
BBVA se propone convertir la fintech mexicana Openpay en "un jugador regional" en Latinoamérica para plantar batalla en el negocio de los medios de pagos con el comercio y utilizarla, incluso, como plataforma para desembarcar en nuevos países. Fundada en 2013, el grupo la compró en 2016 y la llevó a Colombia y Perú. Ahora ultima su entrada en Argentina y le seguirá Uruguay. No hay destinos fijados después, pero sí la vocación de abrirse con ella a mercados donde ni siquiera opera el banco.
"La vocación es que sea un jugador regional porque, además, jugadores regionales en el mundo de adquiriencia hay muy pocos, y que conjugue a la vez la proximidad local con que la solución, el software que ofrece, sea el mismo en todos los países con algo de adaptación", explica el responsable global de pagos de BBVA, Ignacio Bañón. Entre los rivales figuran la plataforma Getnet, del Santander, Prisma, Rede, Cielo o Transbank.
Pagos en comercios
Openpay es un procesador de servicios de pagos (PSP) para grandes empresas y pymes, que facilita el comercio electrónico, incluido el de dispositivos móviles. La plataforma permite, en tiempo real, recibir pagos con tarjetas -físicos y online-, en efectivo, con puntos de programas de fidelización o vía transferencia bancaria. Cuando la compró, la fintech contaba en México con una red de más de 12.000 puntos de venta asociados y actualmente copa más del 30% de la cuota del mercado azteca. "En los comercios con los que trabajamos en estos países para hacer soluciones de pago nuestro plan de negocio es multiplicarlos en los siguientes años, por ejemplo, por tres", estima.
La apuesta que dibuja es decisiva: "El plan de expansión es muy grande, cuando lo compramos tenía menos de 100 profesionales, ahora tiene más de 300 y este año creo que se llegarán a casi 500. Hay un plan de despliegue muy ambicioso y, aunque no hay fecha para Uruguay lo lanzaremos y también, seguramente, en países donde no esté BBVA presente", desliza Bañón.
La indicación encaja en la nueva estrategia de expansión. El presidente del grupo, Carlos Torres, dejó claro en febrero que la vocación de BBVA será crecer en mercados nuevos "a través de operadores digitales". En Italia entró como neobanco y se ha posicionado en otros países de forma indirecta a través de fintechs (en Brasil, a través del 29,7% que controla en Neon Pagamentos; en Reino Unido, con el 31% en Atom Bank y en otros mercados europeos con su 16% en Solarisbank). Openpay se dibujaría como un transatlántico para hacer incursiones en Latinoamérica y en pagos.
El grupo se ha autoimpuesto captar 10 millones de clientes entre 2021 y 2024
La intención es que Openpay sea la fábrica adquirente y que dé las soluciones, y BBVA sea el banco que tiene la licencia y firma el contrato con el comercio. "No queremos que el negocio del cliente esté fuera del banco porque el valor que le vemos es precisamente el capturar el valor del comercio para nosotros más allá de los pagos", explica.
El empeño por los pagos forma parte de la estrategia global del grupo, que entre 2021 y 2024 se ha autoimpuesto captar 10 millones de clientes y elevar su rentabilidad sobre recursos propios tangibles (ROTE) al 14%. Fía gran parte, precisamente, a negocios de mayor valor como los pagos y seguros, además de potenciar la banca privada y de inversión o la financiación con pymes y consumo. "La parte de pagos para BBVA es estratégica porque además de que son fuente de rentabilidad y crecimiento directa, proveer soluciones de pagos a nuestros clientes, sean personas o empresas, es mantener la relación con ellos. La transaccionalidad de clientes es muy importante para ser su proveedor financiero", refiere.
Los pagos abren opciones para tener mayor vinculación, vía financiación, inversión u otros servicios, y en BBVA están convencidos además de que "es un negocio que nos va a traer crecimiento" por la capacidad de penetración y la "tendencia muy grande de digitalización" en los pagos donde el efectivo está dejando paso a abonos por "raíles digitales", agrega.
"El mercado nos está señalando cómo quieren pagar los consumidores y también qué quieren ofrecer los comercios a sus clientes", señala Bañón
Y Openpay es solo una de las líneas de actuaciones en medios de pago. El banco quiere empujar también su tarjeta Aqua, de máxima seguridad al carecer de números impresos y operar con un CVV único y dinámico y explora el mundo del buy now y pay latter (compra ahora y paga después) que han popularizado fintech como la sueca Klarna o la australiana Afterpay.
"El mercado nos está señalando cómo quieren pagar los consumidores y también qué quieren ofrecer los comercios a sus clientes", señala Bañón. La clave, explica, será afinar plazos y precios para ofrecer un servicio en auge. Rememora a las tarjetas revolving porque financia a plazos, pero en la nueva formulación el operador puede decidir si lo presta gratis, cobra una comisión o un interés.
En España, BBVA ha creado una solución ad hoc para que AliExpress permita a sus clientes comprar a plazos y está "en conversaciones con más comercios -físicos- y e-commerce" para replicar el modelo. Además opera con el servicio de la banca Plazox, ha metido el sistema en tarjetas de fidelización como la que emite para Inditex y casi acaba de meterlo también en sus tarjetas de débito. "Esto antes no se hacía y no lo hace casi ningún banco", remarca, en alusión al pago a plazos con tarjeta de débito. Para operar la fórmula de 'comprar ahora y pagar después', en España y México tiene desarrollos propios y está abierto a alianzas con especialistas para llevarlo a otros mercados "con la idea de desplegar todo esto al máximo cuanto antes".
Más de 10 millones de 'Aqua'
La tarjeta Aqua se convirtió en referencia mundial cuando la lanzó en 2020 por su alta seguridad en pagos online. Arrancó en España, donde tiene 1,7 millones emitidas, y en México, donde supera los 8 millones. La llevó a Turquía y está en pleno despliegue en Perú, Argentina y Colombia. En su mayoría son tarjetas de la modalidad de crédito, salvo en Italia, donde es débito y opera con otro nombre.
Bañón indicó que muchas emisiones son de clientes nuevos que la buscan. El banco no prevé sustituir su parque de más de 100 millones de tarjetas en todo el mundo con la tarjeta Aqua, pero sí baraja lanzar una versión affluent.
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