
Cuando estalló la pandemia el Banco Central Europeo (BCE) rediseñó su artillería de financiación para evitar una repetición del cerrojazo del crédito que agravó la crisis financiera de 2008 y lanzó las operaciones TLTRO en la versión III, un manguerazo de liquidez donde ha llegado a pagar hasta el 1% a los bancos siempre que dichos recursos se transformasen en créditos a clientes.
La banca española, como la italiana o portuguesa, fue de las más activas en su ventanilla y eso se ha traducido en negocio y en un refuerzo de la cuenta.
Los cinco mayores bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter) ingresaron 2.485,78 millones de euros brutos durante el pasado ejercicio gracias a esos intereses y después de acopiar 254.570 millones en liquidez procedente de esos fondos 'anticrisis'.
Son datos compilados de los informes anuales de las entidades donde detallan el recurso a esta financiación extraordinaria. El volumen solicitado creció un 12,97% frente a los 225.346 millones que sumaban al cierre de 2020.
Son cuantías notables si se comparan con los ingresos totales que construyen el margen de intereses o, incluso, sobre dicho margen, pero su impacto real o contribución final depende del uso de los fondos.
Es decir, las entidades que no transformen el dinero en crédito pierden la retribución y si, tras solicitarlo, lo depositan en el BCE su rentabilidad cae, como mínimo, a la mitad, ya que el organismo cobra un 0,5% por el dinero que se aparca en su ventanilla.
Exige darlo en préstamo
Por cuantías absolutas, el mayor ingreso bruto lo obtuvo el Santander, con 868 millones en intereses; seguido por CaixaBank (746 millones), BBVA (385 millones), Sabadell y Bankinter, con 313 millones y 174 millones, respectivamente.
En la construcción de esta medida el BCE ha defendido que las operaciones TLTRO "ayudan a mantener la actividad económica y aseguran que las empresas y las familias continúen obteniendo los fondos que necesitan para mantenerse a flote e invertir".
Su convicción descansa, no solo en que facilita los fondos para prestar, sino que lo hace "a un coste ventajoso" que garantiza la financiación a clientes "en condiciones favorables" y en escenarios donde "los bancos serían más reacios a hacerlo".
La banca prestó en España 404.035 millones, por debajo de los 446.576 millones que movilizó en 2020 de la mano, en gran parte, de la liquidez del ICO, pero que supone una cuantía elevada con la incertidumbre que imperaba con las numerosas olas del Covid.
La incógnita se abre con la normalización de tipos ya que el BCE avanzó que desmontará las medidas excepcionales como la recompra de deuda.
No puso fecha final a los TLTRO y habrá que ver si lanza o no una nueva edición a su vencimiento en julio, aunque el mercado esperaba su descontinuación antes de que el ataque de Rusia a Ucrania haya dejado muchas medidas en stand by, alejando, incluso, en el tiempo la subida de tipos.
"¿Cómo y cuándo impactará la retirada de las medidas de estímulo del BCE? Solo los TLTROS impactarán en varios puntos en el margen de intereses", augura Credit Suisse en un informe sobre los bancos del Sur de Europa.
"Si el BCE deja de ofrecer un tipo del -1% para las disposiciones pendientes de TLTRO en julio de 2022, los bancos seguirían acumulando el tipo de depósito actual del -0,50%", explica su analista Pamela Zuluaga, quien estima que su retirada drenaría 193 millones este año en el margen de interés del Santander, 182 millones en CaixaBank y 87 millones a BBVA. Para 2023, el impacto vía reducción también del margen de interés y según sus cálculos sería de 212 millones, 212 y 96 millones, respectivamente.
El análisis pone de relieve, sin embargo, que hay mayor exposición en la banca italiana. Solo el San Paolo IMI habría ingresado 1.182 millones de euros brutos el pasado año por el cobro de los intereses y perdería 207 millones en el margen de interés con el desmontaje progresivo estimado por Credit Suisse.
Herramienta creada en 2014
El origen de los TLTRO se remonta al año 2014 con el diseño de su edición I que se modificaría en 2016 con las TLTRO II y en 2019 vieron la edición TLTRO III. En cada versión cambiaron cuantías, plazos y hasta si el banco pagaba por recibir fondos o era el BCE quien devengaba un interés. En un inicio abonó un 0,5%, que elevaría en las últimas rondas al 1%, también para compensar el perjuicio que la política de tipos negativos para la banca ocasionaba al sector.
Las entidades solo obtienen crédito barato si lo prestan a clientes, hasta el punto de que esta concesión es la que ha permitido acceder a más o menos fondos en el BCE. Para su cómputo se tienen en consideración todas las financiaciones salvo los préstamos para adquisición de vivienda. Las entidades tienen cuatro años para su devolución al BCE, un plazo muy superior al de las operaciones convencionales.