
El Índice de Precios de Consumo (IPC) de EEUU se redujo dos décimas en agosto respecto a julio, hasta el -0,1%, mientras que la inflación interanual se mantuvo en el 0,2%. El dato está en línea con lo previsto por los analistas consultados por Bloomberg.
La caída de los precios vino motivada por el abaratamiento de los carburantes, en particular de la gasolina, y por la fortaleza del dolar. Supone el primer descenso en siete meses.
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se mantuvo en el 0,1%. En el último año, el IPC subyacente se redujo una décima, hasta el 1,8%. Ambas lecturas también estuvieron en línea con lo estimado por los expertos.
En concreto, subieron los precios de la vivienda, la ropa, el tabaco y las bebidas alcohólicas, mientras que los de los nuevos vehículos y la atención médica se mantuvieron estables. Por el contrario, se produjo una fuerte caída de las tasas aéreas y descensos en el mobiliario del hogar y las reformas, el ocio y los vehículos usados y camiones.
Lejos del objetivo de la Fed
El dato interanual del 0,2% con el que cerró la inflación en agosto está todavía lejos del objetivo anual del 2% marcado por la Reserva Federal (Fed). Precisamente hoy la institución monetaria inicia su reunión, aunque los expertos dudan de que vaya a anunciar mañana, jueves, una subida de los tipos de interés, debido a la volatilidad en los mercados causada por la debilidad de la economía china y a que la inflación en EEUU sigue baja.
No obstante, el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, dijo recientemente que hay "buenas razones" para pensar que la inflación irá repuntando y sostuvo que el banco central no debería esperar hasta alcanzar la meta anual del 2% para iniciar la esperada subida de los intereses de referencia.