
La banca recuperó el pulso del mercado hipotecario tras los batacazos de marzo, abril y mayo como consecuencia de la pandemia del coronavirus y el confinamiento de la población. El sector elevó en dicho mes un 11% la concesión de préstamos a la adquisición de la vivienda a los hogares, al otorgar 3.769 millones de euros.
La tendencia ha continuado en julio, de acuerdo con las declaraciones de algunos de los principales banqueros del país, que la semana pasada avanzaron que se estaba volviendo a la normalidad con crecimientos en la nueva comercialización con respecto a 2019.
El alza de junio es mayor por varios efectos, no solo por el alza en la demanda de este producto por parte de las familias, sino también porque se cerraron operaciones que estaban retrasadas por el cuello de botella que se había registrado por el confinamiento y porque en el mismo mes del ejercicio anterior la producción se desplomó más de un 20% debido a la entrada en vigor de la nueva ley que regula las hipotecas, con lo que la comparativa es más favorable.
Pese a esta recuperación del negocio, las entidades consideran que a lo largo de 2020 será difícil que el volumen de nueva concesión vaya a aumentar. En el mejor de los casos esperan que se pueda repetir la cifra de 2019 o que se quede ligeramente por debajo, aunque todo dependerá de la evolución de la economía y de la crisis sanitaria. Ya que los rebrotes podrían obligar a unas restricciones de movilidad drásticas.
En los seis primeros meses la actividad hipotecaria ha descendido un 15%, como consecuencia de los desplomes de mayo y abril, especialmente, cuando se experimentaron recortes del 50 y el 25%, respectivamente. El importe otorgado a los hogares por el sector en la primera mitad del año se ha situado en los 18.700 millones.
Consumo, a la baja
En el segmento donde todavía no se ven indicios de recuperación es en la financiación al consumo, una de las actividades que en los últimos años más crecimientos había registrado y en el que las entidades habían apostado para mejorar su rentabilidad.
Según los datos del Banco de España, el volumen de nueva concesión en préstamos para la adquisición de bienes (coches, electrodomésticos, ocio, etc) mermó en junio en un 21%, un porcentaje aún elevado, aunque menor a los meses precedentes. Entonces, el dinero que las entidades prestaron a los hogares para afrontar estos pagos ascendió a 2.379 millones.
Así, en lo que va de ejercicio, la financiación al consumo acumula 12.092 millones, un 31% menos que en el mismo periodo de 2019. Hay que tener en cuenta, que en abril (el peor mes de la pandemia), la concesión se hundió un 78% y el sector apenas comercializó en este producto poco más de 600 millones.
Los banqueros, a diferencia de las hipotecas, no esperan una remontada en este nicho en lo que queda de 2020. Las malas expectativas sobre el empleo impiden que hay alegría en el consumo de los ciudadanos.
Normalidad en empresas
Las entidades han podido compensar, en parte, las caídas en el mundo de los particulares con el movimiento de recursos hacia las empresas. Para ello, han contado con la ayuda de las líneas de liquidez impulsadas por el Gobierno a través de avales públicos de hasta 100.000 millones para evitar la quiebra inmediata del tejido industrial y contener el paro.
En los seis primeros meses la banca ha trasladado préstamos por importe de 215.156 millones, lo que supone un 29% más que en el mismo periodo. Eso sí, una vez culminado el programa de garantías públicas, que se ha destinado principalmente a las pymes, este segmento está volviendo a la normalidad. De hecho, en junio el crecimiento ya bajó sustancialmente, al 10%. En abril, la concesión llegó a subir un 83%, es decir, casi se duplicó. Para lo que resta de 2020, el sector espera que estas alzas se vayan moderando a pesar de la nueva línea de avales que abierto el Gobierno de 40.000 millones para inversiones.