
ACS da un nuevo paso en su estrategia de rotación de activos maduros para contener la deuda y obtener fondos para nuevas inversiones y ha puesto en el mercado su participación en uno de sus proyectos emblemáticos en Estados Unidos, la autopista Presidio Parkway, una carretera que permite el acceso al Golden Gate de San Francisco, uno de los puentes más famosos del mundo.
La operación, que se halla en fase de lanzamiento, se estima en un valor próximo a los 500 millones de euros, si bien dependerá del esquema de desinversión, de acuerdo con fuentes del mercado.
ACS, a través de su filial alemana Hochtief, ostenta una participación del 50% en la concesionaria de Presidio Parkway. El otro 50% es propiedad del fondo francés Meridiam Infrastructure. El proyecto para la reconstrucción y posterior operación fue adjudicado en 2010 por el Departamento de Transportes de California (Caltrans) y la Autoridad de transportes del condado de San Francisco a sus actuales accionistas, con Flatiron, filial de la germana en Estados Unidos, y Kiewit como constructores.
Hochtief y Meridiam se impusieron en la puja final precisamente a ACS
El contrato, por un importe de más de 800 millones de euros, implicó la mejora del acceso al Golden Gate de San Francisco en su parte sur, con una longitud de 2,5 kilómetros, y la concesión mediante pago por disponibilidad. Las obras se ejecutaron entre 2012 y 2015, año que se inició la explotación hasta 2045. Antes de la pandemia, el tráfico medio diario se situaba en el entorno de los 110.000 vehículos.
Hochtief y Meridiam se impusieron en la puja final precisamente a ACS, que en aquel momento únicamente controlaba el 30% de la alemana, y al consorcio integrado por Globalvia y los que entonces eran sus dueños, FCC y Caja Madrid.
Como asesor financiero de la operación, las fuentes consultadas señalan a Mitsubi-shi UFJ Financial Group (MUFG). ACS podría desinvertir la totalidad de su participación o un porcentaje para seguir encargándose de la operación de la autopista. Esta última es la opción que ha utilizado en algunas de los sus más recientes ventas de infraestructuras viarias.
El proceso atraerá a fondos de inversión y de pensiones y en función del esquema final elegido (si se mantiene en la operación o no), a operadoras
Así lo hizo el pasado año con las seis autovías de peaje en sombra en España, con el traspaso del 74% de sus participaciones a Hermes Infrastructure, o a finales de 2019 con la I-595 Express de Florida, de la que vendió el 75% de sus acciones (el 50% del capital) a su socio en la concesión, el fondo de pensiones neoyorquino TIAA.
Las fuentes consultadas indican que no existen derechos de adquisición preferente por parte de Meridiam. ACS vendió su 50% en Northeast Anthony Henday, concesionaria de la autopista de circunvalación de Edmontonen (Canadá) en 2019 al fondo galo, que se hizo así con el 100%.
El proceso atraerá a fondos de inversión y de pensiones y en función del esquema final elegido (si se mantiene en la operación o no), a operadoras. Entre ellas siempre figuran los españolas Abertis, Globalvia y Roadis, con una estrategia decidida por crecer en Estados Unidos. La primera cuenta con preferencia en los activos de ACS, en virtud del pacto de accionistas, pero en este momento, tras sellar sus primeras compras en Estados Unidos y México en 2020, su prioridad es consolidar su cartera actual.
ACS tiene 16 proyectos en cartera en Norteamérica, su principal mercado en el mundo, con una inversión acumulada de 19.000 millones de euros.
Ventas a la espera de Vinci
ACS culminó la venta del 50% de su minera australiana Thiess por 1.200 millones de euros; su participación en la autovía del Baixo Alentejo, en Portugal, el 9,95% en el Hospital de Real de Adelaida (Australia); sus fotovoltaica en España por 325 millones; el 74% de seis autovías en España por más de 700 millones o sus depuradoras en Aragón.
Ahora aguarda a concretar las ventas de sus renovables en Latinoamérica y, sobre todo, de su negocio industrial a Vinci, por 5.200 millones, una operación que va más allá de la rotación de activos y supone un cambio estratégico en su negocio para centrarse principalmente en las infraestructuras.