
El año 2018 ha sido un ejercicio de contrastes para las dos utilities reguladas del mercado español: Enagás y Red Eléctrica. Si ambas arrancaban el ejercicio en caída libre -llegaron a ceder en torno al 15%-, la deriva que ha tomado el curso ha llevado a sus títulos a mantenerse en positivo frente al retroceso cercano al 10% del Ibex.
Este año será el decimosexto consecutivo en el que Enagás aumente su retribución al accionista y el decimonoveno de Red Eléctrica, en ambos casos desde que dieron su salto al parqué.
Que puedan continuar con esta política dependerá de las condiciones fijadas en el próximo periodo regulatorio, que en el caso de Red Eléctrica comenzará en 2020 -año para el que se espera un aumento de solo el 2% en el dividendo- y en el de Enagás en 2021, cuando se espera un recorte en sus pagos del 5%. "Aunque el sentimiento sobre el entorno regulatorio y la inversión en bienes de capital (capex) ha podido mejorar después del cambio de Gobierno de España, la visibilidad sigue siendo limitada en lo que se refiere a los retornos regulados y el marco regulatorio", apuntan en UBS.
De momento, en medio de las dudas sobre la retribución, Enagás ha sufrido un deterioro en su recomendación, que es la peor de su historia, con un claro vender. Mientras, Red Eléctrica oscila entre el mantener y la venta, según el consenso de mercado recogido por FactSet.
Las previsiones
En este contexto, el consenso de mercado espera que en 2020 -año en el que entra en vigor el nuevo marco de Red Eléctrica- la firma presidida por Jordi Sevilla aumente sus pagos poco más de un 2%, el menor nivel de toda la serie histórica. Desde 1999 -año de la salida a bolsa- a 2019 -que pone fin a su plan estratégico- la eléctrica habrá incrementado sus pagos a un ritmo anualizado del 13%. En todo caso, la política de retribución de la empresa no se conocerá hasta que actualice su hoja de ruta-se prevé que lo haga al conocerse la decisión sobre el retorno financiero-.
La CNMC ha propuesto un retorno financiero a las actividades reguladas de Red Eléctrica del 5,58%, frente al 6,5% actual. Según explican en Bankinter, la propuesta debe ser llevada al Consejo de Ministros antes del 1 de enero de 2019. Eso sí, la fecha límite para que se conozcan los parámetros definitivos se prolonga hasta julio de 2019. "Nosotros asumimos que el recorte de la retribución sea de 100 puntos básicos, en línea con la propuesta de la CNMC, lo que supone 50 puntos básicos más que lo que está descontando el consenso. Esto supondría un viento en contra del 14% en el beneficio por acción entre 2020 y 2021 y debería descartar un crecimiento del dividendo a medio plazo", señalan, por su parte, desde Berenberg.
Más allá del retorno establecido, la otra clave reside en la base de activos regulados (BAR). Los activos previos a 1998 de Red Eléctrica alcanzarían el final de su vida útil en 2023, por lo que el mercado también estará atento a si se extenderá la vida útil de los mismos. No hay una fecha definida para conocer la decisión del regulador con respecto a estos activos, si bien algunos analistas especulan con que se presente a la vez que la de la rentabilidad. "Estos [los activos previos a 1998] suponen aproximadamente el 40% del BAR de la compañía y es una gran preocupación para nosotros", advierten en UBS. "En estos nivelesel mercado pone en precio una extensión de más de 15 años (...). Nosotros creemos que probablemente obtendrá una prolongación de 1 o 2 años, pero la visibilidad es extremadamente limitada", apuntan. La distribuidora de electricidad cotiza a un multiplicador de beneficio de 14 veces, una prima del 5% frente a la última década.
Para Enagás los analistas dibujan una política de retribución en línea con su plan estratégico hasta 2020, cuando alcanzará un dividendo por acción de 1,68 euros. Así, desde su salida a bolsa habría incrementado sus pagos a un ritmo del 12% anualizado. Para 2021 descuentan un recorte del 5%, hasta los 1,6 euros por título.
En el caso de la transportista de gas el mercado tendrá más visibilidad a partir de febrero, cuando tras presentar resultados actualizará y extenderá sus proyecciones hasta 2023. "Dada la madurez del sistema gasista en España y el hecho de que hacen falta pocas inversiones, lo lógico es que el ritmo inversor sea más bajo y también el crecimiento. La estrategia de la firma pasa por la inversión internacional y creo que tiene capacidad para aumentar el dividendo, pero no al ritmo al que lo ha hecho hasta ahora", indice Álvaro Navarro, analista de Mirabaud Securities. Enagás ha dejado claro que el dividendo es estratégico y se ha preparado para una época más complicada saneando su balance. Ha pasado de una deuda/ebitda de 5,9 veces en 2016 a una de 4,4 veces en 2018, lo que le da margen de maniobra en un entorno regulatorio menos benigno.