
Si repasamos la situación económica de Europa tenemos que admitir que todo se presenta de cara, la economía crece a tasas del 2,5%, desciende el paro, los tipos de interés siguen bajos, los precios del petróleo y materias primas en general no son elevados, el euro se mantiene a unos niveles que favorece las exportaciones Europeas, la inflación parece haber abandonado las tasas negativas y se mantiene en el rango del 1% - 1,5%. Con este panorama ¿Qué puede ir mal?
Bueno, pues la estrategia es mantener una buena dosis de renta variable Europea y al mismo tiempo rezar para que no pase nada raro en el mundo. Me explico, si analizamos la situación acontecida entre el año 2015-2016, Europa presentaba una situación parecida a la actual, pero en abril de 2015 las bolsas Europeas marcaron techo y empezaron los problemas, primero fue Grecia y en verano de 2015 el enfriamiento de China, ¿y qué pasó? Que el índice Eurostoxx50 se mandó una bajada del 30% con una economía en expansión y nuestro Ibex 35 un bonito -35% desde los máximos.
Seguimos con el mismo problema desde la crisis de 2008, nuestras bolsas están bancarizadas hasta la medula, y cualquier evento desfavorable en el mundo, se traslada a nuestra renta variable con caídas fuertes. Con esto tenemos que convivir, hasta que nuestras bolsas tengan más empresas como Inditex o en nuestros índices sea normal ver valores como Amazon, Google o Apple solo podemos esperar un susto detrás de otro.
Aquí tenemos el grafico del Leading Indicator elaborado por la OCDE, es un indicador adelantado que nos va informando sobre la situación del ciclo económico. Como podemos ver, tras la recuperación desde el año 2009, la economía Europea y la mundial, volvieron a entrar en recesión, eso nos llevó a marcar mínimos nuevamente en la bolsa Europea y Española. A partir de 2013, el indicador no avisaba de una nueva expansión económica, pero en 2015-2016 como ya hemos comentado una ligera desaceleración se convirtió en un nuevo terremoto en las bolsas de la vieja Europa.
Y desde mediados del año 2016, el Leading Indicator nos indica expansión económica sin ningún género de dudas y de momento se mantiene.
Tenemos que tener también muy en cuenta la situación del mercado EEUU, que lleva la segunda mayor subida temporal de la historia (9 años) sin recesión: lo que conocemos de los últimos 50 años es que cuando la bolsa americana retrocede un 10%, Europa se enfrenta a un tortazo de los buenos, así que con las subidas que acumula el mercado americano, no debería de extrañarnos que se tome un respiro y retroceda, y las bolsas europeas se enfrenten a caídas de más o menos envergadura.
No queda más remedio que enfrentarnos a esta realidad, por un lado la economía se expande a nivel mundial, y en Europa es una realidad innegable esto nos debe de predisponer a aumentar el riesgo invirtiendo en bolsa Europea y Española, pero siendo conscientes de que enfrentarnos a caídas dentro del año 2018 del entorno del 10-15% pueden ser normales. Este es el pago que tenemos que estar dispuestos para obtener alguna rentabilidad que el mercado de renta fija nos niega.
Si se producen caídas en la renta variable Europea debemos de considerar que es una oportunidad de aumentar la inversión en bolsa, sabiendo que el ciclo económico es expansivo y esos precios menores nos aumentan la posible rentabilidad y reducen el riesgo.
Para un inversor conservador le recomendaría que su exposición a bolsa se mueva entre el 10-20% de su cartera, o bien si tiene conocimientos del uso de derivados financieros como las opciones, aumente la exposición a la renta variable pero establezca algún tipo de cobertura con opciones, para dormir más tranquilo cuando se vea en el horizonte la amenaza de tormenta.
Mario Santos, profesor de Mercados Financieros del Centro de Estudios Financieros (CEF.-)