Las financieras de consumo entraron en pérdidas en abril, fruto del desplome de la actividad y la subida de la morosidad, por el impacto de la pandemia del coronavirus y el confinamiento. Los establecimientos de crédito sufrieron números rojos en dicho mes, aunque estos fueron limitados, de apenas 2 millones de euros.
Con este resultado, las ganancias a lo largo de 2020 se redujeron a 213 millones de euros, según los últimos datos publicados por el Banco de España. De esta manera, este grupo de entidades rompieron su buena evolución de los últimos años, que habían incrementado sustancialmente su rentabilidad fruto de la recuperación de la economía.
Los expertos han puesto el foco en esta actividad, que representa una gran incógnita para los próximos meses por la recesión de la economía. En abril los impagos en consumo aumentaron un 14% en marzo y abril frente al ligero repunte que experimentaron las hipotecas y la bajada de las insolvencias en empresas por el alivio de las líneas de liquidez del ICO al tejido industrial.
Ya antes de la pandemia, los supervisores habían advertido sobre los créditos al consumo, que las entidades habían impulsado para mejorar su rentabilidad al detectar en algunos nichos alzas de las insolvencias. Estas se han acrecentado tras el coronavirus.
En el caso de las financieras –muchas de ellas filiales de los bancos- los préstamos de dudoso crédito ascienden a 2.851 millones, es decir un 6% del total. El ratio de mora en diciembre era del 5,13%, mínimo en más de un decenio. La subida no se debe tanto al incremento de los importes impagados, sino a la bajada sustancial en el volumen de financiación debido al parón de la economía.

Caída del saldo
El saldo de créditos que acumulas los establecimientos bajó en abril de los 49.280 millones a los 47.526 millones debido a que las nuevas operaciones cayeron un 80% con respecto al mismo mes de 2019. Hay que tener en cuenta que una parte relevante de las transacciones se realizan para la adquisición de coches, una actividad que ha estado prácticamente paralizada por el confinamiento. Las matriculaciones de coches experimentaron en abril el peor dato en 20 años tras caer casi un 100%. Además, su situación depende de la evolución de la economía y de la confianza de los consumidores.
El sector espera eso sí, que con la recuperación, los números vayan mejorando. Confían en que el verano será mejor de lo previsto y encauzar así el deterioro de sus balances en los últimos meses. Aunque, con toda probabilidad, las financieras tardarán en volver a los niveles de actividad de antes de la pandemia.
En 2018 estos establecimientos llegaron a ganar más de 1.000 millones por primera vez, dejando atrás los momentos más complicados de la pasada crisis. En 2012 registraron pérdidas. Ahora todavía no está claro si podrán esquivar los números rojos anuales, ya que en los tres primeros meses del año, a pesar de la ralentización de la economía, pudieron anotarse buenos resultados, que serán un amortiguador de las consecuencias que deje el coronavirus.