CaixaBank ha decidido ser más prudente de lo previsto y sanear con mayor intensidad los activos absorbidos de Bankia. La entidad ha llevado a cabo, aprovechando el fondo de comercio negativo del banco integrado, una limpieza mucho mayor de la estimada en un principio, ampliando las provisiones y coberturas de los créditos e inmuebles.
Así, ha ajustado la valoración por pérdida esperada de los préstamos y la cartera de adjudicados de Bankia en 1.215 millones, una cantidad que contrasta con los 1.000 millones calculados en septiembre, cuando se anunció y aprobó la operación de fusión. Es decir, el importe es un 21,5% más del pronosticado en un principio.
Con esta medida, su fondo de dotaciones para cubrir posibles insolvencias futuras derivadas del coronavirus crece de manera exponencial y puede mantener en un 67% el nivel de coberturas. Esta hucha contable, ejecutada con el deterioro de los activos, se suma a los 1.803 millones que ambas entidades habían contribuido en 2020 de manera especial para combatir las consecuencias de la pandemia. De ellos, 1.250 millones corresponde a la firma de origen catalán y los restantes 553 millones a la madrileña.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, señaló en la presentación de resultados que con estas dotaciones el grupo está preparado para afrontar los desafíos de la próxima oleada de morosidad y destacó que es el banco con el mayor nivel de provisiones por su actividad en España y términos homogéneos, ya que una parte relevante de su cartera cuenta con garantías reales al tratarse de financiación hipotecaria.
La incorporación de Bankia ha aumentado, eso sí, el volumen de créditos morosos de CaixaBank hasta superar los 14.100 millones. El exgrupo nacionalizado ha aportado a la entidad resultante más de 5.400 millones de créditos que presentan retrasos de pago. Con ello, la tasa de insolvencias del conglomerado catalán se sitúa en el 3,6%, mismo nivel que hace un año, aunque 0,3 puntos porcentuales por encima que en diciembre, ante de la integración. En cuanto a los adjudicados, Bankia ha contribuido con 1.400 millones netos de provisiones, elevando a 2.500 millones el volumen total.
Para hacer frente al aumento de los impagos, cuenta con un fondo de 9.400 millones, entre partidas ordinarias y extraordinarias tras el esfuerzo realizado. Espera que el nivel de exigencias baje en 2021.
El saneamiento de activos de Bankia ejecutado por CaixaBank se ha contabilizado contra el fondo de comercio negativo, cuyo saldo final se ha visto reducido frente a las estimaciones del mercado. El banco se ha anotado un badwill de 4.300 millones netos de impuestos, en contra de los cerca de 7.000 millones que preveían los analistas. Una parte relevante se debe al deterioro de los activos fiscales.