
El Sabadell celebra hoy una junta de accionistas histórica. Su presidente, Josep Oliu, deja la presidencia ejecutiva y su nuevo consejero delegado, César González-Bueno, toma las riendas del negocio. Y lo hace en un momento de máxima incertidumbre económica, para el sector financiero y para el propio banco. Oliu, que a partir de ahora, que será el encargado de velar por la estrategia y supervisión del consejo y la dirección, ha insistido en que el grupo no participará "en ningún proceso de fusión por ahora" tras romper las negociaciones en noviembre con BBVA y a pesar de las presiones de los inversores y el mercado.
"En 2020 hemos sentado se han puesto los cimientos para la sostenibilidad futura como entidad independiente, competitiva y rentable", ha señalado el presidente en la asamblea, quien ha indicado que "sin duda el gran reto que el banco tiene es el de adaptar la oferta de producto en un mundo digital". "Hemos avanzado mucho en ello, pero este va a ser un foco de atención en los próximos años a la vez que se irán reduciendo nuestras estructuras de costes, adaptándose a la nueva realidad competitiva", ha explicado posteriormente.
En esos cimientos destacan el cambio en la dirección y el organigrama de la entidad, además del ajuste de plantilla, además del nuevo plan estratégico que ha diseñado para los próximos años, para no solo hacer frente a la transformación tecnológica, sino al impulso de la economía sostenible.
Oliu, en el acto, ha tenido palabras de agradecimiento para el consejero delegado saliente, Jaume Guardiola, y parte de consejeros y directivos que dejan su puesto, y ha dado la bienvenida a los ejecutivos que a partir de ahora toman el mando, entre ellos González-Bueno y el que será el director financiero, Leopoldo Alvear. "Tengo plena confianza en nuestro equipo de dirección y en el equipo amplio de profesionales", ha subrayado. "Ellos han puesto el banco en la lanzadera hacia el futuro y espero que el camino estratégico emprendido se muestre pronto con una ejecución de éxito para todos los accionistas", ha remarcado.
Desde hace tiempo, y especialmente, en el 2020 con motivo de la crisis, los inversores del Sabadell están sufriendo los efectos de la caída de la cotización. Una cotización, eso sí, que en 2021 ha empezado a despegar al calor de las mejores perspectivas por las campañas de vacunación.
Además, los accionistas del banco se quedarán sin dividendo con cargo a los beneficios del año, ya que el Sabadell ha decidido no entregar una remuneración por cuestiones de prudencia y en línea con las recomendaciones del BCE.
Por su parte, el nuevo consejero delegado ha explicado la hoja de ruta a seguir y los cambios organizativos, y ha remarcado que en el proyecto "no se contempla iniciar ningún proceso de venta en un futuro próximo" de las filiales de Reino Unido y México y que "seguirán con un foco claro para acelerar la senda de la rentabilidad y aumentar su contribución financiera al grupo".