Empresas y finanzas

La unión CaixaBank-Bankia tendrá que reducir un 20% los activos 'tóxicos' y soltar 3.800 millones

  • La fusión de los dos grupos sumará 18.500 millones de dudosos y adjudicados
  • El BCE estudia crear un 'banco malo' para absorber la mora tras la pandemia
Carteles de Bankia y CaixaBank.

El nuevo banco que surja de la fusión de CaixaBank y Bankia tendrá que proseguir la limpieza de activos tóxicos para alcanzar un balance óptimo, según las exigencias de los supervisores. La unión de las dos entidades sumará más de 18.500 millones de este tipo de activos (créditos dudosos más adjudicados), que tendrá un peso de más del 5% de su balance. Para ajustar este ratio por debajo del 4%, nivel previo a la última recesión económica y el que recomienda tanto el Banco Central Europeo, el Banco de España y el mercado, el nuevo grupo deberá deshacerse del 20% de estos activos, lo que supone soltar, al menos, 3.800 millones de euros.

En la actualidad, CaixaBank es la entidad que tiene un mayor número de dudosos y adjudicados frente a Bankia, debido a su mayor tamaño. Concretamente, el banco de origen catalán cerró el primer semestre del año con préstamos dudosos por valor de 9.220 millones de euros y activos adjudicados por 973 millones. Lo que hace una suma total de 10.193 millones.

Cabe destacar, que a diferencia de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, al banco catalán le ha pesado la crisis del coronavirus, por la que ha visto aumentar los activos tóxicos en los seis primeros meses de 2020. De hecho, los créditos dudosos se han incrementado casi un 5% frente a diciembre del año pasado y los adjudicados, un 1,5%.

Por su parte, Bankia sumaba a cierre del primer semestre unos activos improductivos de 8.315 millones, de los que 6.464 millones corresponden a préstamos dudosos y 1.851 millones, a ladrillo. En este caso, la entidad ha reducido un escaso 0,1% los créditos dudosos y un 1,8%, los adjudicados frente a cierre del año pasado.

Resolución lenta

Los expertos del BCE alertaron el pasado mes de junio que la resolución de la mora bancaria será lenta, condicionada por la pandemia y las deficiencias en rentabilidad que arrastra el sector en los últimos años y que se verán agravadas por la actual crisis. Así, señalaron que, en comparación con la recesión de 2008, ahora la mayoría de los países europeos tienen una deuda pública sustancialmente mayor, bancos menos rentables y, en muchos casos, condiciones más débiles en el sector empresarial, factores que, históricamente, han complicado la resolución de los casos de morosidad.

Además, si la recuperación económica de la pandemia es lenta y prolongada, aumentarán las pérdidas de crédito por las dificultades de las empresas y podrían abrumar aún más el balance de los bancos, lo que complicaría la resolución de los casos de morosidad, aseveran desde el supervisor bancario europeo.

No obstante, desde el organismo apuntan que la mejor forma de resolver los casos de créditos fallidos pasan por la combinación de medidas como examinar la calidad de los activos para una identificación rápida de los impagos y si necesitan una reestructuración, la separación de crédito bueno y en mora a través de los conocidos como 'bancos malos', entidades creadas para absorber las pérdidas de los bancos, y recapitalizar los "bancos buenos" para asegurar su capacidad de préstamo.

'Banco malo' europeo

Para conocer qué salida tendrán los activos tóxicos de la banca, aún hay que advertir cómo será la evolución de la crisis. Desde el BCE estudian la posibilidad de crear un banco malo europeo para agilizar el desagüe de estos activos, ante el temor del incremento de los mismos que pueda traer la pandemia. Este banco malo funcionaría como la actual Sareb en España, pero a nivel europeo. Es decir, sería una sociedad a la que la banca de la zona euro traspasaría estos activos improductivos para sanear su balance.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, aseguró el pasado mes de junio que, por ahora, la institución no contempla la creación de un banco malo europeo. Sin embargo, según publicó Reuters, el organismo habría creado un grupo de trabajo para examinar la idea de un 'banco malo' con el fin de absorber deuda impagada en la eurozona, y los encuentros al respecto se habrían acelerado a finales de este primavera.

Por su parte, el presidente del Consejo de supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria, uno de los más firmes partidarios de la idea de crear un 'banco malo' europeo desde sus tiempos como presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), señaló en su día que apoya esta clase de instrumento, aunque aún era una cuestión "muy prematura", hasta conocer el impacto real de los efectos de la pandemia en los balances de la banca.

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