
El presidente de Acerinox, Carlos Ortega, ha asegurado este viernes que la compañía "es española y no va a cerrar la planta" de Los Barrios (Cádiz), parada desde hace ya 75 días por una huelga. La planta de Palmones cerró con pérdidas cuatro de los últimos cinco ejercicios, aunque según su presidente no se ha planteado ni su cierre ni su venta. Ortega, por el contrario, se ha mostrado abierto a encontrar una solución que permita garantizar la viabilidad de la planta de Acerinox Europa, según ha explicado en una rueda de prensa previa a la Junta General de Accionistas prevista para el lunes. "No vamos a hacer un Ferrovial", ha dicho Ortega ante la posibilidad de empezar a cotizar en Estados Unidos, donde Acerinox tiene ya más de la mitad de su negocio y donde crece con la adquisición de Haynes.
Cada día de huelga le cuesta a la empresa 180.000 euros, y desde febrero la merma en la producción supera las 80.000 toneladas (cuando la producción media anual es de medio millón). En los dos meses largos ya de huelga se han vivido momentos de tensión, como un incendio intencionado en las instalaciones industriales de Palmones, que llevaron a la empresa a hablar incluso de un cierre patronal. La última reunión se cerró sin acuerdo, por lo que la negociación del convenio colectivo se da ya por bloqueada.
El Centro Andaluz de Relaciones Laborales, CARL, que ha estado mediando en el conflicto, ya sólo ve como soluciones una última oferta de las partes, que las partes se sometan a un arbitraje o someter a votación de la plantilla y de la dirección de la empresa una propuesta del mediador.
El comité de huelga ha convocado a los trabajadores para la mañana de este sábado a una asamblea para informarles de las últimas reuniones mantenidas y tomar una decisión.
Flexibilidad
La compañía insiste en que ha ofrecido una propuesta global de convenio colectivo para los trabajadores que mejora la anterior de acuerdos parciales para la desconvocatoria de huelga. La clave es la flexibilidad que permita reorganizar la actividad en función de las necesidades de cada momento. El consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez, reconoció la necesidad de que la planta se adapte a unas circunstancias en un "mundo muy volátil", algo que "no se puede hacer con la rigidez de la fuerza de trabajo".
Velázquez apuntó la necesidad de apostar por la "flexibilidad para no tener que recurrir a los ERTEs". "Se debe trabajar para fortalecer la plataforma con VDM, hacer más trabajos a medida y menos 'commodities', tenemos que especializarnos", aseguró al respecto, añadiendo que "para garantizar la viabilidad de la planta es necesario mayor flexibilidad y productos de mayor valor añadido".
Bloqueo
Los representantes de los trabajadores han rechazado en todo momento ese planteamiento, ante lo que entienden que es un intento de la empresa de disponer de su tiempo y para que cedan derechos.
Según la empresa, se ha vinculado la negociación a que se retire la demanda interpuesta por huelga ilegal y que se paguen 40 días de salario del tiempo en que se ha estado en huelga. Algo que la empresa no acepta.
Asimismo, la empresa mantiene que ha acercado sus posiciones a la propuesta de los trabajadores introduciendo un incremento salarial basado en las previsiones de IPC para los próximos años, un sistema de garantías de retribuciones para los supuestos en que el IPC supere las cuantías fijas pactadas o una prima de producción con nuevos coeficientes.
Igualmente, según ha indicado la empresa, su propuesta de convenio contiene un régimen de disponibilidad y adaptación de jornada en evitación de ERTE basado en principios de voluntariedad y con la finalidad que, en los momentos de crisis, el empleo siga siendo sostenible.
Contexto de la empresa
Acerinox no prevé realizar más adquisiciones a corto plazo, tras la compra de Haynes International, que espera cerrar en el próximo mes de julio, y descarta en estos momentos cotizar en Estados Unidos, según su presidente, Carlos Ortega. "Aunque nos gustaría cotizar en todo el mundo, hoy por hoy, no vamos a hacer un Ferrovial", ha asegurado Ortega este viernes en un encuentro con periodistas.
Con la compra de Haynes, Acerinox refuerza más su estrategia, en línea con la compra de la alemana VDM en 2020, de la triple A -América, aleaciones y aeroespacial- e impulsa aún más su liderazgo en el mercado estadounidense, que representa actualmente un 52 % de sus ventas, porcentaje que irá hacia un 60 % en los próximos años.
Ortega ha explicado que el grupo quiere "digerir" esta nueva operación, la más importante en tamaño en su historia y centrarse en trabajar por "maximizar" las sinergias con la empresa estadounidense.
Dificultades en Europa
El consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez Herreros, ha señalado que, en Europa, donde los asiáticos y sobre todo los chinos están inundando el mercado, el grupo debe adaptar su modelo de negocio y hacer cosas más especiales, productos de mayor valor añadido y más enfocados al cliente, ofreciendo una calidad y un servicio muy superior.
Con ello, se pretende compensar la subida de costes, porque, en España, ya no se puede competir por coste, ni por laborales ni por energéticos, y ofrecer un producto más exclusivo, por el que se pague, ha agregado.
"Todos los industriales hemos aprendido que tenemos que diversificar nuestras fuentes de suministro tanto por empresas como por regiones por lo que puede pasar", ha apuntado.
También pide a Europa acceso a una energía competitiva, estable y predecible. Este año está siendo favorable por las renovables en España y porque también hay mucho menos consumo industrial, pero "no podemos levantarnos y mirar al cielo, como los agricultores, a ver si podemos fundir", ha añadido.
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