
La industria cerámica de Castellón, el primer productor de Europa y el segundo exportador mundial por volumen, rompió todos sus récords de ventas el año pasado, al alcanzar una cifra de negocio de 5.538 millones de euros, un 16,2% más. Sin embargo, los fabricantes no están para celebraciones dado que ese incremento se basó en las subidas de precios por la inflación mientras que la producción se desplomó un 15% y el empleo se redujo un 6% ante una factura del gas que llegó a ser diez veces superior a la del ano anterior en determinados meses.
Como es tradición, el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, ofrecido los principales datos que ha registrado el sector en 2022 en la cita del sector en la feria Cevisama en Valencia. Nomdedeu destacó la fortaleza exterior del sector, que logró un 77% de sus ventas en el exterior, con 4.273 millones de euros (+16,6%). Por su parte las ventas en el mercado doméstico se estima que alcanzaron los 1.265 millones de euros, un 15% más.
Pese a tratarse de unas cifras con las empresas soñarían en casi cualquier ejercicio, el presidente de Ascer quiso dejar claro que "el aumento en la facturación se debe principalmente al aumento del precio medio de los productos que han aplicado las empresas para tratar de absorber parte del incremento de los costes de producción, básicamente el de la energía".
Nomdedeu recordó que ha sido un año que ha estado muy influenciado por la crisis energética y el impacto del coste del gas en las empresas ha sido importante, el peso de la energía sobre el total de facturación ha podido alcanzar el 40%. "La industria ha abonado casi uno de cada dos euros ingresados a pagar la factura energética", se lamentó el presidente de Ascer.
Polémica por las ayudas
La patronal considera que eso demuestra la necesidad de recibir ayudas por parte del Gobierno de España, como han hecho otros gobiernos europeos de países competidores del sector azulejero, ha manifestado Nomdedeu, que ha insistido en que todo lo que suponga retrasar el apoyo al sector por parte del Ejecutivo es "retrasar la recuperación de la competitividad perdida", según recoge Efe.
"Estocar no es la solución cuando el dinero no es barato y la liquidez no fluye, y esperamos que cuanto antes se arregle lo que estamos pidiendo, porque este es un sector viable", ha dicho Nomdedeu en relación a las ayudas de 450 millones de euros que el Gobierno se ha comprometido a conceder a las empresas cerámicas.
De hecho los efectos de los precios del gas son evidentes, ya que la producción cayó el año pasado un 15%, hasta 500 millones de metros cuadrados. El otro gran afectado fue el empleo, con la destrucción de 1.017 empleos desde julio del año pasado por los cierres de empresas como Todagres y los ERE en otros grupos como Pamesa, Halcón, Roca Tiles de Lamosa o Keraben-Saloni. Una cifra que supone reducir en un 6% los algo más de 17.000 empleos directos de las azulejeras, sin incluir sus proveedores.
Duante el año pasado estuvieron afectados por Erte cerca de 13.000 trabajadores, según los datos de la patronal, que precisamente se reunió con la ministra de Industria, Reyes Maroto, ante la falta de avances en las ayudas prometidas al sector.
La patronal considera que las condiciones exigidas, como estar al día en el pago de proveedores, las hacen inviables precisamente a las empresas más afectadas por la falta de liquidez por las facturas del gas. Maroto aseguró en Castellón que el Gobierno está dispuesto a escuchar pero se mostró inflexible ya que aseguró que esa condición está fijada en una ley respaldada por la mayoría de los grupos.