
La multinacional británica Victoria, dueña de Keraben, Saloni y de la marca Íbero, ha sido la última en sumarse a las medidas traumáticas para ajustar su producción ante la fuerte escalada de los costes productivos por la subida desbocada de la factura del gas, su principal energía.
Su filial española ha anunciado que negocia un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y que la factoría de Saloni en Sant Joan de Moró (Castellón) dejará la producción de la mayoría de sus líneas actuales "con el objetivo de hacer frente a la contracción de la demanda que está sufriendo el sector a nivel mundial y la escalada de los costes industriales y energéticos".
Según el plan anunciado por la compañía, la planta de Saloni sólo mantendrá el atomizador de pasta roja, en que se prepara la materia prima semielaborada, mientras que el resto de actividad de pasta roja y pequeños productos porcelánicos se trasladará a las plantas del grupo en Nules y Alcora.
Precisamente el encarecimiento del gas natural, la energía que utilizan los hornos de las azulejeras, ha dejado fuera de juego a la cerámica de pasta roja por su menor valor. Con la subida de costes, se hace más difícil trasladar la subida de precios a estos productos, fabricados con la materia prima tradicionalmente existente en España, frente a los de pasta blanca, que los clientes perciben como de mayor valor.
Victoria asegura que ese traslado permitirá recolocar a un tercio de la plantilla, aunque no concreta el número de trabajadores que prevé en el ERE. Según las últimas cuentas anuales de Saloni, al cierre de marzo de 2021 la empresa tenía una plantilla media de 339 trabajadores. Fuentes sindicales estiman que en el área de producción de la factoría trabajan cerca de 200 personas. Saloni, que fue adquirida en 2018 por Victoria por cerca de 100 millones de euros, .
Erte para 1.200 empleados
Además de esta medida, la filial en España de Victoria ya ha pactado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte) para cerca de 1.200 empleados del resto del grupo durante este año, con condiciones similares al aplicado durante 2022.
Además, en el caso de Victoria, que posee plantas productivas en España e Italia, el grupo compró una factoría en Turquía el año pasado, por la que apostó precisamente por sus menores costes, entre ellos los energéticos.