
Tras crecer en Indra y entrar en el capital de Telefónica, el Gobierno mantiene la puerta abierta a que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) incorpore nuevos activos.
El próximo, de hecho, podría ya tener cara y ojos. Porque desde hace varios meses la sociedad estatal participa en las negociaciones para tratar de dar una solución a Talgo, el fabricante de trenes vasco cuyos principales accionistas, con el fondo Trilantic a la cabeza, quieren vender.
Haciendo uso del denominado escudo antiopas que aprobó el Gobierno en el marco de la pandemia para proteger a las empresas estratégicas españolas de inversores extranjeros, Moncloa vetó el año pasado la oferta pública de adquisición (opa) lanzada por la húngara Magyar Vagon al considerar la existencia de "riesgos insalvables para la seguridad nacional". Se trataba de una oferta, a 5 euros por acción (hoy cotiza en 3,8 euros), que contaba con el beneplácito de los mayores accionistas (Trilantic y las familias Oriol y Abelló) y del consejo de la compañía.
La checa Skoda se acercó a los dueños de Talgo para plantear una fusión que no tuvo recorrido y el grupo vasco Sidenor se ofreció hace unos meses para armar una propuesta con inversores prioritariamente nacionales. Esta es la vía que más gusta al Gobierno y, de hecho, ha ofrecido no sólo su respaldo institucional, sino que también podría formar parte de la oferta a través de la Sepi, con una participación que se situaría en el entorno del 5% de Talgo. También es la que apoya el Ejecutivo vasco, igualmente dispuesto a entrar en el capital a través del fondo público Finkatuz.
Ahora bien, en el camino han aparecido dos opciones. Tanto la polaca Pesa, con la que Talgo ya tiene alianzas, como la india Jupiter Wagons planean lanzar sendas opas sobre la compañía que preside Carlos de Palacio y Oriol.
La opción liderada por Sidenor se está encontrando con dificultades para reunir el capital suficiente para trasladar una oferta para tomar al menos el 30% que tiene Trilantic y, por ahora, el precio que ha puesto sobre la mesa está en el entorno de los 4 euros. Un nivel inferior a los referidos 5 euros ofrecidos en su día por Magyar Vagon, que es la valoración a la que aspira el fondo de inversión.
Tanto Pesa como Jupiter han formado parte de conversaciones para forjar una posible alianza con Sidenor, si bien -por ahora-. no se ha concretado nada y en este momento se contemplan tres posibles ofertas. En la retaguardia permanece Criteria, que desde el principio mostró al Gobierno su disposición a participar siempre que hubiera un socio industrial de garantías.
El Ejecutivo sigue apostando por la vía vasca, pero el rechazo del Congreso de los Diputados esta semana a la ley ómnibus ha provocado que decaiga la prórroga del escudo antiopas, por lo que, de no rectificarse, su poder de veto a las potenciales propuestas de la polaca y/o la india queda debilitado.
Más allá de Talgo, el Gobierno ha recurrido al escudo antiopas, aunque sin veto, en la opa de Antin sobre Opdenergy. En los últimos años también ha movido ficha para frenar la toma del 29,9% de Prisa por la gala Vivendi. Y en Naturgy ha impuesto condiciones a IFM y BlackRock en sus operaciones sobre la gasista. Tras la fallida opa de la emiratí Taqa el año pasado, la gasista aparece en las quinielas para una posible entrada de la Sepi ante una eventual salida de sus fondos accionistas.