La ciudad de Cáceres posee la segunda mayor mina de Europa de litio, uno de los minerales considerados "críticos" por su alta demanda para tecnologías esenciales y su reducida oferta. En un primer momento, la firma australiana Infinity Lithium propuso un proyecto de mina a cielo abierto para su explotación, que obtuvo una rotunda denegación a causa de las muchas pegas de la sociedad cacereña.
Sin embargo, en respuesta a las exigencias de la ciudad, a través de su filial española Extremadura New Energies (ENE), la compañía ha rediseñado toda su propuesta para hacer la mina totalmente subterránea y más respetuosa con el medioambiente. No se tocará la superficie del Valle de Valdeflores, una de las principales reclamaciones. "La zona más alta de la excavación estará a 40 metros por debajo de la superficie, con lo que no generaría ni vibraciones, ni polvo y no produciría ruido", afirma a elEconomista, Ramón Jiménez Serrano, CEO de Extremadura New Energies.
Otro de los grandes temores era que la mina contaminase el acuífero del Calerizo, "pero esto es imposible porque estamos en dos formaciones geológicas distintas, no se comunican", explica Jiménez Serrano. Además de estar bajo tierra, el proyecto pasa de usar energías fósiles (maquinaria normal de excavación) a ser un proyecto 100% eléctrico. De un proyecto que quemaba gas natural ahora se plantea como un proyecto que quema hidrógeno verde. Asimismo, al no tocar la superficie, la intención es instalar placas fotovoltaicas para que la compañía pueda disponer de su propia energía solar e hidrógeno.
"Sabemos que es un yacimiento único en el mundo por sus características: hay mucho litio concentrado cuya forma permite su extracción de una manera menos contaminante y más segura", explica el CEO de ENE. No requiere ácido sulfúrico, ni ningún tipo de aditivo que sea contaminante para la extracción del litio, sino agua para lavar ese proceso. El suministro de agua contará con agua reciclada de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR), así como con agua reutilizada de los procesos de recirculación interna, tratada a través de la purificación en un circuito cerrado, para lo que se construirá una planta de ósmosis inversa.
La mina, además, no se quedará hueca por dentro. De todo el yacimiento, la compañía aprovechará una parte y las rocas sobrantes, de las que no se pueda extraer todo el litio, se reinyectarán para cerrarla.
Creación de valor
Según las cifras de Extremadura New Energies, solamente lo que es la mina supondría una inversión de más de 600 millones de euros, sin contar con otras tecnologías como la fotovoltaica o el hidrógeno.

El desarrollo del proyecto está en manos de una empresa 100% cacereña. Todos los impuestos se pagarán en Cáceres, que según las estimaciones de la compañía, a lo largo de toda la vida del proyecto son unos 2.400 millones de euros: 1.200 millones para Extremadura y 1.200 millones para arcas nacionales. "Tenemos una planta de proceso que coge el litio que sacamos de la roca y lo convierte en hidróxido de litio que puede ser utilizado en las gigafactorías para crear baterías. El litio valía 1.000 euros la tonelada y el hidróxido de litio vale 17.000 euros la tonelada, de forma que dejamos un valor añadido en Cáceres de 16.000 euros adicionales. Sobre eso se paga impuesto", detalla Jiménez.
Además, se crearán 700 puestos de trabajo de forma continua durante 24 años para explotar la planta y la extracción. Durante la construcción se generarán 1.500 empleos directos durante dos años. "Los puestos creados incluirán formación especial y el salario medio que se va a pagar es más del doble del salario medio de Cáceres, por lo que dejará riqueza en la ciudad", declara en directivo.
En este sentido, ENE ha llegado a acuerdos con la Unión Europea para impartir a nivel regional los cursos sobre baterías e hidrógeno verde. Y se encuentra en conversaciones con la Universidad para crear en un futuro un máster, de tal forma que la gente de Cáceres o cualquier persona de fuera se pueda especializar en energías verdes.
Ser escuchados
"Ahora lo que la gente tiene en mente es el agujero en la montaña, con una administración local, que no autonómica, que quiere utilizar el argumento de mina abierta y no se quiere sentar a escuchar que hay un nuevo proyecto", explica Ramón Jiménez a este diario. La respuesta de la administración local es que el proyecto no existe porque no se ha presentado oficialmente, pero la presentación oficial no es posible hasta que no salga la resolución del juzgado del anterior proyecto.
En este sentido ENE también ha solicitado hablar con la plataforma Salvemos la Montaña para abordar el nuevo proyecto. "Lo que nos estamos encontrando es una sensación de 'no, porque no y no quiero escuchar', estamos intentando ver cómo cambiamos esa tendencia", recalca el CEO.