlleva retención hasta el momento en el que se vendan esos títulos.

Iberdrola

Por su parte, los analistas esperan que Iberdrola, que ofrece un 5%, conserve el dividendo en el entorno de 0,3 euros por acción. En ACS y Ferrovial ocurre lo mismo. En el caso de la constructora, los dos pagos se realizan en acciones. Se espera que la cantidad entregada este año experimente una ligera subida del 0,3%, hasta los 1,155 euros por acción. El primer dividendo llegará en febrero y los que hayan solicitado la retribución en efectivo recibirán 0,445 euros por acción, mientras que los que elijan nuevos títulos contarán con uno nuevo por cada 68 antiguos -ya no es posible optar a este pago-. Aunque todavía no está confirmado, el consenso de mercado espera que ACS reparta un segundo dividendo en julio, ya que tradicionalmente este es su esquema. Así, se prevé un pago de 0,71 euros por título.

Es cierto que estas compañías tratan de mitigar el efecto dilutivo del pago en acciones con una recompra de acciones que más tarde amortizan. El objetivo es destruir títulos para amortiguar las ampliaciones de capital con las que remuneran.

Para Ferrovial la mejorada estimada es del 3,2% y, al igual que ACS, realiza sus dos pagos en scrip dividend. A este saco de compañías que utilizan los papelitos para remunerar también podría regresar Gas Natural. La compañía, que se comprometió a repartir, como mínimo, 1 euro por acción en su plan estratégico 2016-2020, podría resucitar esta fórmula que había enterrado hace unos años.

Es el gravamen al que estará sometida la venta de derechos de suscripción, independientemente del importe. Para tributación final, las cantidades a tener en cuenta son las siguientes: hasta 5.999 euros el tipo impositivo es del 19%; entre 6.000 y 49.999 euros, del 21%, y a partir de 50.000 euros se aplica un tipo del 23%. De este modo, con los nuevos cambios fiscales en materia de dividendo, Hacienda dejará de perderse una parte del pastel.

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