Empresas y finanzas

Bankia cancela la venta de una cartera de pisos de 190 millones

  • La incertidumbre inmobiliaria obliga a la entidad a sacar del mercado este lote
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri

Bankia se ha visto obligado a cancelar la venta de una cartera de pisos valorada en unos 190 millones de euros ante la incertidumbre del sector inmobiliario como consecuencia de la pandemia. El grupo nacionalizado ha decidido reclasificar en la recta final del año pasado estas viviendas en su partida de activos adjudicados, ya que la enajenación no va a tener lugar.

La banca, ante el panorama que ha dejado el coronavirus, ha reducido considerablemente la salida de su stock de préstamos dudosos e inmuebles ante la menor demanda de los fondos y la caída de los precios. Durante la pandemia, el sector disminuyó un 63% menos de lo previsto antes de la crisis el stock de sus activos tóxicos. De hecho, Bankia anuló la desinversión de un lote de unos 300 millones de financiación deteriorada y retrasó su posible ejecución a 2021.

Pese a estas cancelaciones el banco nacionalizado, que se integrará en CaixaBank en marzo previsiblemente, ha podido cumplir con sus objetivos de saneamiento del balance proyectados en su plan estratégico 2018-2020. El objetivo de la entidad era reducir del 6,3 al 3% su volumen de activos tóxicos netos de dotaciones (dudoso y adjudicados) en este periodo sobre el total. En diciembre, rebajó dicho umbral al situarlo en el 2,98% (4.004 millones de euros). La cobertura de los mismos ha mejorado hasta el 51%, con lo que la salida de los mismos se hace ahora algo más factible al poder reducir el precio al estar más provisionados. En términos brutos, el importe alcanza los 8.200 millones (un 6,2% del total).

Bankia, debido a la anulación de la desinversión de la cartera, elevó el volumen de inmuebles brutos en balance, hasta los 2.079 millones sin incluir los pisos cedidos al Fondo de Vivienda Social (FSV) y los que están en régimen de alquiler. Estos totalizan un valor de 433 millones, que ofrecen al banco una rentabilidad de más del 3%. A finales de 2019, los adjudicados del grupo nacionalizado estaban en 1.884 millones sin tener en cuenta el FSV y en renta.

Estos activos dañados se incorporarán a CaixaBank una vez se formalice la fusión por absorción y será el nuevo conglomerado financiero el que adopte las decisiones sobre el desagüe de los mismos, con el objetivo de elevar la rentabilidad futura, que estará muy condicionada por la subida de la morosidad y los tipos de interés en negativo hasta 2031.

La integración está prevista que se cierre en marzo. Será entonces cuando se anuncien los recortes de personal y oficinas, un proceso en el que ya están trabajando con la evaluación de competencias a toda la plantilla para lo que han fichado a la consultora EY.

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