Blackrock ha alcanzado el 5% del capital de Repsol. La entidad respalda así la ofensiva renovable que ha iniciado la petrolera que dirige Josu Jon Imaz tras la compra de Hecate Energy que le otorga un gran potencial de crecimiento en renovables en Estados Unidos con 40 GW en proyectos y que puede convertir a la española en uno de los gigantes renovables del país. La compañía además ha reducido su peso en el área de producción de hidrocarburos con la venta de sus activos en Rusia y los procesos que mantiene abiertos tanto en Malasia como en Estados Unidos.
El movimiento de Blackrock se produce después de que la semana pasada Banco Santander comunicara también que ha elevado su posición en títulos de la petrolera hasta el 3,584%. En esta participación, que es propiedad de los clientes de la entidad, figuran el plan de recompra de acciones que ha lanzado la compañía y los derivados de Sacyr.
La constructora que dirige Manuel Manrique tendrá que adoptar una decisión sobre estos instrumentos financieros en septiembre y diciembre de este mismo año, pero el mercado descuenta que la compañía pueda reducir su participación hasta niveles del 3%.
Larry Finck, consejero delegado de la mayor gestora de fondos del mundo, defendió recientemente en su carta a los inversores del pasado enero que la inversión en transición ecológica suponía una oportunidad histórica.
La entidad además ha tomado cartas en el asunto y en las compañías en las que cuenta con una participación está exigiendo la aplicación de criterios de sostenibilidad en sus juntas de accionistas.
El gestor recomienda a las empresas contar con un plan de reducción de emisiones. Repsol, de hecho, fue la primera petrolera en dar ese paso al frente y presentar una política ambiental. La compañía adoptó en diciembre de 2019 el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en el año 2050, con lo que se convertía en la primera empresa de su sector en asumir esta ambiciosa meta. Al mismo tiempo, fijó una senda de descarbonización con objetivos intermedios de 2020 a 2040.
Con esta operación, Blackrock se convierte en el tercer accionista de Repsol, por detrás de Sacyr (8,2%) y JP Morgan (6,2%) y seguido por Amundi que cuenta con un 4,5%.
Repsol, además, avanza al mismo tiempo en la operación de búsqueda de un socio o salida a bolsa de su negocio de renovables y mantiene en el mercado también otra operación para dar entrada al negocio de Clientes a un inversor siempre que las ofertas alcancen los niveles que consideran adecuados para este área de crecimiento.