
El Banco Santander ya ha comenzado a registrar las primeras sinergias por la integración del Popular. Los pasos dados por el grupo hasta el momento para unificar la entidad adquirida, como la reestructuración de los servicios centrales y del centro corporativo en España, se ha traducido en los primeros ahorros de costes para el banco cántabro. Concretamente, los gastos de explotación en España han vivido la primera merma al pasar de los 1.188 millones de euros a cierre de 2017 a los 1.110 millones a diciembre del ejercicio anterior, un 6,5% menos.
El Santander achaca directamente este ahorro a los procesos de integración realizados con el Popular. Los costes de explotación en España se incrementaron sustancialmente tras la adquisición del banco el 7 de junio de 2017.
A raíz de la transacción, la entidad pasó de tener unos gastos operativos de 798 millones a cierre de marzo de 2017 a elevarlos a los 1.161 millones tres meses después de comprar el que era el sexto banco del país, es decir, un 45,5% más.
Las operaciones llevadas a cabo tanto en la reducción de oficinas como en el número de empleados -recortó unos 1.100 puestos de los servicios centrales a principios del año pasado- en los últimos meses ha mejorado el ratio de eficiencia del banco en nuestro país que pasa del 58,9% de 2017 al 56,8% en el último ejercicio. La tasa se acerca así a la de la media del sector financiero en España que se sitúa en torno al 54%.
El Santander aún tiene pendiente hacer el mayor ajuste de la red, que comenzará a negociarse de forma inminente para saldar el año con los deberes hechos. La presidente de la entidad, Ana Botín, aseguró el pasado 30 de enero, en la presentación de resultados anuales del grupo financiero, que en breve comenzarán las negociaciones sindicales para realizar la segunda parte de recorte de personas.
Esta actuación vendrá dada por el inicio de la integración de la red tecnológica del Santander a las oficinas del Popular. El proceso se hará de forma gradual para que no afecte a los datos de los clientes y se extenderá seis meses.
A medida que se vayan implantando los sistemas del banco cántabro en las sucursales del que era el sexto banco del país, comenzará el ajuste de oficinas que irá de la mano con el de empleados.
Provisiones
El banco destinó el año pasado 320 millones de euros a dotaciones para cubrir el coste económico la integración de los servicios centrales y el centro corporativo del banco.
Además, ya fuera de España, Santander también integró el pasado otoño las sucursales de la filial lusa del Popular con las del banco cántabro. Sin embargo, esta operación se tradujo en unas plusvalías para le entidad de 20 millones de euros, según recoge el grupo en la presentación de resultados de 2018.
Los objetivos que Santander presentó a los analistas tras la compra de Popular era conseguir situar el ratio de eficiencia en España en el 50% de cara a 2020, una vez se viera el reflejo real de las sinergias que aportará la consolidación completa de los dos bancos.
Asimismo, el ahorro anual, antes de impuestos, previsto por el grupo financiero a partir de 2020 es de 500 millones de euros anuales.