
Los grandes empresarios españoles guardan silencio cuando se les pregunta cómo valoran que el próximo domingo Andrés Manuel López Obrador, candidato de Juntos Haremos Historia, sea elegido presidente de México. Con la ventaja en las encuestas, el ideario del populista se aleja mucho de las medidas aperturistas que ha ido adoptando el actual presidente, Enrique Peña Nieto.
Desde 2012, ha liberalizado el sector de telecomunicaciones, el energético y, hace apenas unos días, abrió el del agua, con la posibilidad de que se puedan impulsar concesiones; pasos a los que López Obrador se opone.
Aunque progresivamente a lo largo de la campaña el populista ha ido moderando su discurso, arrancó la carrera a la presidencia de México prometiendo revertir alguno de esos procesos, como el energético. A pocos días de las elecciones ya no habla de expropiaciones, pero sí de recuperar aquellos contratos que se pruebe que se han cerrado de forma "corrupta".
Peña Nieto ha liberalizado el sector del agua en plena campaña electoral
Aunque existe inquietud por el resultado electoral del próximo domingo, los empresarios españoles esperan a conocerlo antes de valorarlos -hay algunos medios mexicanos que todavía sostienen que no ganará las elecciones-; si bien su interés en el mercado mexicano es evidente.
El año pasado, las inversiones españolas en México marcaron récord desde que se calculan datos -1993-. Según DataInvex, en 2017 los distintos sectores económicos españoles destinaron más de 5.000 millones a México; superando el anterior récord, que se había marcado en 2004. El año pasado, las posibilidades que se daban a una victoria de López Obrador eran mucho menores que ahora y la cifra de 2017 refleja parte de las inversiones realizadas por el sector energético, tras la apertura de esta industria a la llegada de capital extranjero. Este máximo podría ser complicado de superar a corto plazo si López Obrador, ya como presidente, opta por dar preferencia a las empresas mexicanas, frente a las internacionales, como lleva anunciando durante su campaña electoral, que incluso denomina "Proyecto Nación". Concretamente, uno de los puntos de su programa electoral señala que propone "incrementar la producción de contenido nacional en sectores estratégicos".
López Obrador: "No vamos a confiscar bienes ni se van a llevar a cabo expropiaciones o nacionalizaciones. Vamos a sacar adelante el país enfrentando el principal problema: la corrupción. El plan es ese: acabar con la corrupción"
Este giro nacionalista ha puesto durante muchos meses a la banca del país en jaque. Durante la etapa más dura de la candidatura y del largo pasado político del mexicano, incluso se llegó a plantear abrir la puerta a que algunas entidades extranjeras fueran a ser nacionalizadas. En los últimos meses, sin embargo, ha tratado de reducir esa expectativa y ha lanzado el mensaje a los bancos "mexicanos" de que pueden estar tranquilos.
También ha aplacado su amenaza de subida de impuestos. "No vamos a confiscar bienes ni se van a llevar a cabo expropiaciones o nacionalizaciones. Vamos a sacar adelante el país enfrentando el principal problema: la corrupción. El plan es ese: acabar con la corrupción", señaló López Obrador ante directivos de entidades financieras y empresarios en uno de sus mítines de campaña. También garantizó la independencia del banco central y prometió no subir ningún impuesto: "ni el IVA, ni el de la renta".
Fuerte exposición de la banca
Una de las empresas españolas que más se juega con las elecciones en México es BBVA, que controla Bancomer y que le generó cerca de la mitad del beneficio en 2017. En total, de acuerdo con DataInvex, el sector financiero es el que cuenta con una mayor exposición a México, con un stock de inversión en el país que superaría los 130.000 millones.
Las amenazas de nacionalización que en el pasado lanzó López Obrador sobre la banca han creado malestar y preocupación. Francisco González, presidente de BBVA, en su reciente intervención en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales 2018 de BBVA Bancomer, elogió los avances dados por el actual presidente mexicano, José Peña Nieto, en un gesto que se interpretó por la prensa del país como un signo de apoyo a su candidatura. Andrés Manuel López Obrador, al contrario que el resto de candidatos a las elecciones, declinó acudir a la reunión de Bancomer, aunque estaba invitado.
En los últimos días, el banco español ha anunciado cambios en su ejecutiva en México que se han relacionado con un gesto hacia López Obrador. La entidad ha propuesto nombrar a Jaime Serra presidente del consejo de administración de Bancomer. Serra ocupó entre 1988 a 1994 la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial y fue el principal negociador por México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Además de que se le como un ejecutivo más afín a los gustos del posible nuevo presidente que el actual primer espada de Bancomer, Luis Robles Miaja, Serra es un figura especialmente relevante en este momento, cuando se tienen que renegociar justo el tratado cuya firma lideró.
México es una compañía clave para numerosas empresas españolas. Las energéticas, por ejemplo, son las segundas por stock de inversión, con más de 20.000 millones en el país y están haciendo inversiones
Por su parte Ana Botín, presidenta del Santander, cuya exposición a México es muy inferior a la de BBVA, ha señalado que "trabajará con cualquier gobierno democrático" y Sabadell señala que sigue apostando por su crecimiento en el mercado mexicano, y que lo hará de forma sostenida para "alcanzar un volumen de negocio de 16.000 millones de pesos en 2020", adelanta Francesc Noguera, consejero delegado de Sabadell México.
Gran apuesta
Además de para la banca, México es una compañía clave para numerosas empresas españolas. Las energéticas, por ejemplo, son las segundas por stock de inversión, con más de 20.000 millones en el país y están haciendo inversiones. Cepsa, por ejemplo, se adjudicó tres bloques exploratorios en México en marzo y en los últimos días ha firmado los correspondientes contratos con Pemex. Repsol, por su parte, además de producir caucho sintético, también cuenta con cuatro bloques exploratorios. Pero donde más impacto puede sufrir Repsol es en su plan de despliegue de gasolineras. En el caso de las generación eléctrica y las renovables parece que no habrá problema, puesto que López Obrador se ha comprometido a desarrollar las fuentes de emisiones limpias para cumplir con el Acuerdo de París.
El sector turístico es otro que espera las elecciones. López Obrador amenazó con parar, revisar o no ejecutar el nuevo aeropuerto de Ciudad de México. Además de a las constructoras, esto podría limitar el crecimiento de las aerolíneas.
BBVA se juega su futuro
BBVA es el banco español con mayor exposición en México. Con casi el 30 por ciento de cuota de mercado, el grupo que preside Francisco González debe a su filial mexicana el 42,6 por ciento de su beneficio. El grupo ganó en el primer trimestre del año 1.340 millones, de los que 571 millones procedían del negocio en México.
Los analistas temen que una ralentización de la economía por una mala resolución en las negociaciones del Nafta (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte) haga caer la tendencia de crecimiento de los préstamos, ponga en riesgo la calidad de los activos e incluso llegue a frenar el crecimiento de los márgenes.
BBVA suma una cartera crediticia en México de 47.243 millones, los depósitos de los clientes alcanzan los 47.522 millones y los recursos gestionados fuera de balance, los 20.000 millones.
Santander teme el impacto
El Santander reconoce que cualquier trastorno macroeconómico en el país mexicano puede impactar negativamente en los ingresos de las familias y por tanto tener un efecto negativo sobre el banco. No obstante, la vulnerabilidad de la entidad en México no es muy significativa ya que su filial en el país azteca solo aporta el 7 por ciento de su beneficio. A cierre del primer trimestre, el banco ganó en México 175 millones, siendo el quinto mercado que más aporta al grupo cántabro, y muy lejos de Brasil, que encabeza esta contribución con 677 millones.
El Santander tiene una cuota de mercado en México del 13 por ciento y es el tercer banco que más hipotecas concede. El grupo señala que el nuevo Gobierno podría implementar cambios en leyes, políticas y normativas que afecten a la situación económica y, por tanto, a la entidad.
Repsol tiene comprometidos 400 millones en gasolineras
Repsol tiene varias líneas de negocio en México. Desde hace una década distribuye lubricantes y especialidades, y participa junto con el Grupo KUO, en Dynasol, propietaria de una planta de fabricación de caucho sintético en Altamira. También se ha adjudicado cuatro bloques exploratorios de hidrocarburos en dos rondas de subastas, la última celebrada el pasado mes de marzo.
Pero donde tiene una mayor apuesta es en el mercado minorista de carburantes. El pasado marzo anunció una inversión de 400 millones de euros en cinco años para construir unas 200 gasolineras y conseguir una cuota de clientes del 8 al 10 por ciento. El proyecto avanza y ya ha inaugurado alrededor de una docena de estaciones de servicio. El candidato López Obrador ha llegado a prometer la congelación de los precios de los carburantes.
Telefónica afronta un entorno competitivo muy agresivo
El cambio de Gobierno de México no prevé alterar la coyuntura con la que actualmente convive Telefónica en aquel país. José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo del grupo, ya reconoció a elEconomista durante la presentación de los últimos resultados anuales que su compañía no "estaba satisfecha con la trayectoria en México, con resultados peor de los esperados", circunstancia de la que exculpó a su equipo, del que dijo "está haciendo un trabajo tremendo". Los problemas se deben a la feroz situación competitiva, con dos colosos como Claro y AT&T enzarzados en una guerra de precios que lleva meses destruyendo valor en el sector. Ante tan poderosa pinza, Telefónica ha optado por optimizar las inversiones y resolver la disputa que mantenía con el Gobierno azteca sobre el pago de compensaciones de 850 millones.