El proceso de fusiones en el sector bancario parece casi irremediable y antes de lo previsto al principio de la pandemia. Algunas entidades que hasta la fecha se habían opuesto a entrar en un proceso de concentración, como Bankia, incluso ya reconocen abiertamente que no descartan iniciar negociaciones para una integración. Este martes su consejero delegado, José Sevilla, admitió públicamente que se está creando un "caldo de cultivo" para un nueva oleada, en la que podría participar el grupo nacionalizado.
El empeoramiento de las perspectivas, como consecuencia de los rebrotes del coronavirus, está llevando a que los equipos directivos se planteen este tipo de operaciones antes de lo que estaba marcado en el calendario (2021 o 2022), animados por unos supervisores que instan desde hace tiempo a que la consolidación en el sistema se materialice por la escasa rentabilidad del negocio. Tal es así, que el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, avanzó hace unos días que la ola empezaría en pocas semanas.
De hecho, el organismo comunitario lanzó este martes un aviso sobre la supervivencia del sector al asegurar que algunos grupos bancarios en el Viejo Continente necesitarán ayuda si el panorama empeora, con el objetivo de los movimientos en el sistema empiecen de una vez por todas. Un panorama que puede suceder ante el aluvión de casos de Covid que se están produciendo en determinados países, entre ellos España, que podrían obligar a impulsar medidas drásticas otra vez para frenar los contagios, como un confinamiento de la población o restricción de movilidad.
El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, señaló en la rueda de prensa de resultados del primer semestre, que "ya veremos cuál es nuestra situación en el mercado" y decidiremos en función de las opciones, preguntado por la posibilidad de que protagonice una operación. "Somos favorables a las fusiones si tienen sentido para elevar la rentabilidad", indicó, pero matizó que ahora no hay "nada en la mesa". Además, recordó que las nuevas reglas del BCE para llevar a cabo estas transacciones son un incentivo para explorar fusiones y el banco ya efectuó en 2017 la absorción de BMN, por lo que cuenta con experiencia.
Sabadell, BBVA, Liberbank...
Desde hace tiempo se viene especulando una integración de Bankia con otro jugador, hasta el punto que el Sabadell informó públicamente que en 2018 había mantenido conversaciones con el grupo nacionalizado. Pero el foco de los últimos mees siempre se ha dirigido a BBVA, un banco que tiene problemas de reputación por el caso Villarejo y que al que el Gobierno socialista no miran con buenos ojos. Hay que tener en cuenta que Bankia está participado en un 62% por el Estado a través del Frob.
Pese a admitir que analizaría una operación, Sevilla dejó claro que Bankia puede sobrevivir en solitario en el futuro, como lo ha demostrado hasta la fecha en un entorno complejo de tipos de interés negativo. "Trabajamos para incrementar la rentabilidad en el medio plazo" y poder devolver así unas ayudas públicas que ascienden a más de 24.000 millones desde 2012.
En el punto de mira del mercado se encuentra también Liberbank desde hace tiempo. Su cotización se ha disparado más de un 12% tras la entrada de Bank of America en su capital, con más de un 6% de las acciones, como depositario de títulos de clientes. El grupo asturiano siempre ha estado abierto a fusiones, pero paralizó en seco las negociaciones de meses que llevó a cabo el año pasado con Unicaja. Desde entonces, los analistas insisten en que ambas entidades están abocados a entenderse.
Advertencia
Los tambores de integración en el sector vuelven con intensidad en toda Europa, no solo en España. Las pruebas de resistencia a la crisis de la pandemia, cuyas conclusiones generales fueron publicadas por el BCE este martes, apuntan a que las entidades tendrán que iniciar este proceso de consolidación al que han venido aplazando.
En el escenario severo, el promedio de CET1 de los bancos se reduciría en 5,7 puntos porcentuales a 8,8% desde 14,5%. Varios bancos tendrían que tomar medidas para mantener el cumplimiento de sus requisitos de capital mínimo, pero el déficit general seguiría estando contenido, señaló el organismo.
Pero el presidente de la Junta de Supervisión, Andrea Enria, advirtió que "sin embargo, si la situación empeora en la línea del escenario severo, las autoridades deben estar preparadas para aplicar nuevas medidas para evitar un desapalancamiento simultáneo de los bancos, que podría profundizar la recesión y afectar gravemente a la calidad de sus activos y a sus posiciones de capital".
Ante tanta incertidumbre, el BCE extendió a enero de 2021 la prohibición al sector de repartir dividendos y bonus a los directivos.