
Business Europea considera que el análisis económico de la propuesta de la Comisión Europea para salir de la crisis provocada por la pandemia con la inversión verde no está bien justificado: hasta 2030 habrá que aumentar el desembolso de capital un 34,6%, hasta los 350.000 millones de euros anuales, sin obtener un rendimiento económico y social acorde: en el mejor de los escenarios, el PIB subiría un 0,55% y el empleo un 0,45%.
En la actualidad, la UE tiene el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en 2030 un 40% con relación al nivel de 1990, pero el Ejecutivo de Úrsula Von der Layen quiere aumentar esa meta hasta el 55% y los socios comunitarios están prácticamente de acuerdo, aunque a falta de Polonia, aún no se han comprometido a ello formalmente.
Business Europe, la entidad que aglutina a 40 patronales de 35 países de todo el continente, denuncia que el análisis macroeconómico de Bruselas sobre las ventajas de ese incremento de la ambición climática se ha elaborado con modelos y escenarios que "no se han desarrollado ni comentado públicamente" y que sus resultados discrepan de otros análisis recientes.
Los resultados del análisis, por otro lado, son bastante parcos: de acuerdo con las mejores expectativas de Bruselas, el PIB comunitario sólo aumentaría un "marginal" 0,55% en 2030 con el objetivo del 55%, frente al cálculo de una contracción media del 0,7% con el mantenimiento del actual 40%, en ambos casos con una previsión de crecimiento del PIB del 21,3% al 24,2% durante la década.
Business Europe igualmente apunta que el incremento de las exportaciones con la mayor ambición, hasta el 2,11% frente a un retroceso del 0,08%, se compadece mal con la pretensión europea de vender masivamente tecnología y conocimiento verde al resto del mundo. Y con relación al empleo, considera que el aumento del 0,45%, frente al retroceso de 0,26%, no sólo es "limitado", sino que se fundamenta en el uso de los ingresos por los derechos de CO2 para reducir la carga fiscal sobre el trabajo, algo aún por decidir.
Cálculos anteriores a la pandemia
A esos elementos que ponen en duda la fortaleza económica real de la apuesta ecológica de Bruselas, las empresas apuntan que el impacto de la Covid-19 -está provocando una de las mayores crisis de los últimos 100 años- no se tiene en cuenta en ninguno de los escenarios, porque las prospectivas se hicieron antes. Igualmente recuerdan que la Agencia Internacional de la Energía ya augura una diferencia del 10% en el tamaño de la economía, según la velocidad de la recuperación, y que la capacidad inversora de las empresas se ha reducido notablemente.
Business Europe también considera que Bruselas ha minusvalorado el impacto del encarecimiento del CO2 sobre el tejido productivo, al asumir que la industria "no asume ningún coste en absoluto" y explica que en realidad soporta importantes costes indirectos al repercutirse el precio del carbono en la electricidad, como aquí denuncian continuamente los afectados.
Normativa aún por definir
Además, desde el momento en que la normativa necesaria para alcanzar ese nuevo objetivo de reducción del 55% en las emisiones de carbono en 2030 -como el arancel de carbono- no se presentará hasta junio de 2021, todos el análisis de impacto debería sufrir importantes modificaciones.
La entidad, en suma, entiende que "debe haber un enfoque más amplio a la hora de aplicar el Plan de recuperación de Europa y centrarse mucho más en cómo convertir el Green Deal en un verdadero motor de crecimiento".