
El Consejo de Ministros ha autorizado la solicitud de BlackRock para adquirir la gestora de fondos Global Infraestructure Partners (GIP). Esta operación supondrá un cambio de accionistas en Naturgy que sigue buscando fórmulas para reconfigurar su accionariado tras el fracaso de la operación con la compañía emiratí Taqa.
Fuentes del Ministerio de Economía indicaron que "esta adquisición mantiene las garantías sobre empresas que son estratégicas, como Naturgy. Siempre hemos mantenido que nuestra regulación guarda un equilibrio que permite realizar este tipo de operaciones, atrayendo con ello inversiones y salvaguardando los intereses estratégicos de nuestro país".
El fondo que dirige Larry Fink anunció el pasado 12 de enero un acuerdo para adquirir el 100% del negocio y los activos de GIP por una contraprestación total de 3.000 millones de dólares en efectivo y aproximadamente 12 millones de acciones ordinarias, lo que supone una valoración de la gestora de 12.500 millones.
Para poder hacer frente a este pago, Larry Fink llevó a cabo una colocación de deuda de 3.000 millones de dólares para desembolsar la cantidad pactada en efectivo y en la que ha logrado un papel de comanager Santander US Capital Managers.
Compleja operación
La operación de compra de la gestora se espera que se cierre el 1 de octubre, pero BlackRock cuenta como plazo máximo para desarrollarla hasta el 12 de enero de 2025.
La operación de compra de GIP por parte de BlackRock recibió también a principios de septiembre la autorización del organismo regulador estadounidense de la energía, Ferc, lo que supone otro avance en la misma. En caso de que BlackRock no llegara a cerrar la operación de compra de GIP, los Bonos emitidos, excepto aquellos con vencimiento en 2054, estarán sujetos a una amortización obligatoria especial (a un precio igual al 101% del importe principal agregado) en determinadas circunstancias si no se consuma la transacción GIP.
El Ministerio de Economía, por su parte, no quiso hacer comentarios sobre las condiciones impuestas a la gestora de Fink, pero fuentes del mercado indican que las exigencias puestas sobre la mesa serían idénticas a las planteadas al fondo australiano IFM, lo que supone mantener la sede en España y rechaza la opción de llevar a cabo una opa de exclusión.
Apoyo al empleo
Asimismo, el Gobierno puede exigir el apoyo al mantenimiento de una parte significativa de la plantilla, así como una política de dividendos prudente que permita acometer la política de inversión vinculada a la transición energética.
El veto a apoyar una operación de este tipo había vencido este pasado mes de agosto para IFM, lo que volvía a abrir esta opción. Naturgy prepara ya para el próximo diciembre su nuevo plan estratégico con el que aspira a plantear una opción de negocio para todos aquellos que quieran estar en la compañía, tal y como explicó su presidente, Francisco Reynés.
BlackRock mantiene participaciones menores del 20% en el capital de las compañías en la que participa. No obstante, la entrada en GIP podría suponer cambios en la rama de inversión en infraestructuras para poder seguir manteniendo el desarrollo de negocio que llevaba a cabo este vehículo.