
EiDF duplicó el año pasado la retribución a la alta dirección a pesar de la grave situación financiera en la que se encontraba y que ha provocado que el auditor llegara a cuestionar su viabilidad.
Según explica en el último informe anual, la empresa retribuyó a la alta dirección, sin especificar el número de miembros, con 638.000 euros, frente a los 288.000 del año anterior. El máximo accionista, Fernando Romero, forma parte del consejo, ostenta su presidencia y ejerce hasta ahora las labores de consejero delegado.
En el informe, EiDF explica que "en el ejercicio finalizado al 31 de diciembre de 2022 la sociedad ha retribuido a los miembros del consejo de administración por funciones de consejeros en un importe de 169.000 euros de euros (90.000 euros en 2021)". Asimismo, se han abonado por otras funciones dentro de la compañía 351.000 euros adicionales (176.000 euros en 2021). Actualmente, el máximo órgano ejecutivo está conformado por siete miembros (dos mujeres y cinco hombres).
Endeudamiento
De acuerdo con las cuentas anuales consolidadas depositadas por la empresa gallega en el BME Growth, el año pasado la empresa pasó de facturar 48 millones a 299,7 millones de euros, lo que supone multiplicar la cifra de negocio por más de seis. Esto no ha impedido, sin embargo, que después de haber obtenido un beneficio neto de 1,1 millones de euros en 2021, en el último ejercicio el grupo entrara en números rojos y registrara pérdidas de 2,7 millones de euros. EiDF asegura, no obstante, que el grupo agregado, con todas las operaciones realizadas en el último año, ha alcanzado unos ingresos de 369,6 millones.
Las cuentas reflejan asimismo un vertiginoso crecimiento de la deuda. En 2020 los compromisos financieros de EiDF se elevaban a solo 2,8 millones de euros; en 2021 alcanzaron ya la cifra de 19 millones; y en 2022 ascendieron a 49,6 millones.
Tras asegurar que "en el curso de nuestro trabajo de auditoría se han puesto de manifiesto incidencias relevantes que suponen la existencia de debilidades significativas en el modelo de gobierno corporativo y el sistema de control interno de la sociedad, las cuales afectan, esencialmente, al área de gestión de contratos, seguimiento de proyectos y partes vinculadas", el auditor indica que el grupo "presenta un fondo de maniobra negativo de 20,9 millones de euros".
Según dice, esto, junto con otras cuestiones, "indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento", recalcando además que, pese a la reformulación de las cuentas "nuestra opinión no ha sido modificada en relación con esta cuestión".
En el informe forensic elaborado por Deloitte y hecho público por la CNMV, además, "se identifican numerosas incidencias relativas, entre otras cuestiones, a facturas y pagos por servicios que podrían no haberse prestado o no estar justificados, así como a la falsificación de documentos". En concreto, se "han identificado evidencias que pondrían de manifiesto que la explicación aportada por EiDF a sus auditores para justificar la naturaleza de sus créditos con determinadas sociedades no es real y que falseaban documentos (por ejemplo, contratos o facturas) que justificaban la naturaleza de dichos saldos".