Empresas y finanzas

Liberbank abandona los planes de una fusión a la espera de una OPA

  • Los inversores especulan con una posible oferta al elevar un 5% sus acciones
Foto: Archivo

Liberbank ha aparcado cualquier operación de fusión tras romper las negaciones para una integración con Unicaja. Según fuentes financieras cercanas al grupo asturiano, la hoja de ruta ahora pasa por continuar con su plan estratégico en solitario y rechazar todo tipo de conversaciones con otras entidades para explorar una unión, al considerar que tienen recursos y solidez suficientes para afrontar el futuro de manera independiente. De esta manera, da un portazo a eventuales movimientos de Ibercaja y Kutxabank -las dos únicas alternativas que existen en el mercado- para explorar una operación corporativa de este tipo.

Eso sí, en el seno de Liberbank no descartan que en los próximos meses puedan tener que analizar una oferta pública de adquisición de acciones (opa) por parte de un tercero, debido al interés que podría despertar para otras firmas del sector. Abanca hizo una segunda intentona en febrero para hacerse con el grupo que comanda Manuel Menéndez y no se descarta que pueda llevar a cabo una tercera. Es también posible que otros bancos, incluso extranjeros, puedan acercarse y lancen una propuesta de compra. Entonces, de producirse, el consejo de administración analizaría las condiciones para defender los intereses de los accionistas.

Hay que tener en cuenta que en el órgano rector de Liberbank se sientan, además de las Fundaciones de las cajas de origen, los mayores inversores privados (el fondo Oceanwood, el mexicano Ernesto Tinajero y la familia asturiana Masaveu), que son los que han rechazado las condiciones para seguir adelante con la fusión con Unicaja por cuestiones de precio y reparto de poder en el grupo resultante. Todos ellos consideran que la propuesta realizada por Unicaja, que era inamovible, les perjudicaba y no generaba más valor a futuro.

El planteamiento del banco andaluz valoraba Liberbank, a precios de mercado, en unos 1.100 millones, frente a la oferta preliminar en efectivo y acciones de Abanca de casi 1.700 millones de hace tres meses. Unicaja no estaba dispuesto a bajar de un peso del 60% en la ecuación de canje. Fuentes financieras señalan que en las negociaciones su posición había sido flexible hasta este umbral y que en el inicio de las conversaciones había partido de una proporción del entorno del 70%, debido a que distintos ratios, como márgenes y recursos fuera de balance, se acercaban a dicho porcentaje en el grupo resultante.

Subida en bolsa

La posibilidad de que la entidad asturiana reciba una opa es la previsión que maneja el mercado y que se reflejó este miércoles en la cotización, al llegar a subir más de un 5% durante buena parte de la sesión. Sus títulos cerraron con un alza del 4,33%, hasta 0,41 euros.

Por su parte, Unicaja fue penalizada levemente por los inversores, al caer un 0,51%, al entender que con la ruptura de la fusión pierde atractivo. En sus caso, las posibilidad de que un tercero lance una oferta de compra son menores, aunque tampoco se descartan. Ya el Santander se planteó adquirir el grupo malagueño antes de hacerse con el Popular, en julio de 2017. Además, la Fundación Unicaja tiene que desprenderse en los próximos meses de un 10% y rebajar al 40% su participación en el banco para cumplir con las exigencias del BCE, algo que presiona a la baja los títulos en bolsa.

Al igual que Liberbank, Unicaja pretende continuar en solitario y llevar a cabo su plan de actuación. Lo hará desde una posición algo más holgada, ya que cuenta con uno de los mejores ratios de solvencia del sector, del 13,3%. Además, no descarta participar en alguna operación de integración en un futuro, aunque siempre con la premisa de aportar valor a los accionistas y liderarla.

El banco asturiano también tiene un ratio de solvencia elevada, aunque en su caso debe aún acelerar la limpieza del balance, a pesar de los esfuerzos y el trabajo realizado en los últimos. Liberbank ha rebajado la morosidad por debajo del sector, pero aún cuenta con un porcentaje de activos deteriorados sobre el balance superior al 10% y su rentabilidad se sitúa en niveles inferiores a los que exige el mercado y sus competidores. Espera que los impagos bajen del 3% a finales de este año.

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