La gran banca ya refleja los efectos de la pandemia en la morosidad. A pesar de que tanto entidades en particular como el sector en su conjunto tienen la tasa de impagos contenida (cerró diciembre en el 4,29%, según los últimos datos del Banco de España), los sectores más afectados por el Covid, como hostelería, turismo, comercio u ocio, comienzan a hacer notar los estragos de la crisis. Los principales bancos del país incrementaron un 47% la morosidad en estos sectores a cierre de 2021 frente a un año antes.
Concretamente, el volumen de créditos impagados pasó de situarse en diciembre de 2020 en 8.800 millones de euros a rozar los 13.000 millones de euros en el último ejercicio, de modo que la tasa de mora en estos gremios se incrementó casi un punto, del 4,3% al 5,2%, situándose en la actualidad por encima de la media. Entre los sectores en los que más creció la mora se sitúan el turismo, la hostelería, el transporte y los locales de ocio y entretenimiento.
Por entidades, el Banco Santander incrementó el volumen de préstamos impagados en estos sectores hasta un 45% en el último año, hasta los 6.800 millones de euros. BBVA los elevó un 21%; hasta los casi 3.600 millones. CaixaBank, que sumó el año pasado el agregado de Bankia tras materializar la fusión, cerró 2021 con una mora en estos sectores de 2.200 millones, el doble que a 2020. Por su parte, el Sabadell no refleja el desglose por sectores, pero sí evidencia un aumento de la morosidad del 266% en los créditos avalados por el ICO, que se fueron a las compañías más afectadas por la pandemia.
A pesar del incremento de la morosidad en estos sectores, el conjunto de las entidades no espera grandes alzas de los impagos derivados de la pandemia. Los ejecutivos de los principales bancos han insistido en sus distintas apariciones públicas en que la morosidad, pese a que se incremente de cara a este año, será controlada. No obstante, el sector mantiene intactas las provisiones realizadas en 2020 para cubrir los posibles impagos que dejara el Covid y no decidirá qué hacer con ellas hasta que vaya avanzando 2022. De entrada, a partir del próximo mes de abril comienzan a expirar las carencias concedidas en los avales ICO. Es decir, aquellas compañías que se acogieron al aplazamiento del pago del préstamo tendrán que empezar a abonar sus deudas a partir del próximo mes. A partir de ahí se verá la situación real de las compañías y se medirá su fortaleza para hacer frente a las deudas.
Rusia suma incertidumbre
La crisis bélica encabezada por Rusia le añade más incertidumbre a la situación puesto que, a pesar de que la exposición de la banca española al país es residual con apenas 700 millones de euros, la guerra ya está teniendo efectos en la inflación y los precios de la energía, elevando los costes para las compañías, mientras que se espera que ralentice el crecimiento económico, como ya ha avanzado el Gobierno.

De momento, el sector financiero mira al futuro con optimismo confiado en un alza de tipos para final de año, como ya ha avanzado el Banco Central Europeo (BCE), aunque, según los expertos consultados, una peor evolución de la economía española puede borrar parte de la capacidad de mejora de la rentabilidad que se presentaba para la banca antes de la guerra por una caída del consumo y el endurecimiento del crédito.