Empresas y finanzas

Telefónica asume el recelo de los mercados hacia su sector pero resalta el potencial de la acción

  • Álvarez-Pallete comparte la carta del accionista de la próxima junta
  • El ejecutivo señala las turbulencias en Latinoamérica y Reino Unido
  • La compañía ha reducido su deuda en 12.000 millones desde 2016

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, considera que su compañía convive en un entorno "poco propicio, cuando no adverso", afectada por "el recelo de los mercado hacia su sector". Pese a ello, el primer ejecutivo de la 'teleco' se muestra convencido de que la cotización de la acción "tiene potencial de crecimiento para que refleje el auténtico valor de la compañía". Además de la tibieza de los mercados hacia el conjunto de las 'telecos', Álvarez-Pallete también indica otros dos elementos negativos que complican la operativa del negocio: "las turbulencias en bolsas importantes de Latinoamérica y la atmósfera bursátil negativa del Ibex".

Según señala en la carta al accionista, que la multinacional ha distribuido a través de sus redes sociales, su primer ejecutivo valora la mejora de las principales magnitudes financieras en un ejercicio en el que el grupo "ha cruzado el ecuador de su transformación". En ese periodo, en el que el 53% de los ingresos ya proceden de los datos y no de los servicios de voz, Telefónica ha elevado su resultado operativo. Así, su beneficio neto superó los 3.300 millones en 2018, el 6,4% más que el curso anterior, con tres años consecutivos de crecimiento. También celebra los márgenes de su grupo, que se han convertido en "referencia en el sector", y el flujo libre de caja, que sigue aumentado hasta superar los 5.000 millones de euros, una vez excluido el espectro.

Álvarez-Pallete apunta la creciente calidad de sus 356 millones de clientes, con más abonados de fibra o cable que de cobre, al tiempo que los suscriptores de contrato ya son mayoría en el negocio de móvil, con parecido porcentaje de usuarios de 4G. Frente a los presuntos reproches del mercado sobre la gestión de la deuda, el presidente de Telefónica recuerda que el saneamiento desde 2016 supera los 12.000 millones de euros, "tanto orgánicamente como a través de desinversiones de activos no estratégicos para la compañía", como es el caso de las recientes ventas de las filiales de Centroamérica o la desinversión en Antares, todas ellas realizadas durante el primer trimestre del año. Así, desde el pasado enero hasta la fecha, Telefónica ha logrado reducir su deuda a ritmo de un millón de euros a la hora.

En la misma carta, Álvarez-Pallete incide en el alto ritmo de inversión de su grupo, apuesta con la que el grupo refuerza cada año sus plataformas para así ganar relevancia entre sus clientes. En concreto, desde 2012, Telefónica ha invertido 82.000 millones de euros, al tiempo que mantiene "una atractiva remuneración a los accionistas, con un dividendo sostenible de 0,40 euros por acción con amplia cobertura".

Tributos de 10.000 millones

Frente a rivales que apenas tributan en los países en los que generan su riqueza, Telefónica señala que su impacto fiscal en los mercados donde opera alcanza los 10.000 millones de euros, lo que viene a ser "21 euros por cada 100 euros facturados". Asimismo, el impacto en el PIB de su actividad supera los 53.000 millones de euros, con más de 1,2 millones de empleos directos e indirectos.

En un momento de encrucijadas cruciales, en donde no han existido señales indicadoras, Álvarez-Pallete considera que su compañía ha acertado "al ver el camino de la transformación tecnológica" para ponerse a conseguirlo. Así, Telefónica se define como una compañía tecnológica que se sitúa "en el corazón de la revolución digital", ya que el motor de esa revolución es "una conectividad inteligente sobre nuevas redes de alta velocidad, flexibles, seguras y avanzadas que integran elementos de inteligencia artificial", incide.

"Estamos construyendo una compañía tecnológica para los próximos 20 o 30 años"

Con vistas al futuro, el directivo entiende que se "necesitarán redes aún más rápidas, redes mucho más capaces, redes mucho más seguras, redes mucho más simples, con menor latencia, mucho más inteligentes". En su opinión, Telefónica está construyendo una compañía en el largo plazo: "no para el próximo trimestre ni para los dos siguientes, sino para los próximos 20 y 30 años".

Ante los anteriores retos, Telefónica considera esencial ganarse la confianza de los clientes, inversores y conjunto de la sociedad, lo que exige "la protección de la privacidad y la seguridad de las comunicaciones o el uso controlado y ético de la inteligencia artificial son algunos de esos valores". Estos compromisos sintonizan con la Carta de Derechos y Obligaciones Digitales, por la que Telefónica defiende la pervivencia de los derechos individuales y sociales que ya estaban asentados en el mundo analógico, sin que se pierdan en el nuevo mundo digital.

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