Internacional

¿Cómo se plantea el verano en Europa? Los corredores entre países podrían ser la salvación al turismo

  • Las restricciones a las fronteras aéreas empujan hacia un turismo nacional
  • Los acuerdos entre Estados permitirían unos limitados viajes internacionales
  • Baleares y Canarias quieren establecer un corredor para visitantes alemanes
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A las puertas de arrancar la temporada de verano y con Europa en una clara desescalada en el número de infectados y fallecidos por la COVID-19, la Unión Europea comienza a estudiar la forma de levantar las fronteras entre sus Estados miembro. Una medida que va directamente enfocada a reactivar el turismo, ya que supone en muchos territorios la gran aportación al PIB y la industria que más seriamente se ha visto afectada por el coronavirus. Así pues, a la espera de unas directrices desde Bruselas, los Veintisiete ya contemplan distintas medidas, que van desde los pequeños corredores hasta las grandes restricciones sanitarias para mostrar al exterior una imagen de "destino seguro". | EN DIRECTO: Todos los detalles de la evolución del coronavirus.

La pandemia por el coronavirus ha azotado al turismo global. Así lo asegura la Organización Mundial del Turismo (OMT) que durante los últimos días ha llevado a la UE varios estudios sobre las consecuencias en este sector. En uno de ellos se desprende que "el 83% de los destinos del Viejo Continente han cerrado al turismo internacional", mientras que las caídas respecto a 2019 rondarán "entre un 60 y un 80%" en todo el planeta. Por ello, la OMT ya ha contemplado tres escenarios según se produzca la reapertura de fronteras que van desde el mejor de los casos, en julio y con un descenso del 58% en viajes, hasta el peor, en diciembre y una bajada del 78% de turistas mundiales. Por su parte, el escenario intermedio tocaría septiembre y una reducción del 70%.

Todo esto repercutirá en unas pérdidas de entre 910.000 millones y 1,2 billones de euros en exportaciones turísticas y entre 100 y 120 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Algo que, en el caso español podría dejar muy tocada la economía ya que según un estudio de la consultora Bernstein, España sería el país "más perjudicado" por la pandemia en el sector del turismo. Con un 14,6% de aportación al PIB, alrededor de 180.000 millones de euros anuales y 2,8 millones de empleos, las pérdidas de ingresos directos podrían llegar hasta los casi 50.000 millones.

Los archipiélagos españoles estudian cómo atraer turistas alemanes para no quedarse relegados ante Chipre, Grecia o Malta

En un Estado que pende tanto de las fronteras, la apertura por tierra, mar y aire se hace de una importancia vital y uno de los asuntos más relevantes de cara a la temporada de verano. Así, ya se están planteando diferentes alternativas entre regiones españolas menos azotadas por la COVID-19, como el crear un corredor para garantizar la llegada de turistas alemanes que tendría a Baleares y Canarias como eje español.

Condicionado a las políticas germanas, que no terminan de asegurar los vuelos a España para julio y agosto por el alto coste sanitario que podría suponer para su país (el Gobierno de Merkel es reticente a las repatriaciones, tras tener que llevar a cabo 250.000 desde el inicio de la crisis), los archipiélagos españoles no quieren verse superados por la competencia que llegue desde Grecia, Chipre o Malta.

Por ello, también, la necesidad de estas regiones de implantar medidas como la garantía de "destino seguro". Así lo ha comentado la ministra de Turismo, Reyes Maroto, quien ve conveniente fortalecer la Marca España y unos "corredores seguros" antes de la reunión con la UE donde se decidirán los parámetros comunes.

Una especie de sello internacional, que ya están promoviendo en destinos de Portugal que se concedería a regiones que cumplan los protocolos de higiene y eviten los riesgos de contagio entre sus establecimientos. Tildado en el país luso de Clean&Safe, estas garantías permitirían a regiones poco afectadas con Algarve salvar parte del turismo esencial para su economía.

Alemania, que limita con nueve países, ve en los viajes por carretera los corredores que también estudian Croacia y Grecia

Sin embargo, a falta de saber cómo evoluciona la lucha contra el coronavirus y las medidas que puedan llegar, todos los países europeos están optando por la prudencia y recomendar los viajes por carretera. Un hecho que, de levantarse las fronteras terrestres, sería más viable para potenciar el turismo con grandes restricciones sanitarias. A ello se agarra, por ejemplo, Alemania que ya ha puesto en marcha su corredor con Austria y podría hacer extensible a sus otras fronteras (Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Suiza, Chequia y Polonia) una salvación a la temporada estival.

También en Grecia, donde el 1 de junio se adoptarán medidas para el verano, o Croacia, que prevé no imponer restricciones en sus playas y dejar todo a la responsabilidad de sus ciudadanos. No así en Reino Unido que, todavía tratando de frenar la pandemia, pretende imponer una cuarentena a toda aquella persona que llegue por vía aérea a su territorio. Sea o no ciudadano británico, Irlanda y Francia están intentando llegar a acuerdos para fortalecer corredores y evitar estos 14 días confinados en hoteles o domicilios que dañen más aún al turismo.

Francia busca acuerdos con Reino Unido mientras las playas de Italia estudian restricciones sanitarias

"No se aplicarán medidas de aislamiento a las personas procedentes de Francia en la actual fase. Cualquier medida por uno u otro lado se realizará de modo coordinado y recíproco", anunciaron fuentes del Gobierno francés a la agencia France-Presse en lo que puede ser un acuerdo entre Johnson y Emmanuel Macron que sea pionero para el turismo de los llamados 'corredores'.

De cualquier forma, dentro de lo que será un 2020 marcado por los viajes nacionales, la oposición al Gobierno galo ya ha manejado la posibilidad de retrasar las vacaciones escolares dos semanas. De esta forma, la temporada de verano se alargaría hasta mediados de septiembre y Francia trataría de aprovechar estas fechas para reducir el daño sobre el que es el país más visitado del mundo.

"Roma, Madrid, París y Berlín están en constante contacto para fijar un protocolo idéntico de cara a la reapertura aérea"

Un factor que también busca Italia, pendiente de sus zonas costeras. El que ha sido el epicentro de la pandemia en Europa sigue dando pasos en su desescalada, mientras el primer ministro Guissepe Conte promete a sus ciudadanos "un verano sin cuarentena". Para ello, las autoridades transalpinas ya estudian la obligatoriedad en sus playas del uso de mascarillas y guantes, la implantación de mamparas o parcelas que permitan un distanciamiento o la posible medición de temperatura a la entrada a la arena (por encima de 37,5 grados habría veto a bañistas).

"Estamos en constante contacto con Madrid, París y Berlín", mencionó la ministra de Transportes italiana Paola de Micheli sobre la viabilidad de reabrir el tráfico aéreo. Una actuación que permitirá desarrollar protocolos conjuntos entre las cuatro potencias de la UE, de cara a reactivar el turismo en unos meses tan decisivos económicamente como los de verano.

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