
Ferrovial relanza la venta de su filial de Servicios. Dos años después de contratar al banco de inversión Goldman Sachs para pilotar la operación y tras fallar la desinversión total que pretendía, la compañía española ha decidido prescindir de sus servicios y ha fichado a Morgan Stanley, que desde hace unas semanas ha comenzado a tantear a posibles interesados, según explican diferentes fuentes financieras a elEconomista. Tras pedir ofertas por el conjunto de la división de Servicios, su planteamiento pasa por maximizar el valor de ésta y ha orquestado un proceso específico para vender el negocio de residuos que desarrolla fundamentalmente en España y Portugal a través de Cespa. La valoración de esta área se situaría en una horquilla de precios de entre 500 y 700 millones de euros en función de las ofertas, lo que implica alrededor de la mitad de la estimación para toda la división. Ferrovial declinó hacer comentarios.
Las mismas fuentes financieras apuntan a que hay ya un alto interés, especialmente de fondos internacionales, lo que situaría las ofertas en el rango alto. Sin embargo, la duda que plantea esta operación es qué ocurrirá con el resto de los negocios de Servicios en España –algunos también desarrollados por Cespa– y si seguirán resultando atractivos para los inversores de manera independiente.
El ciclo de residuos, que incluye la limpieza, la recogida y el tratamiento, es el negocio estelar de Ferrovial Servicios, pero en el mercado español también se desenvuelve en otras actividades como facility management, gestión, conservación y mantenimiento de infraestructuras de transporte y medioambientales, alumbrados públicos e instalaciones en ciudades, y movilidad (bicicletas), entre otros. La valoración que hace el grupo que dirigen Rafael del Pino e Ignacio Madridejos de su negocio en España se aproxima a los 800 millones de euros.
Con la contratación de Morgan Stanley, Ferrovial quiere dar un impulso a una desinversión estratégica que hasta ahora sólo ha podido acometer por partes –frente a su deseo inicial de vender en una única operación–. Así, en junio cerró la venta de la filial en Australia y Nueva Zelanda, Broadspectrum, a Ventia (Apollo y Cimic –ACS) por cerca de 300 millones de euros. Un año antes también transfirió a su filial Budimex el negocio en Polonia.
La venta de Ferrovial Servicios arrancó oficialmente en el otoño de 2018 con la contratación de Goldman Sachs. El objetivo era cerrar el proceso en el verano de 2019, pero encontró más dificultades de lo esperado por la diversidad de negocios y geografías en las que estaba presente. Esto obligó al banco estadounidense a reestructurarlo en varias ocasiones. El último planteamiento discurría por priorizar la venta por geografías, aunque no descartaba la venta por actividades, como ahora ha decidido con el proceso de Cespa, que todavía está en una fase inicial.
La compañía ha ido ajustando el valor de los negocios que integran en la actualidad su filial de Servicios
Aunque todas las opciones siguen abiertas y el perímetro final de cada operación dependerá de las ofertas, Ferrovial continúa así con desinversiones parciales por geografías y actividades. Es el caso de Amey, cuyo proceso, coordinado por PwC, se ha dividido en tres, incluyendo las relativas a la gestión y conservación de infraestructuras, utilities y el tratamiento de residuos. La filial de Servicios en Reino Unido quedó excluida de la operación de venta original por un polémico contrato de mantenimiento de carreteras con el Ayuntamiento de Birmingham. Mientras, Ferrovial también avanza en la desinversión, por un lado, del negocio en Norteamérica, que incluye varios contratos industriales y conservación de carreteras en Estados Unidos y Canadá y, por otro, del de Chile, focalizado en los servicios de minería.
La compañía ha ido ajustando el valor de los negocios que integran en la actualidad su filial de Servicios hasta cerca de 1.200 millones de euros, frente a los 1.300 millones que estimó en el tercer trimestre de 2019 y los cerca de 3.000 millones en los que llegó a estar valorada en otoño del 2018 –se incluía también Broadspectrum o el negocio de movilidad–.
Desinversiones estratégicas
El relanzamiento de este proceso se produce en un momento crítico para la industria de servicios en España, ya que muchos de los negocios se han visto muy impactados por la pandemia del coronavirus. Otras corporaciones también se están planteando salir de estas actividades y focalizarse en su core business. Este es el caso de Acciona, que trabaja desde hace meses con Deloitte analizando las "opciones estratégicas" para sacar el máximo valor a esta división. También es el de Urbaser, cuyo dueño, China Tianjing, busca un socio minoritario para reducir su elevada deuda.