
El sector turístico en España enfrenta la temporada de verano más dura que se recuerda. La pandemia ha provocado la parálisis total de la actividad durante los meses de abril y mayo y la recuperación de la actividad se prevé muy lenta en un contexto en el que las decisiones tardías por parte del Gobierno, las rectificaciones, la falta de ayudas y las medidas insuficientes han predominado en las últimas semanas.
El último golpe para el turismo, a juicio de las empresas, es la prórroga de los Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (Erte) por causas de fuerza mayor, con unas bonificaciones inferiores a las que existían hasta ahora y con un plazo de tres meses -hasta el 30 de septiembre-, muy alejado de lo que reclaman.
La recuperación de la demanda, sobre todo la internacional, se estima que será muy progresiva
La recuperación de la demanda, sobre todo la internacional, se estima que será muy progresiva, sin retornar a los niveles previos al Covid-19 al menos hasta la segunda mitad de 2021. En este sentido, tras haber perdido 43.460 millones de euros de ingresos entre marzo y junio con respecto al mismo periodo de 2019, lo que supone un 88%, el turismo enfrenta aún caídas, según Exceltur, del 70,8% en julio, del 63% en agosto, del 55,8% en septiembre y del 46% en el cuarto trimestre. De este modo, la facturación se resentirá al cierre del año en 83.134 millones, un 54,5% menos.
Un escenario que deja el empleo turístico en sus horas más bajas. Al término de 2020, según esta organización, estarán amenazados unos 725.000 puestos de trabajo. Y la cifra podría ser mayor en función de cuál sea la duración final de los Ertes por fuerza mayor. La industria turística exige que se prolonguen al menos hasta diciembre y también pedían que lo hicieran con las mismas exenciones que hasta ahora, algo que ya se ha cambiado en la prórroga hasta septiembre.
Hasta la fecha, el efecto agregado de la parálisis de la actividad turística se eleva a 1,4 millones de personas, entre afectados por Ertes de fuerza mayor y reducción del número de afiliados. Con información oficial disponible hasta mayo de 2020, el número de afectados por un Erte en el sector turístico español ascendía a 1,1 millones que, junto a la caída del número medio de afiliados a la Seguridad Social en las ramas de actividad turística, elevan el impacto sobre el empleo por la crisis a 1,4 millones de trabajadores.
Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, a 31 de mayo había 2,22 millones de afiliados a la Seguridad Social vinculados a actividades turísticas, lo que supone un 13,8% menos que un año antes (355.490 menos). Con respecto al mes de abril, la subida es de apenas 37.999 empleados.
Adecco ha estimado que durante este verano se producirán 787.400 contrataciones, con un predominio en turismo y hostelería. Esta cifra es prácticamente la mitad que los 1,4 millones que previó en 2019 y casi un 60% menos que los reportados finalmente por el Ministerio. Las perspectivas, por tanto, es que en los próximos tres meses se firmarán cerca de un millón de contratos menos. De hecho, en el sector inciden en que las contrataciones este verano serán muy excepcionales en el ámbito turístico, toda vez que aún hay en Erte cerca de un millón de empleados y que son muchos los establecimientos, sobre todo hoteles, que no se plantean su reapertura hasta después de verano.
Abocadas al cierre
Es más, la expectativa en este momento es que serán muchas las empresas que se verán abocadas al cierre por la falta de actividad, con el consecuente impacto en el empleo. De hecho, hay empresarios que ya analizan si con las condiciones de los Ertes a partir del 1 de julio les compensará mantener esta fórmula frente a la aplicación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Al fin y al cabo, la temporada turística alta finaliza en los meses de septiembre u octubre en gran parte de España. De ahí que la demanda del sector sea extender los Ertes, y con las mismas condiciones, hasta final de año.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, se muestra muy crítico con el acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales para la extensión de los Ertes hasta el 30 de septiembre. "Demuestra una vez más la poca relevancia que se da al sector turístico en el momento más dramático de su historia", explica a elEconomista. "Todos los sectores han tenido oportunidades en su desescalada y cuando nosotros no hemos ni arrancado se nos deja en unas condiciones injustas y totalmente abandonados a nuestra suerte", lamenta.
Zoreda, que como ya hiciera con la anterior prórroga de los Ertes ataca directamente a la CEOE, considera que con las condiciones aprobadas y en un escenario en el que la temporada de verano estará "a cuarto de gas y a medio gas en el mejor de los casos, no permiten en absoluto que las empresas puedan ir sacando trabajadores de los Ertes".
"Todo el sector estaba esperando que se pudiera extender los Ertes como mínimo hasta finales de año"
"Todo el sector estaba esperando que se pudiera extender los Ertes como mínimo hasta finales de año y no se ha hecho y, además, con el regateo de querer bajar las condiciones al sector turístico, porque hasta ahora no lo había habido", subraya.
"Cuando nos llega el turno a nosotros, que no hemos podido vender ni almacenar nada, porque todo es pérdida, se nos reducen drásticamente las bonificaciones y los plazos", abunda.
Como Alemania, Bélgica...
Zoreda no comprende que ahora se les diga desde el Gobierno que "no hay dinero", cuando "sí lo ha habido para todos los sectores de la economía". La decisión, en su opinión, tendrá "consecuencias laborales descomunales en septiembre y en octubre", advierte, ya que el turismo es estacional y se obliga a mantener seis meses más a los trabajadores. Incide en que el panorama para el sector turístico "es desolador" y avisa de que "si no se incentiva la contratación, lo que terminará ocurriendo es que habrá despidos".
Defiende que si es un problema la diferenciación por sectores, los Ertes se bonifiquen en función de la pérdida de actividad y señala también a países como Alemania, Holanda y Bélgica, que bonifican el 90% de las nóminas según el volumen de caída.