
Las prisas por reabrir las fronteras internas de los países de la Unión Europea comenzaron a bullir el pasado 11 de junio, espoleadas por la propia Comisión. El órgano ejecutivo europeo instaba a los miembros a eliminar sus barreras de acceso antes del 15 de junio, dos semanas antes de lo que pretendía España.
Tres días después, Pedro Sánchez modificó su planteamiento inicial y anunció que la reapertura para los países de la UE coincidiría con el fin del estado de alarma, el próximo 21 de junio. Portugal supondría la única excepción, a petición del propio gobierno luso, que batalla todavía con brotes de coronavirus en su capital, Lisboa. Los turistas de terceros países tendrán que esperar diez días más, hasta el 1 de julio, para lo que se elaborará un listado de orígenes permitidos dependiendo de su situación epidemiológica y la evolución de la pandemia.
A tres días de que los turistas de la UE puedan aterrizar libremente en Madrid o Barcelona -las vías de entrada mayoritarias-, no existe un protocolo claro de seguridad sanitaria con los visitantes. "Nuestra preocupación principal es salvar vidas y proteger a la población, pero estamos ya en un contexto de recuperación y reconstrucción. Los protocolos se irán reforzando en la medida que veamos que es necesario", ha comentado la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, en una entrevista con RNE. Maroto, sin embargo, no ha concretado si la medida de realizar pruebas PCR para detectar el virus SARS-CoV-2 en aeropuertos como Barajas, tal y como pide la Comunidad de Madrid, va a ser implementada. Tampoco lo ha descartado: "Lo estamos analizando, voy a convocar la comisión sectorial para abordarlo, tomaremos todas las medidas que nos garanticen que no haya rebrotes". Horas después, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha zanjado la cuestión anunciando que no habrá PCR masivas a los turistas que lleguen a España.
Baleares, única referencia de procolo
Sobre estas medidas de seguridad sanitaria, Maroto únicamente se ha referido al único protocolo que funciona a día de hoy, el plan piloto de Baleares, que recibe a turistas alemanes desde esta semana. Las llegadas a sus aeropuertos se producen con toma de la temperatura de todos ellos, tras haber recogido sus datos personales durante el vuelo para tenerlos localizados durante su estancia. No tendrán que realizar cuarentenas, pero se les realizará un seguimiento telefónico diario y, al inicio de cualquier síntoma, se les someterá a una prueba PCR para detectar la presencia de coronavirus en su organismo. Los hospitales de Baleares están preparados para el desarrollo de 3.000 pruebas diarias, con obtención de resultados en unas horas.
La multiplicación de las entradas en España desde el próximo 21 de junio podrían convertir en poco realistas medidas como el seguimiento telefónico, lo que ha rechazado Maroto escudándose en que tampoco se esperan llegadas masivas el 1 de julio: "El protocolo, en cuanto al requisito del seguimiento, se va a poder desarrollar porque no esperamos llegada masiva de turistas el 1 de julio". La ministra, más allá de unas medidas que no acaban de concretarse, fía la seguridad a cada individuo, insistiendo una vez más en la responsabilidad individual: "La mejor protección es la individual, la de cada uno de nosotros para proteger a los demás".
La ministra de Turismo, que se ha mostrado menos optimista que hace un par de semanas acerca de salvar la temporada de verano en nuestro país, ha admitido que aún no existe un protocolo claro con los turistas de Reino Unido, los que mayormente eligen España para sus vacaciones. "Confío que con Reino Unido podamos llegar a un buen acuerdo en la medida en que el turismo británico es nuestro principal mercado emisor. Veremos cómo evolucionan los datos, pero desde la prudencia, y esperamos llegar a un entendimiento con el que es nuestro mayor socio en turismo", ha comentado.
Maroto ha reconocido que la temporada de verano va a ser "complicada", y ha mostrado dudas acerca de cómo las personas van a realizar el consumo y su confianza acerca de las vacaciones, algo que intenta incentivar el Gobierno con dos campañas de apoyo al turismo nacional. Pese a esta incertidumbre, el Gobierno se resiste a poner a disposición bonos de vacaciones para las familias, como se está haciendo en Italia y otros países de nuestro entorno, aunque no descartan la adopción de nuevas medidas que favorezcan al sector turístico, además del plan de impulso presentado en los últimos días. "Vamos a seguir construyendo sobre la base de un sector clave para el país y juntos vamos a salir reforzados... Espero que el trabajo conjunto nos refuerce como destino", ha confiado.