
Apenas tres semanas después de la invasión de Ucrania las consecuencias de la excepcional tensión internacional ya se dejan sentir en el sector de capital privado en España. La primera lectura apuntaba a un coste humano devastador pero un contagio directo escaso por la limitada o casi nula exposición de la industria nacional a Rusia, Ucrania y Bielorrusia. El sector ha aprendido a convivir con la incertidumbre con dos crisis ya superadas, como prueban las extraordinarias cifras de inversión de 2021, con 7.680 millones invertidos, el segundo mejor registro de su historia, solo por detrás de 2019 con 8.890 millones.
A simple vista, nada hace presagiar que el favorable viento de cola de la industria y su frenético ritmo inversor vayan a frenarse, pero el impacto indirecto se prevé mayor del esperado. El escenario de riesgos ha vuelto a virar de forma importante y, en general, los fondos empiezan a asumir que la guerra se alargará. Hoy por hoy, pocos profesionales consultados por elEconomista tienen la esperanza de una solución rápida. "Es muy difícil tomar decisiones de inversión en este contexto. El impacto será desigual en función del sector y de la duración del conflicto, pero si las tensiones se intensifican, los precios de la energía repercutirán en los márgenes y beneficios de las compañías participadas y en la valoración de las carteras", explica una gestora española a este diario. En el contexto actual, ¿quién puede saber qué efectos tendrá el conflicto en un contexto post-Covid ya de por sí complicado? ¿Hasta dónde llegará la escalada de los precios energéticos y cómo impactará en los planes de negocio?
Algunos Comités de Inversión de gestoras panaeuropeas han suspendido temporalmente su actividad en espera de tener una mayor visibilidad. Solo se analizan oportunidades de inversión a medio o largo plazo en activos muy defensivos o con muy escasa exposición al alza de las materias primas y de la energía. En general, el riesgo de ejecución de las operaciones es mucho más elevado. "Los inversores se piensan dos veces pagar unos múltiplos ya de sí muy calientes y en transacciones que requieren un apalancamiento elevado no saben si podrán acceder finalmente a las condiciones de financiación previstas. Preocupa que el mercado de deuda se cierre y que las conversaciones con los bancos y fondos de direct lending empiecen a ser más complicadas. Si el conflicto se enquista, la salida de nuevos activos al mercado podría retrasarse", añaden.
Aunque los fondos nacionales cuentan con una elevada cantidad de recursos disponibles para abordar nuevas inversiones (dry powder en el argot financiero) -unos 5.000 millones-, la subida del precio de la electricidad y de las materias primas está reduciendo los márgenes en toda la cadena de valor e impactando en la práctica totalidad de los productos energéticos y alimenticios, con el litio como estandarte. El foco inversor se concentrará, por tanto, en aquellos sectores poco afectados -como salud, educación, renovables, telecos o infraestructuras-, donde es probable que los precios intensifiquen su escalada. De momento, los grandes procesos competitivos como la venta de Lyntia o la puja por IVI, el líder español en fertilidad, siguen su curso. Este último con un elevadísimo precio de corte en 2.700 millones, un múltiplo de 25 unas veces ebitda.
Otros procesos en curso como la venta del fabricante de encimeras Neolith y de la chocolatera Natra, ambas participadas de Investindustrial; el líder de contrachapado Garnica (propiedad de ICG) o la italiana Italcer (Mandarin y Miura Partners) también siguen su calendario, pese a que el sector cerámico es uno de los más impactados por la subida del gas y las exportaciones a Rusia, un mercado clave. Dependiendo de la exposición final de las compañías al conflicto, los potenciales compradores solicitarán ajustar los precios a la baja y "algunas pujas acabarán siendo menos competitivas de lo inicialmente previsto", matiza un asesor financiero.