El Gobierno vasco quiere entrar en ITP Aero con entre un 6% y un 7% del capital, según confirman a elEconomista fuentes cercanas al Ejecutivo que preside Iñigo Urkullu. Se busca un 'asiento' en el consejo para asegurar la continuidad empresarial en Euskadi del grupo vasco.
Con esta participación -que ostentará dentro del 30% reservado por el private equity norteamericano Bain Capital para configurar el consorcio industrial español-, el objetivo es asegurarse un asiento en el consejo de administración del fabricante aeronáutico vasco, una vez se ejecute la venta por parte de Rolls-Royce -el próximo 30 de junio- y de cara a la desinversión futura del fondo estadounidense.
De esta manera, el Ejecutivo autonómico tendrá voz y voto a la hora de asegurar la continuidad empresarial de ITP Aero en Euskadi, además de su sede y empleos.
Esta estrategia cobra aún más importancia ahora, cuando la comunidad autónoma vasca ha perdido prácticamente una de las grandes empresas tractoras de su economía, Siemens Gamesa, y Euskaltel, otra de sus compañías insignia, atraviesa también un proceso similar de desarraigo tras haber sido adquirida por MásMóvil.
Compañía estratégica
La entrada del Ejecutivo de Euskadi en ITP Aero se realizará mediante el fondo público Finkatuz, impulsado para la toma de participaciones en empresas estratégicas y con el que ya se participa en CAF y Kaiku. Este vehículo de inversión cuenta con 260 millones de euros, cantidad que el Gobierno prevé elevar hasta 300 millones para desarrollar estas nuevas inversiones.
La presencia del Gobierno vasco en el capital de la futura ITP Aero hará piña con el Ejecutivo central a través de la Sepi con su participación en Indra -que prevé aumentar del 20% al 28%-, lo que asegurará la continuidad de una compañía estratégica para el sector aeronáutico civil y de defensa español.
De hecho, ITP tiene un papel relevante en los programas europeos del sector, como Eurofighter y el del futuro avión de combate (FCAS).
Pero todo parece indicar que la llegada de Indra a ITP Aero no se producirá en la fecha fijada del próximo 30 de junio. La compañía tecnológica que preside Marc Murtra tiene que reestructurar antes su consejo de administración para su desembarco en el fabricante aeronáutico vasco, con un día marcado en rojo en el calendario: la junta de accionistas del 23 de junio.
Por esta razón, el Ejecutivo español ha solicitado a Bain Capital un plazo adicional más allá del 30 de junio, fecha en la que el fondo debe ejecutar la compra del 100% de ITP a la británica Rolls-Royce por 1.625 millones de euros.
Indra entrará como socio mayoritario del consorcio industrial español que contará con un 30%. De ese porcentaje, JB Capital, el capital riesgo de Javier Botín, tiene un 10%, bloque en el que dará cabida a la familia Urrutia con Asúa Inversiones.
Otro 5% del capital es propiedad de la guipuzcoana Sapa Placencia que, además, tiene una opción de compra adicional (flex option) por otro 15% que podrá ejecutar y ceder a Indra para impulsar su aterrizaje final en ITP Aero. Sapa ya ha adquirido un 5% de Indra y su objetivo es seguir comprando, hasta llegar hasta el 8% del capital para tener un sillón en el consejo.
23 de junio de 2022
Esta fecha, en la que se celebrará la junta de accionistas de Indra, es clave para la firma tecnológica y para su futuro dentro de ITP Aero, ya que se aprobarán salidas de consejeros independientes contrarios al crecimiento del área de Defensa. Además, para elevar su peso en Indra, la Sepi -con más del 20% del capital- incrementará su cuota hasta el 28%, lo que le dará derecho a nombrar un tercer consejero dominical.