Orange España ha situado a Euskaltel como objetivo ante la próxima oleada de grandes compras en el sector. Según ha podido saber elEconomista de distintas fuentes, por el momento solo existen intenciones, que podrían ganar consistencia en los próximos meses, lo que invita a vigilar esa posible ofensiva. Mucho antes de que Zegona anunciara su pretensión de crecer en el operador del norte, la filial española del gigante francés ya analizaba todas las variantes ante la eventual compra de la compañía vasca, especialmente cercana a la gala desde hace cinco años. Las relaciones entre ambas son excelentes. Las acciones llegan subir casi un 6% en bolsa.
De hecho, Euskaltel contrató en 2014 el servicio de roaming nacional a Orange, tras dejar plantado a Vodafone. Desde entonces, y fuera de Euskadi, Orange proporciona su red móvil al holding compuesto por la vasca Euskaltel, la gallega R y la asturiana Telecable, negocios de OMV que Orange procurará proteger ante cualquier eventual cambio de manos en el sector.
Por su propia naturaleza, el capital riesgo que forma parte del accionariado de Euskaltel estaría predispuesto a conversar con los posibles pretendientes, con vistas a obtener plusvalías de su inversión en un entorno global cada vez más favorable a la concentración.
Algo parecido podría ocurrir con el núcleo duro local, siempre que se protejan ciertos activos o inversiones en la comunidad vasca. El primer accionista de Euskaltel, Kutxabank, con el 21,32% del capital, tampoco ha cerrado la puerta a las ventas en los últimos meses.
De hecho, la entidad ya ingresó 212 millones de euros el pasado octubre con la venta a la concesionaria Globalvia de su 16,3% en Itínere. Asimismo, la caja vasca se desprendió hace tres semanas de casi el 8% en la ingeniería Ingeteam... sin olvidarse de la venta del 3,23% que atesoraba en Iberdrola en los dos últimos años.
Por su parte, Abanca -también socio de Euskaltel con el 4,48% del capital-, ha logrado ingresos extraordinarios de 300 millones de euros por la venta de su 23,8% en la concesionaria de autopistas del norte de la Península.
Orange España ya es el segundo mayor negocio del grupo francés, solo superado por Francia
Al margen, Kutxabank y Abanca, el resto de los dueños del Grupo Euskaltel son Zegona Limited (15%), Corporación Alba (10,02%), Capital (5,27%) y otras firmas como Artemis Investment Management (4,95%), Citigroup (3,21%) y Norges Bank (3,17%).
La frustrada opa de Zegona sobre el 14,99% de Euskaltel -el pasado 21 de diciembre tuvo que retirar su oferta, tras percatarse de que el 75% de los accionistas no estaba por la labor de vender al fondo británico-, abre la puerta a otros movimientos. Y entre ellos sobresale la opción de Orange. Si así fuera, la teleco que dirige Laurente Paillassot se vería obligada a lanzar una opa sobre la cotizada Euskaltel, como ya hizo la misma compañía en 2015 con la compra de Jazztel.
Orange España ya es el segundo mayor negocio del grupo francés, solo superado por Francia, y goza de pleno apoyo por parte de la matriz. La filial española acaba de celebrar sus 20 primeros años en España, tras la compra de Amena, y su balance tras la adquisición de Jazztel ha resultado muy favorable, a ojos del grupo. Ahora es el número 2 del mercado español, puesto que reforzaría con la incorporación de los activos de Euskaltel, líder en comunicaciones convergentes en el norte del país.
Espantada de Zegona
El fracaso de Zegona en su intento de convertirse en el primer accionista de Euskaltel ha tranquilizado momentáneamente al conjunto del sector, ya que el traspiés aleja la posibilidad de la entrada de Virgin en toda España como quinto operador nacional. La presencia de José Miguel García, ex consejero delegado de Jazztel, como futuro líder de Virgin-Euskaltel en España de la mano de Zegona, también era motivo de preocupación entre las grandes telecos, dada la trayectoria y conocimiento del mercado del ejecutivo español.
La reciente aprobación por parte de la Comisión Europea a la fusión de las filiales en Países Bajos de los operadores T-Mobile NL y Tele2 NL (propiedad de Deutsche Telecom y Tele2, respectivamente) también despeja un camino que hasta hace poco parecía contrario a este tipo de operaciones.
En la actualidad, Euskaltel ofrece sus servicios a más de 800.000 clientes residenciales y empresas, con posición de liderazgo en el País Vasco, Galicia y Asturias, con frecuencias propias en las tres comunidades autónomas y una red de fibra óptica que alcanza las 2,2 millones unidades residenciales en sus territorios.
La plantilla del grupo del norte cuenta con más de 700 empleados y con un empleo indirecto de 4.200 puestos en Euskadi, Galicia y Asturias. La gallega R ha desplegado más de 291.000 kilómetros de red de nueva generación, con presencia sólida en un centenar de municipios gallegos. La asturiana Telecable contribuye con otros 4.000 kilómetros de fibra óptica en el Principado. Además, los planes de crecimiento de Euskaltel apuntan hacia las comunidades vecinas de Cantabria, La Rioja, Navarra, así como la provincia de León.
Situación de sus rivales
Vodafone España se descuelga de los potenciales candidatos a una compra de Euskaltel, debido a la delicada coyuntura que atraviesa en estos momentos. Todo lo anterior aleja al operador rojo de cualquier posibilidad de demandar recursos al grupo europeo para nuevas inversiones.
MásMóvil ha crecido de forma prodigiosa en los últimos años a golpe de adquisiciones y podría mantener su trayectoria a corto o medio plazo, aunque no parece que sea el caso. Los responsables de Competencia aplaudirían una integración del cuarto y quinto operador, ya que permitiría dinamizar el mercado, aunque el bocado de Euskaltel por ahora es demasiado grande para una compañía que, históricamente, parecía predestinada a integrarse con los cableros del norte.
Pese a la poderosa solvencia financiera de Providence -accionista de MásMóvil-, las intenciones del cuarto operador apuntan al crecimiento orgánico, así como a consolidar su posición en un momento de gran exigencia a los inversores en frecuencias de 5G y despliegue de fibra. Además, MásMóvil podría resultar beneficiada de forma indirecta ante una eventual integración de Euskaltel en Orange, en el caso de que el regulador sectorial imponga medidas para favorecer la competencia.
De la misma forma, Telefónica se descarta de la puja por Euskaltel por motivos de competencia, sin olvidar también que sus objetivos de reducción de deuda le alejan de estas estrategias. Asimismo, siempre existe margen para que otro gran operador extranjero irrumpa en España a golpe de talonario, aunque no parece probable, ante las dificultades de un sector cuya actividad cotiza a la baja en Europa desde hace tres años.