
Ferrovial aplicará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) el próximo 1 de mayo para los cerca de 2.000 trabajadores que tiene contratados para prestar los servicios de a bordo y restauración en los trenes de AVE y Larga Distancia de Renfe, si entre este miércoles y el jueves ambas compañías no llegan a algún acuerdo.
El operador público comunicó verbalmente el lunes a Ferrovial que no prorrogaría el contrato, que vence el jueves, 30 de abril. En la reunión que directivos de ambas empresas han celebrado este martes se han acercado posturas para evitar el cese del contrato, según apuntan fuentes sindicales, que explican que Renfe ha solicitado a Ferrovial "propuestas viables" en un momento en el que los servicios de catering a bordo van a estar prohibidos hasta pasada la fase tres de la desescalada y la ocupación de los trenes limitada al 50% en el mejor de los casos.
"A las primeras de cambio una compañía pública como Renfe deja a 2.000 trabajadores en la calle"
La decisión de no renovar el contrato, adelantada este lunes por elEconomista.es, ha desatado una oleada de críticas por parte de los sindicatos, que califican de "hipócrita" el compromiso público del Gobierno de "no dejar a nadie atrás", exigiendo a las empresas privadas "los mayores esfuerzos", y, sin embargo, "a las primeras de cambio una compañía pública como Renfe deja a 2.000 trabajadores en la calle".
"Ayer (por el lunes) nuestro consejero manifestó que en el contexto político el Gobierno está volcando muchos recursos para evitar que las empresas despidan a trabajadores y no entendemos por qué no se exploran otras alternativas, en la empresa pública más importante del país", lamentan desde CCOO. El presidente de Renfe, Isaías Táboas, "nos dijo que no veía solución, pero nos emplazó a que le diéramos margen de maniobra hasta 30 de abril para intentar buscar alguna alternativa", agregan.
Renfe debía adjudicar antes de este jueves el nuevo contrato para este servicio, que había dividido en dos lotes geográficos
Desde CCOO explican, además, que "el hecho de que no haya contrato con Renfe deja sin cargas de trabajo, ni posibilidad de recuperarla, a esas 2.000 personas, con lo cual Ferrovial, de una manera o de otra, va a despedirlos". "La incertidumbre es cómo lo van a hacer por las condiciones de los ERTEs de fuerza mayor", añaden.
Renfe debía adjudicar antes de este jueves el nuevo contrato para este servicio, que había dividido en dos lotes geográficos y por el que pujan Ferrovial y la empresa gala Newrest. Sin embargo, la compañía que preside Isaías Táboas no ha cerrado esta adjudicación en plazo. Ferrovial y los trabajadores consideraban que el retraso derivaba del estado de alarma y que el contrato sería objeto de una nueva ampliación temporal limitada, pero Renfe sorprendió el lunes dándolo por finalizado bajo la justificación de que en el contexto actual puede prescindir de dicho servicio.
Según los trabajadores de Ferrovial, desde el 18 de marzo se aplican servicios mínimos, con un tripulante por tren
Según los trabajadores de Ferrovial, desde el 18 de marzo se aplican servicios mínimos, con un tripulante por tren, mientras que desde Renfe aseguran que está suspendido desde entonces. La plantilla se halla inmersa en un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que, de acuerdo con las fuentes consultadas tornará el 1 de mayo en ERE por causas de fuerza mayor (finalización del contrato), con una indemnización de 20 días por año trabajado y límite de 12 meses, si no hay acuerdo.
Directivos de ambas empresas han mantenido este martes una reunión sin que se alcanzara ningún acuerdo en firme y este miércoles retomarán las negociaciones. Ferrovial ofrece medidas de flexibilidad para continuar el contrato y evitar el despido de cerca de 2.000 trabajadores (se estima que 1.890 empleados son fijos y el resto eventuales). Con ello, Renfe tendría tiempo para normalizar la situación y poder rubricar el nuevo contrato. Sin embargo, la empresa pública ya ha abierto la posibilidad de anular la licitación en marcha y rehacerla, adaptándola a las nuevas condiciones de mercado, con limitaciones en la capacidad de los trenes y en el servicio de cafetería.
Un coste de entre 25 y 30 millones
Ferrovial subrogó en 2013 a la mayoría de los 2.000 trabajadores procedentes del anterior concesionario, la italiana Cremonini, y muchos de ellos acumulan más de 20 años adscritos al contrato -hay casos que superan los 30 años-. De hecho, algunos de ellos pertenecieron a Renfe antes de que externalizara los servicios.
Para Ferrovial, el despido colectivo podría suponer un desembolso de entre 25 y 30 millones de euros. Además, supone un golpe en sus aspiraciones de vender la división de Servicios puesto que el de Renfe es su mayor proyecto en España.